Números estelares de circo

Lo único estelar en este periodo presidencial es el circo que han montado sus compañeros de partido con sus desplantes de corrupción y frivolidad. El papel central corrió a cargo del payaso mayor, el ya conocido Fernández Noroña.

La presidenta Sheinbaum rindió ayer un informe de gobierno del que nadie esperaba nada. A lo mejor ella le puede sacar rendimientos propagandísticos. El mensaje, cuando no ha cumplido siquiera el año en el ejercicio de la presidencia, solamente indica que nuestra clase política no ha podido deshacerse del primero de septiembre como fecha iniciática. A fuerza hay que dar un informe de algo, sea aniversario o no.

Como quiera que sea, varias cosas han pasado desde que llegó Claudia Sheinbaum a la presidencia. Entre las calamidades que ha tenido que enfrentar, una no menor ha sido la llegada de un Trump verdaderamente desatado, una amenaza para el mundo y para nosotros como socios y vecinos. No ha sido fácil y es algo que no parece tener término en las ocurrencias y desplantes del presidente norteamericano. Me parece que hay un consenso en que el papel jugado por la presidenta ha sido bastante bueno y ha permitido sortear serios problemas.

En lo que respecta a la parte de la política nacional, no parece que la presidenta tenga mucho que festejar. Ella dijo que el pueblo de México “vive momentos estelares”. Lo único estelar que ha tenido el periodo es el circo que han montado sus compañeros de partido con sus desplantes de corrupción y frivolidad. Porque fue estelar lo que se descubrió de Andy, el hijo de López Obrador, paseando por las calles de Tokio, en tiendas de lujo y gastando en una cena decenas de miles de pesos; porque ha sido estelar el derroche del que hacen gala un par de diputados: Sergio Gutiérrez Luna y su señora esposa mejor conocida como “Dato Protegido”, mostrando públicamente sus alhajas, relojes, ropa, calzado de lujo que sorprenden, no por su mal gusto, sino por el precio que están dispuestos a pagar. Como trapecistas han querido salir de las críticas sin que lo hayan logrado. Gutiérrez Luna será seguido por frívolo, la diputada Dato Protegido por autoritaria y déspota y Andy por ser un junior bueno para nada que se cansó de trabajar a los seis meses.

Claro, no podía haber momentos estelares en el circo sin la participación de los payasos. Ayer mismo, los nuevos ministros y ministras hicieron ceremonias ridículas con ruegos a Quetzalcóatl, quema de copal, purificación con hierbas y la farsa del “bastón de mando” que más parece una forma de burla a los pueblos indígenas que la comprensión y el trato incluyente en la nación a la que pertenecen. Ojalá termine ahí el performance de la nueva Corte porque tiene ante sí un reto monumental.

El papel central corrió a cargo del payaso mayor, el ya conocido Fernández Noroña. En sus últimos días fue descubierto en una corruptela grotesca para adquirir una casa de descanso en más de medio millón de dólares. El hasta hace un par de días presidente del Senado decidió adquirir una propiedad en una situación poco clara pues está en terrenos comunales; dijo que había pedido un crédito y no ha mostrado ni qué institución se lo otorgó ni los términos del préstamo; además lo compró a alguien con problemas fiscales, ni un poquito de pudor. Ha mentido de manera reiterada y ha defendido sus lujos de una manera vergonzosa. Para cerrar, el siempre envalentonado, agresivo, majadero y protagónico legislador terminó en un intercambio de golpes que mucho dice de la imagen de Morena en este inicio de gobierno.

Esos son los momentos estelares: payasadas y farsas.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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