La queja del domingo

La elección judicial del próximo domingo es, en realidad, un evento de Morena. Muy en su derecho de organizarlo. Para tal efecto contaron con la colaboración del INE en su organización y la abierta participación del gobierno. O sea, igualito que en la elección de 2024.

Todo alrededor de esos comicios se presta a la sospecha, el ridículo y la risa. Desde los candidatos y las campañas hasta el proceso mismo de selección de los candidatos. Todo ha sido una bufonada, una burla al México en el que sí había elecciones y autoridades confiables en materia electoral.

Recordemos que, en su sed de venganza, el oficialismo cumplía el mandato de AMLO de acabar con todo el Poder Judicial, para después seguir con el INE. Apabullados y amenazados, los funcionarios del INE bailaron al son que se les ordenó. Dieron un presupuesto para tener una elección que pudiera garantizar tranquilidad y confiabilidad para todos. Les dijeron que no. En el colmo, les indicaron las cantidades que tenían que sufragar. El resultado es que no hay las casillas suficientes, los votantes no conocen a los candidatos, los candidatos pueden incluso ser parte de bandas criminales sin que se les haya puesto en entredicho, los votos no se contarán ese día, por lo que los resultados los sabremos varios días después y las boletas sobrantes en la casilla no serán destruidas. En fin, las garantías básicas de una elección no se cubren. No hay por qué ir.

Claro, esa jornada tendrá efectos en la maquinaria judicial. Eso es indiscutible. Así hicieron la ley. En el cinismo, simpatizantes dicen que no está bien la organización, que la reforma es incluso mala, pero que es lo que hay y se debe participar. Pues que participen ellos. En lo general no es muy motivante participar en eventos ya resueltos de antemano. Este es el caso. La legitimidad de un proceso electoral no depende solamente del día de la jornada, es necesario que toda la organización del proceso haya dado garantías de probidad. Aquí todo ha sido un desastre. Los jueces que vienen, la Corte que viene, serán responsabilidad de Morena y de la Presidenta. Ella decidió echarse esa responsabilidad a las espaldas sin tener tampoco garantías. Se trata de un evento partidista, un evento de Morena para su militancia y sus simpatizantes. Están en su derecho, pero no tenemos por qué participar.

“Si no votas, no te quejes”, terminarán por argumentar los defensores del mamotreto. Lo cierto es que ya nos quejábamos desde que tenían los planes de la reforma y cuando la votaron a favor; también nos quejamos cuando armaron los comités de selección de candidatos, los requisitos y hasta de muchos de los evaluadores; nos quejamos en su momento de que el INE aceptara organizar este proceso de selección y nos seguiremos quejando. No participar es una manera de quejarnos. La queja también es una opción.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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