¿Ya está derrotada la oposición?

Las elecciones del domingo 4 de junio generaron gran expectativa porque fueron considerados por muchos como el termómetro predictivo de lo que puede ser la elección del año próximo. Sin embargo, aunque algunos insisten en señalar que la derrota de la coalición PRI-PAN-PRD en el Estado de México podría considerarse como un fracaso anticipado de la oposición, lo cierto es que el Estado de México, aunque muy importante por el número de votantes, no ha sido la brújula que señale el norte de la futura elección, como no lo fue en el pasado desde la alternancia.

Ciertamente el PRI fue amo del Estado de México hasta la pasada elección. Eso significa que a pesar de sus triunfos, tanto el PAN como Morena pudieron ganar la elección presidencial. Eso no significa que la derrota del tricolor en una entidad que fue su bastión, carezca de importancia, pues a pesar de haber incrementado ligeramente su votación e ir con aliados, no pudo contener a Morena, a pesar de que su candidata no era precisamente de lo más atractivo.

Las causas de la derrota son, como se dice ahora, múltiples. En primer lugar, el peso del indebido intervencionismo del presidente, utilizando su fuerza y popularidad, sus programas sociales, y la presencia de funcionarios de Morena en apoyo a una Delfina que calladita se veía más bonita. Estos factores han sido señalados por una encuesta de Saber Votar. Esto, según ese estudio, indica que para muchos, el voto ya estaba definido desde antes de la campaña.

Un segundo aspecto que habría que investigar y valorar, fue la “emigración” de ciudadanos de otras entidades, principalmente de la Ciudad de México, al Estado de México, que de pronto se volvió masivamente atractivo para mudarse. Esta fue una clara maniobra de Morena para inflar el padrón a su favor. Se trataría de una acción preventiva porque no estaban tan seguros de obtener el triunfo, a pesar de que según las encuestas previas, su ventaja podría ser del 20 por ciento de la votación, pero en realidad fue cercana al 9 por ciento. Un voto es un voto y suficiente para ganar, pero no fue lo que Morena esperaba.

Ahora bien, la coalición no fue tan efectiva, pues el PAN registró menos votos que en la anterior elección y el PRD sigue en pleno declive. Las divisiones internas en Acción Nacional y el entreguismo de algunos de sus dirigentes en el pasado, provocaron que lo que durante algún tiempo fuera un cinturón azul, haya desaparecido. En cuanto al PRD, sus militantes y votantes han emigrado en su gran mayoría hacia Morena.

Por otra parte, el reverso de la medalla se produjo en Coahuila, donde el PRI arrasó como en sus buenos tiempos y aún sin sus aliados habría obtenido la victoria. Lo mismo hubiera ocurrido si Morena no pierde a sus aliados del PT y el Verde, aunque los dirigentes nacionales de estos recularon a última hora, pero sus candidatos se mantuvieron firmes. Esto muestra que la unidad de la coalición en torno a Morena, no es tan sólida y las rupturas son posibles.

Ante este escenario, comentaristas y analistas críticos del presidente y Morena han arreciado sus voces para decir que la oposición va tarde, mientras las corcholatas ya están posicionadas y avanzan en las preferencias.

Ciertamente que la oposición no se muestra decidida y las vacilaciones respecto del método de elección del candidato común generan desconcierto y desesperanza en muchos, llama la atención que esos opinadores pretendan dar lecciones de estrategia política y ya quieran ver movimiento en quienes serán los posibles contendientes el año próximo. Por un lado no se cansan de señalar que las corcholatas están realizando actos electorales anticipados, pero al mismo tiempo quieren que se anticipen del mismo modo quienes serán los posibles rivales. ¿Quién los entiende?

Sin embargo, ha llegado la hora de que los partidos muestren sus cartas y den señales de vida de acción. Así lo ha demandado el grupo de exgobernadores panistas que quieren incidir en el proceso de su partido. También lo han hecho las organizaciones de la sociedad civil que quieren ser tomadas en cuenta. Estas últimas, independientes de los partidos pero comprometidas en actuar políticamente, serán definitivas como aliadas el año próximo, si los partidos quieren tener opciones de triunfo.

La moneda está en el aire.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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