¡Viva Iturbide! ¡Viva México! Un grito que deberíamos escuchar

Mientras no escuchemos este grito en las celebraciones patrias, seguiremos cometiendo una de las mayores injusticias históricas, olvidar al héroe que nos dio patria y libertad.



Hidalgo, con Allende y otros personajes inició un movimiento que degeneró en una auténtica guerra civil y que fracasó totalmente en su objetivo, porque Hidalgo no tenía ideas muy claras de lo que quería y carecía de una formación militar que le permitiera tener estrategias ganadoras. Esto causó que pronto tuviera serias diferencias con Allende que sí era un militar de carrera, el primero quería movilizar a una masa muy grande, mientras que el segundo pensaba que se requería de un ejército pequeño, pero bien adiestrado y disciplinado, y estas divisiones y errores condujeron a un trágico final de la insurrección, que después de algunos triunfos que se fueron convirtiendo en derrotas terminaron con el arresto y el fusilamiento de Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez el 30 de julio de 1811.

Morelos con mucho mayor idea y capacidad que Hidalgo junto con otros personajes como los Bravo, los Rayón y otros continuaron luchando hasta que a finales de 1815 Morelos fue aprendido y fusilado, después se presentó Mina en una fugaz y audaz aventura que también terminó con su muerte, y con esto prácticamente se extinguió la lucha iniciada en Dolores en 1810. Sólo permanecieron en pie algunos guerrilleros, el más célebre e importante fue Vicente Guerrero.

Iturbide como militar que era del ejército realista también había sido invitado por Hidalgo a unirse al ejército insurgentes, pero en esa ocasión vio con claridad que no había ningún plan ni proyección para el movimiento y que sería derrotado sin ningún beneficio real para la independencia.

Pero en realidad ya desde ese momento eran muchos los que desde hacía tiempo pensaban que se acercaba la hora en que la Nueva España tendría la madurez suficiente para gobernarse a sí misma, solamente que se tendrían que presentar las condiciones favorables y la persona que pudiera encabezar este movimiento.

Y estas condiciones se presentaron cuando en España, ya recobrado el gobierno por Fernando VII después de la salida de Napoleón, se presentó una nueva crisis cuando en una insurrección encabezado por el coronel Rafael Riego y apoyado por la masonería obligaron al rey a jurar nuevamente la Constitución de Cádiz, que tenía puntos buenos pero contenía otros totalmente antirreligiosos, que los futuros mexicanos tan religiosos de ningún a manera estaban dispuestos a aceptar.

Bajo esta premisa Agustín de Iturbide considera ya que era el tiempo de proceder a buscar la independencia y con un gran sentido supo maniobrar para conjuntar voluntades, pese a la oposición de la masonería que apoyaba a la antirreligiosa constitución de Cádiz, para elaborar el llamado Plan de Iguala, que se basaba en tres puntos: Unión, donde se ponía en igualdad a españoles, criollos, mestizos, indios y negros. Religión donde se ponía como a la religión católica como única, punto muy fuete en ese tiempo cuando prácticamente la totalidad del pueblo la profesaba, y la Independencia, como la separación del hijo que ha llegado a la mayoría de edad.

Guerrero después de varias negociaciones aceptó el plan de Iturbide, y el 27 de septiembre de 1821, día en que Iturbide cumplía 28 años entró en forma triunfal encabezando el Ejército Trigarante en la Ciudad de México, engalanada en todos los balcones con los tres colores, verde, blanco y rojo, donde fue aclamado y se tuvo una gran fiesta donde todos participaron de la alegría de la consumación de la Independencia prácticamente sin derramamiento de sangre.

Al día siguiente se reunió el gobierno provisional para declarar oficialmente que México era ya una nación soberana y totalmente independiente de España.

La historia oficial de los países se construye sobre un imaginario, que en fondo viene a resultar una construcción ideológica para favorecer a los gobiernos en el poder, de tal manera que el pasado les pueda dar legitimidad en el presente al proponerse como los continuadores de esos héroes reales o fabricados.

No se trata de cuestiones políticas e ideológicas declarar que Iturbide es quien logró la independencia de México casi sin derramamiento de sangre, simplemente es la narración de un hecho histórico indiscutible.

Dos problemas mayores tuvo la figura de Iturbide para ser considerado héroe desde el punto de vista de la óptica histórica oficial: el primero fue haberse enfrentado a la masonería americana y mexicana, que ha dominado la política mexicana por años, que tenía planes para descristianizar a la nación rompiendo así su unidad, ya que Iturbide declaró que México sería un país católico. Y el segundo muy ligado al primero, que no accedió a las peticiones del embajador de Estados Unidos, Joel R. Poinsett de aprobar la venta de una parte del territorio nacional lo que lo hubiera consolidado en el poder.

La victoria de los liberales sobre los conservadores fue un antecedente para la fabricación de una narrativa histórica bajo la inspiración de ideologías favorables a los intereses de los gobiernos emanados de la Revolución, que se encargaron de hacer aparecer a Iturbide como un traidor, sin haber explicado nunca cuál fue su traición, y a quién con exactitud traicionó, porque definitivamente no fue a México.

Se atacó a Iturbide por haber declarado a México un imperio después de la independencia, pero para analizar la historia en su contexto real, hay que ubicar que en esa época esa era la forma casi universal de gobierno, y la más conocida por el pueblo mexicano, excepto los que tomaban como modelo a los Estados Unidos, muy interesados en que no se fuera a consolidar en México un imperio católico que no favoreciera los planes imperialistas de la nación vecina de tener un control sobre todo el continente.

El día que escuchemos desde Palacio Nacional ¡Viva Iturbide! ¡Viva México! habremos llegado a la reparación de una injusticia histórica, e iniciaremos el camino del conocimiento de lo que en verdad somos y a donde podemos llegar como nación.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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