Nos estamos acostumbrando a escuchar generalmente malas noticias ya sea sobre la inseguridad, falta de medicinas, problemas en la economía, accidentes y otros temas, lo mismo en el panorama internacional hasta con situaciones verdaderamente dramáticas como son las guerras que ya conocemos y otros escenarios también alarmantes, de tal manera que de vez en cuando es bueno y sano hablar de otros acontecimientos que rompen ese esquema negativo y nos hablan de algo esperanzador como fue el encuentro de un millón de jóvenes de prácticamente todas las naciones que se realizó en Roma del 28 de julio al 3 de agosto del presente año, y si llama la atención que en estos tiempos tantos jóvenes hagan el esfuerzo de acudir a un encuentro de orden religioso, aunque también de convivencia humana donde se dejen a un lado las situaciones políticas y culturales para buscar un objetivo común, un encuentro con su fe en Cristo y emanando del mismo muchos sentimientos que todas las personas de buena voluntad independientemente de si son creyentes o no comparten como ese deseo de fraternidad, de paz, de alegría, de gratitud, de esperanza, y el entusiasmo por causas nobles y sobre todo el amor.
Fue muy reconfortante ver la alegría y el entusiasmo que se notaba entre los jóvenes, pero al mismo tiempo ver su capacidad de reflexión y serenidad en los momentos solemnes.
Quizás uno de los mensajes más interesantes que dirigió el Papa León XIV dado la época en que estamos viviendo fue a los llamados influencers y misioneros digitales a los que dijo entre muchas otras ideas;
“La paz necesita ser buscada, anunciada, compartida en todos los lugares; tanto en los dramáticos escenarios de guerra, como en los corazones vacíos de quienes han perdido el sentido de la existencia y el gusto por la interioridad, el gusto por la vida espiritual.”
“Hoy nos encontramos en una nueva cultura, profundamente caracterizada y formada por la tecnología. Depende de nosotros, depende de cada uno de ustedes, garantizar que esta cultura siga siendo humana.”
“La ciencia y la tecnología influyen en la forma en que nosotros vivimos en el mundo, afectando incluso al modo de entendernos a nosotros mismos, de relacionarnos con Dios y los unos con los otros. Pero nada de lo que proviene del hombre y su creatividad debe utilizarse para socavar la dignidad de los demás.”
“Hoy nos encontramos en una cultura en la que la dimensión tecnológica está presente en casi todo…No se trata simplemente de generar contenido, sino de crear un encuentro entre corazones.”
“Y esto nos lleva a un tercer llamado y por eso les hago un llamado a todos ustedes: que vayan a reparar las redes. Jesús llamó a sus primeros apóstoles mientras reparaban sus redes de pescadores (cf. Mt 4,21-22). También lo pide a nosotros, es más, nos pide hoy construir otras redes: redes de relaciones, redes de amor, redes de intercambio gratuito, en las que la amistad sea auténtica y sea profunda. Redes donde se pueda reparar lo que ha sido roto, donde se pueda poner remedio a la soledad, sin importar el número de los seguidores”
Ojalá que esos sentimientos tan positivos generados durante este gran encuentro se expandan y nosotros mismos nos contagiemos de esa esperanza con la que se despidieron esos jóvenes, muchos de los cuales tuvieron que sacrificar muchas cosas para acudir a ese encuentro.
Te puede interesar: El tiempo
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com
Facebook: Yo Influyo