Sin pies ni cabeza

La propuesta de cambio en la educación con la destrucción total del sistema educativo es ideología puramente demoledora, pues no es posible que se pretenda destruir de esa manera a la niñez y a la juventud de México.



No cabe duda de que los dichos populares en general entrañan una gran sabiduría basada en la experiencia y la observación de la vida misma, y este no es la excepción, significando algo que está fuera de toda lógica, y me parece que cada vez y con más elementos podemos decir que este se puede aplicar sin lugar a duda a muchas de las acciones que está tomando el Gobierno de México en tantos campos que resulta sorprendente.

Decisiones tomadas hace tiempo cuyos efectos se vienen presentando hoy en día y se vienen cruzando con otros que se están presentando actualmente y cuyos efectos se verán en diferentes etapas, deben mover a los ciudadanos a reflexionar seriamente sobre las decisiones y acciones que puedan tomar a corto y mediano plazo.

Casi todos los días surgen nuevos temas, y desafortunadamente en general no se ve que sean para mejorar la situación del país y de los ciudadanos, sino para crear dudas y confusión acerca de cuestiones que en ocasiones van directamente en detrimento de las personas y otras veces de la sociedad.

La cancelación del Aeropuerto de la Ciudad de México, magna obra que ya estaba en plena construcción y que pondría a México en el plano de los grandes aeropuertos a nivel mundial, ahora solamente es un cadáver que además tiene un costo mayor a lo que sería la misma obra ya terminada, y a cambio tenemos ahora un pequeño aeropuerto que ha causado un sinnúmero de polémicas y que ha desatado un escándalo de seguridad, ya que ha obligado a cambiar las rutas de aeronavegación, lo que ha causado multitud de incidentes y estuvo a punto ya de ocasionar un accidente mayor. Todos estos hechos desde luego son minimizados de acuerdo a la política establecida por este gobierno.

El sobre costo en las otras dos obras magnas, la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya, además de la destrucción ecológica que han causado y de las dudas sobre su rentabilidad están gravitando pesadamente sobre la economía del país, aunado a la atmósfera de protestas de muchos grupos que han analizado la falta de planeación y las malas decisiones sobre las que se basan estos proyectos.

Aunque la reforma eléctrica no fue aprobada, ha generado un ambiente muy adverso entre los inversionistas, así como la propuesta de reforma electoral una atmósfera enrarecida entre los ciudadanos, pues no se ve que sea para mejorar la situación democrática, sino para favorecer a los partidos que apoyan incondicionalmente al presidente.

Por si fuera poco, el apoyo abierto a los gobiernos dictatoriales del continente, de corte de izquierda, que tienen a su población sumida no solamente en la miseria, sino en la falta de libertad, es algo que es inaceptable en lo que se dice que es un gobierno democrático, además de las posibles consecuencias que pueden tener en la relación con nuestro principal socio comercial que puede tomar medidas que nos afecten severamente.

Y lo más grave, aunque tal vez sea lo menos sonado, es la propuesta de cambio en la educación con la destrucción total del sistema educativo por uno que realmente como es el título de este artículo, no tiene ni pies ni cabeza, es ideología puramente destructiva, cuyos detalles habrá que analizar posteriormente, y contra el que habrá que actuar, pues no es posible que se pretenda destruir de esa manera a la niñez y a la juventud de México.

Para cerrar este artículo que me parece muy angustiante me viene a la cabeza una frase de Anacleto González Flores que aplica perfectamente a esta situación: “Cuán dignos de lástima son los pueblos que tienen que soportar sobre sus hombros la pesada carga que echan sobre ellos la ignorancia, la barbarie y la fuerza bruta encarnados en los reformadores que se improvisan”.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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