Antes de iniciar un combate se debe contar con información precisa para analizarla y evaluarla de manera correcta, lo que permitirá diseñar una estrategia para alcanzar los objetivos deseados. Pues bien, en México desde el sexenio pasado y en el actual, se nos ha dicho que para combatir la violencia se atacan las causas.
El problema es que en este supuesto “combate” a las causas que producen la violencia, no se cuenta con información valiosa sobre uno de los elementos cruciales de la violencia y es el consumo de drogas. La última Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (ENCODAT) es de 2016-2017; son más de 8 años que no contamos con cifras reales de este problema, lo que limita la comprensión precisa de los patrones actuales.
Peor aún, una nueva Encuesta Nacional de Salud Mental y Adicciones (Enasama) que se realizó entre octubre de 2023 y mayo de 2024, fue un fiasco total, sus resultados jamás se dieron a conocer, y fue el nuevo secretario de Salud, David Kershenobich, quien al recibir los resultados de la investigación informó que los datos obtenidos por dicha encuesta no son congruentes con los estudios previos ni corresponden con la realidad.
Es decir, México no cuenta con información periódica ni confiable sobre el consumo de adiciones. Y para nadie es un secreto que los gobiernos necesitan trabajar con datos confiables, pues son una guía para diseñar programas de prevención, tratamiento y rehabilitación basados en evidencia. Pero hasta ahora México camina a ciegas, sin información real.
A través de otras fuentes se ha informado que nuestro país muestra un creciente consumo de opioides y fentanilo en estados fronterizos con Estados Unidos. Este dato cobra especial relevancia ahora que la Secretaría de Estado del vecino del norte, encabezada por Marco Rubio, ha retirado la visa para la gobernadora de Baja California y su esposo. Lo que sacude ya la vida política de México.
Marco Rubio, y la Secretaria de Seguridad Interna, Kristi Noem, han puesto en marcha una nueva fase en su lucha contra organizaciones criminales. Desde hace un mes se había filtrado que Rubio alistaba una cancelación masiva de visas de ciudadanos mexicanos, se habla de 200. El periodista Darío Celis, en El Heraldo, filtró que la cancelación de visas se hará “con políticos, militares, líderes de movimientos, empresarios y financieros”.
Al parecer las agencias de seguridad de EU ya tienen una lista de los perfiles de personajes mexicanos que tendrán esta sanción por sus ligas con los grupos criminales.
Así que por un lado México no cuenta con información precisa para generar una política pública asertiva contra la violencia y las adicciones; y por otro lado, Estados Unidos sigue avanzando en su estrategia, y ahora ya señala a gobernadores mexicanos a través de sanciones precisas como la impuesta a la gobernadora de Baja California.
Además, en las redes sociales ha circulado el lance escandaloso que tuvo el veterano periodista estadounidense, Bill O’Reilly, quién en su reciente aparición por televisión aseguró que el crimen organizado en México, tiene un poder inmenso. Pero lo que llamó la atención, fue cuando aseguró que Sheinbaum no colabora con Donald Trump, porque le teme a los cárteles.
Mientras navegamos sin datos precisos en distintas áreas de seguridad, todo parece indicar que, en los próximos días, veremos aparecer más nombres de políticos mexicanos sancionados por Estados Unidos, con el fin de apretar aún más al gobierno de Claudia Sheinbaum, y forzarlo a que establezca una colaboración más directa en la lucha que sostiene EU contra los grupos del crimen organizado.
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