¿Quién manda en México?

¡Basta ya! El asesinato del alcalde de Uruapan no es un crimen aislado: es el grito del narco que dice “¡Aquí mando yo!”. 

La indignación estalla como un volcán en México. El brutal magnicidio de Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, no es un incidente más en la larga lista de horrores. Es un mensaje sangriento del crimen organizado: ellos son los verdaderos dueños del país. La violencia política avanza como una ola imparable, rugiendo y creciendo, devorando sectores vitales: el turismo se paraliza, la economía se frena en seco y las inversiones huyen.

La encuesta del Banco de México entre analistas lo confirma con números crudos: la inseguridad pública es el principal verdugo del crecimiento económico, con una de las puntuaciones más altas. ¡Y no para ahí! Esta ola de terror podría estar orquestada desde las sombras del poder, donde grupos políticos dentro del Sistema usan al narco como arma para eliminar rivales y catapultar a criminales a puestos públicos.

Solo en el último año –de noviembre de 2024 a noviembre de 2025–, al menos 10 alcaldes han sido ejecutados por el crimen organizado. Cifras basadas en reportes periodísticos y análisis expertos pintan un mapa de horror en estados como Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Hidalgo y San Luis Potosí. Pero el contexto es aún más aterrador: más de 50 políticos locales asesinados en los primeros meses de 2025. Nuestra hipótesis es que la violencia política podría estar forjando una nueva élite criminal, blindada por la impunidad absoluta.

No se pierda de vista que los intereses políticos dentro del régimen de partido único podrían estar manipulando al narco para aniquilar adversarios. Estas disputas internas amenazan con desestabilizar al gobierno de Claudia Sheinbaum y enterrar el proyecto de su mano derecha, Omar García Harfuch. 

Los magnicidios pueden cambiar la historia. Recuerden al juez Giovanni Falcone en Italia, volado en pedazos por la mafia en los 90. No fue una victoria para la Cosa Nostra: fue su tumba. Ese “tiro por la culata” unió a Italia en una resistencia feroz, debilitando al crimen organizado y fortaleciendo la democracia. Treinta y tres años después, su legado vive en una sociedad vigilante y combativa.

Pero en México, el disco rayado de culpar a la “derecha” por todos los males, se ha convertido en la deplorable respuesta de la presidenta Sheinbaum. Ella no dimensiona la indignación de amplios sectores de la sociedad, ni los riesgos del magnicidio de Manzo. ¡Hasta intereses en su propio partido podrían estar avivando esta hoguera! Si no actúa con valor ahora, la ola de inestabilidad arrastrará su paso por el gobierno.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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