¿Quiénes son los ángeles? (segunda parte)

Los ángeles no se enferman ni necesitan de la asistencia de un profesional de la salud.



La reflexión filosófica que apoya a la teología señala aquellos elementos que no son compatibles con la esencia espiritual angélica y a la vez, afirma unas características que son compatibles con el modo de ser propio del ángel.

La ausencia de un cuerpo, obviamente material, en el modo de ser angélico da lugar a rechazar las siguientes características en los ángeles:

Los ángeles no experimentan un desarrollo biológico a como sucede con las personas humanas. Si éstas llevan un ciclo biológico que va desde la célula cigoto hasta la ancianidad, los ángeles no pasan por las etapas de una vida biológica. No existen ángeles niños, ángeles jóvenes o ángeles ancianos. El ángel al ser creado por Dios, por decirlo de algún modo, ya es creado “adulto” o en plenitud de vida y así quedará para siempre.

Si la persona humana es un ser-para-morir, es decir, un ser mortal. El ángel no puede morir en razón de la ausencia de un cuerpo. El ángel es un ser-para-existir por siempre. Aquellas historietas que plantean una guerra entre seres humanos y ángeles, en donde los primeros se valen de armas especiales para combatir a los ángeles, resultan absurdas si con esas armas se matan o se destruyen ángeles. El ángel en cuanto ser espiritual es indestructible.

Los ángeles no son varones o mujeres. La determinación sexuada como varón o mujer en la persona humana se presenta porque lo humano incorpora necesariamente un cuerpo. Si en la persona humana la espiritualidad se encuentra encarnada dándose como consecuencia el ser varón o el ser mujer, la espiritualidad angélica exenta de corporalidad no puede realizarse como varón o mujer. Ante esto se presenta el siguiente problema, si el ángel no es un varón o una mujer, entonces ¿por qué los ángeles en la Sagrada Escritura aparecen como seres humanos varones? La respuesta no es fácil y excede en mucho la finalidad de este escrito y a la capacidad intelectual de su autor. Apuntando líneas generales, habría que reflexionar sobre lo que es la sexualidad, lo que significa ser varón y su relación con lo masculino, lo que significa ser mujer y su relación con lo femenino, entre otras cosas. Una respuesta muy general es señalar que cuando un ángel tiene que hacerse presente a un ser humano, se vuelve imprescindible que lo conocido se vuelva al modo del cognoscente, de ahí que la presencia angélica ante una persona humana deba de asumir un modo aparentemente humano para que exista interacción personal.

Los ángeles no se enferman ni necesitan de la asistencia de un profesional de la salud. Aquellas historias en donde un profesional de la salud de repente recibe la visita de un ángel para ser curado no tiene sentido real.

Si los seres humanos se enamoran entre ellos esto no debe llevar a pensar que un ángel se puede enamorar de un varón o una mujer. El que un varón ame a una mujer y viceversa, implica una atracción sexual en donde el dinamismo corporal está necesariamente presente. Los ángeles pueden amar a las personas humanas, pero en dicho amor no existe atracción sexual, pues el amor angélico hacia una persona humana se ubica en el horizonte del amor de Dios hacia los seres humanos como creaturas predilectas sujetas de salvación eterna. Así pues, aquellas historias románticas de que un ángel se enamora de una mujer son un disparate.

Los ángeles tampoco se enamoran entre ellos. Pero sí se aman con un tipo de amor de amistad. Igualmente, entre los ángeles no existe el matrimonio de tal manera que se tuviera a un ángel papá, un ángel mamá y unos angelitos como sus hijos. Lo anterior es interesante porque entre las personas humanas se dan relaciones familiares de padres e hijos y sus correlativos de hermanos, abuelos, abuelas, etc. En las personas humanas existe el amor familiar, en los ángeles no existe un amor familiar basado en lazos consanguíneos.

Cuando un enamorado dice que su amada es tan bella como un ángel, en sentido poético o metafórico está bien, pero en sentido ontológico es un absurdo. Si el ser tiene una prioridad sobre la materia para que ésta exista, el sujeto corpóreo existente, en cuanto material, hace que su materia limite al ser por el cual existe. Esto no ocurre en el ángel porque su modo de realizar el ser al verse exento de materialidad, hace que la existencia del ángel sea más plena en comparación con las personas humanas. Ontológicamente, o sea, a nivel del ser que hace posible cualquier tipo de existencia, el ángel realiza su ser más plenamente que la persona humana. Luego, la belleza del ángel es muy superior a la belleza de cualquier ser humano pues la belleza se sigue del ser. De hecho, la expresión poética o metafórica: “aquella mujer es tan bella como un ángel” supone esta superioridad ontológica del ángel sobre el ser humano, y por esa misma superioridad aquella frase es un absurdo en un sentido ontológico.

Continuará…

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