Repensar la educación VII

En el artículo de la semana pasada inicié el tema con la siguiente afirmación: Solamente los seres humanos -animales racionales- son educables. Los demás animales no son educables, pero sí se amaestran. Ahora añado: la IA -inteligencia artificial- ni se educa, ni se amaestra, su característica es combinar los datos que le han dado para responder a las peticiones.

La IA puede proporcionar datos veraces si se los da algún experto en el tema y con el deseo de hacer el bien. Por el contrario, puede desorientar si no es experta la persona o si el fin que se busca es precisamente desorientar o desordenar con datos atractivos que enganchen.

Por lo tanto, el uso de la IA requiera buena intención de los programadores y uso responsable de quienes la utilizan. El papa Francisco advirtió sobre el modo de usar los datos que nos ofrece pues no se pueden delegar las soluciones a un algoritmo.

El ámbito educativo tiene hoy un nuevo campo para la educación a todas las edades. Especialmente es importante atender el modo de trabajar la adicción y la dependencia. Dos tendencias siempre presentes en las personas.   

La Organización Mundial de la Salud (OMS) nos explica que la adicción es una enfermedad física y psicoemocional que crea una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación. Se caracteriza por un conjunto de signos y síntomas en los que se involucran factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales.

La adicción es una enfermedad progresiva y muy perjudicial al deteriorar a la persona y a sus relaciones sociales pues aparece un descontrol debido al hecho de vivir entre dos realidades simultáneas que confunden la percepción, esto provoca malos entendidos y descontrol, hay distorsiones del pensamiento y poco entendimiento con las demás personas que experimentan otros fenómenos. Si la persona llega a enfermar negará rotundamente las causas y los efectos.

La adicción es una enfermedad crónica y recurrente que se caracteriza por la búsqueda y el consumo compulsivo de drogas, de actividades como el juego o el uso de aparatos, de relaciones humanas como el apego inadecuado o la infidelidad. Las personas pierden la fuerza para reaccionar y solucionar las consecuencias tan nocivas que provocan en la familia, en el trabajo y en la sociedad. 

Las adicciones provocan falta de control y dependencia. La educación preventiva es clave especialmente en la infancia, por eso es importante sustituir a tiempo el uso de la tecnología y poco a poco enseñar a usarla. También estar atentos del momento oportuno para informar a las personas sobre los peligros de las adicciones y ayudarles a que tomen decisiones oportunas.

Es muy importante descubrir las medidas que conviene aplicar, las preventivas son adecuadas cuando no hay dependencia. Las correctivas cuando ya la hay, entonces hace falta rigor y elegir las medidas suficientes para eliminar y contrarrestar el hábito. En estos asuntos es indispensable la colaboración de la familia, de otro modo no se alcanzarán los fines. El entorno escolar y el familiar han de estar en concordancia para alcanzar los resultados.

La prevención de adicciones en las escuelas ha de promover actividades atractivas para desarrollar habilidades personales y sociales que capten la atención y el interés de los educandos para minimizar el interés por las actividades adictivas como la IA. De todos modos a la IA tendrán que aprender a utilizarla, pues es un buen recurso cuando se usa bien.

También es necesario romper las presiones que ejercen algunos compañeros. Para estas personas hay que diseñar planes especiales y lograr su interés para que se interesen por ellos de tal modo que ocupen suficiente tiempo en ellos y se olviden de presionar a los demás.

Cuando alcancen la edad necesaria es importante hacerles ver los tremendos efectos en la vida personal y en la sociedad de las sustancias y actividades adictivas. Importa que adopten argumentos sólidos porque en bastantes ambientes se ha fortalecido el reclutamiento de promotores de las drogas o de consumidores. Hacer ejercicios de pensamiento crítico puede ser un buen recurso con adolescentes.

Las adicciones causan dependencias desordenadas. Hay una natural necesidad humana de recibir atención, cuidado y apoyo de otras personas para realizar las actividades básicas de la vida diaria, eso es indispensable con los niños y vuelve a serlo con las personas mayores. También a todas las edades hay dependencia humana de especialistas para resolver problemas. También hay dependencias temporales para resolver algún asunto. Las dependencias desordenadas son las vinculadas a las adicciones, como se dijo.

La necesidad de recibir ayuda no se ha de identificar con dependencia adictiva. La dependencia adictiva si atrofia a las personas que tienden a la comodidad, estas buscan apoyos simplemente para evitar el esfuerzo cuando lo oportuno es que lo hagan, entonces dejan de practicar su capacidad y llegan a atrofiarla, este es el peligro de la IA.

Por lo tanto, es muy importante que los educadores desarrollen el criterio de sus alumnos para que aprendan a utilizar los recursos de modo adecuado y a sobreponerse a la tendencia de delegar en los recursos la propia responsabilidad.

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