La soledad de las víctimas

Ojalá los mexicanos vean lo que pasa si se deja a los mismos al frente: se descarrila por completo lo que construyen y se pone en riesgo lo que ya había porque no se le da mantenimiento.



Esta ñora vio hace poco una serie de doctores en Chicago que justo empezaba con un accidente en el metro de esa ciudad. El astuto y guapo doctor (que resultó millonario luego) estaba un poco herido, pero se lanza a ayudar a las víctimas y en poco tiempo bomberos y ambulancias están en el lugar. En el hospital, al que el guapo, secreto millonario y doctor también sigue trabajando, casi todos los heridos reciben atención y cirugías, y aunque alguno muere, el final feliz corona el episodio.

Se ve que el pido-perdón-a-los-mayas-por-el-pasado-mientras-les-paso-un-tren-que-acaba-la-selva-encima es fan de esa serie y de ese personaje. Con el hecho de que el millonario doctor anduviera negando su riqueza (heredada) ya es un héroe a sus ojos porque como el dinero es malo y los que han logrado tenerlo por su trabajo son unos abusivos porque debieron de haber parado de trabajar una vez que ya podían comprarse un par de zapatos.

Pero mientras el héroe se lanzaba a ayudar con todo a los heridos, el me-respetan-mis-ocho-horas-de-sueño-o-se-me-ven-ojeras-en-la-mañanera al parecer ni siquiera fue informado del gravísimo accidente den el Metro de la Ciudad de México. Esta ñora llegó a leer que lo comparaban con el día D cuando nadie se atrevió a despertar a Hitler (por cierto, dice el ñor que el 6 de junio fue el Día D, como las elecciones, así que ya saben a organizarnos para el desembarco en Normandía).

Como haya sido, en la mañanera del día siguiente dio un mensaje que esta ñora considera desproporcionado en su cortedad contra el tiempo que le dedicó a todo lo demás. En lugar de suspender el asunto y salir a visitar el lugar de los hechos. ¿No que vivía del contacto con el pueblo? ¿Qué miedo pudo haber tenido de por lo menos hacer un enlace al lugar para mostrar el trabajo del Ejército o aquellos que trabajaban en el lugar para seguir sacando cuerpos o removiendo escombros? ¿No podía ir Ebrard ahí como va a recibir con aplausos y mariachis las vacunas? ¿O cubrir la explicación de que no era su culpa de doña Clau desde el lugar de los hechos?

Pero, qué pena con las visitas, porque resulta que andaba por acá el presidente de Guatemala. Mejor se continuó el show hasta con el sello conmemorativo de la guerra de Castas. Claro, sin faltar el pleito diario contra los malvados de los medios (tardó 16 segundos en encontrar un adjetivo para echarles pleitos).

Por cierto, esta ñora no salía de su asombro el jueves por la mañana cuando se agregó un nuevo elemento al compló que trae la sociedad mexicana con eso de no querer ya votar más por Morena, resulta que a Claudio X. González que ha encabezado Sí por México le pagan ¡los gringos! Y eso lo dice en día de antes de reunirse (por chat) con la vicepresidente de allá…

Pero volviendo al día siguiente del accidente, las horas pasaron y el violo-la-ley-electoral-como-violé-la-ley-con-El-Encino-para-que-me-desafueren-y-me-vea-como-perseguido no se presentó en el lugar de los hechos, como no se había presentado en Tabasco o Tlahuelilpan o en Minatitlán o con los LeBarón. Pero al igual que los más pobres de Tabasco resultaron, y todos lo oyeron confesarlo, se inundaron por una orden suya, los heridos del accidente también están sufriendo las consecuencias de sus decisiones porque a diferencia del programa de televisión, los heridos no han recibido la atención que necesitan porque ¡no hay material! ¿Y por qué no hay material? Porque no se ha comprado, porque hicieron un relajo con lo que funcionaba y en lugar de mejorarlo, nomás lo pararon. Las víctimas están solas. Y no sólo las que murieron o no reciben atención, sino los cientos de capitalinos que ahora hacen el doble de tiempo a sus trabajos, que nunca más podrán abordar un vagón del Metro con tranquilidad y cuyas familias (todas las familias) añadimos al agobio de pensar caer víctimas de la delincuencia a caer víctimas de la soberbia de quienes construyeron el Metro y de quienes no se ocuparon de su mantenimiento.

Los chilangos (y esta ñora es chilanga, qué se le va a hacer) en cierto modo somos venezolanos. De hecho, llevamos a cuestas casi los mismos años de gobierno de los mismos que hoy están al frente. En política, como la energía, nada se pierde, nomás se transforma. Ojalá el país vea lo que pasa si dejas a los mismos al frente: se descarrila por completo lo que construyen y se pone en riesgo lo que ya había porque no se le da mantenimiento.

Así el país podría verse en el espejo de otras víctimas, piensa esta ñora. Los de esta semana no son las únicas víctimas solas, también lo están las mujeres y sus hijos que ya no tienen refugios a los que acudir cuando han decidido abandonar la violencia doméstica, tampoco las víctimas de la violencia reciben atención porque se acabaron el fideicomiso para su atención y ahora con la nueva ley de la Fiscalía desaparece casi hasta como figura política. Las miles y miles de pymes y empresas de otros tamaños también son víctimas solitarias, no hubo ninguna intención de ayudarlas. La lista es interminable de las víctimas que no han recibido nada.

A menos de un mes de las elecciones, y o de del Día de darle en la torre a Morena y satélites, la ñora tiene poca esperanza en la oposición que en realidad no presenta ninguna nada articulado ni fuerte, pero sí tiene esperanza en que los ciudadanos sepan usar a esa deficiente oposición para sacar al mayor victimario, el que se escuda en que él es el atacado por todos los queremos un país con oportunidades, con libertad y con crecimiento.

Y ojalá que los chilangos especialmente dejemos de ser Venezuela, pero de eso esta ñora tiene menos optimismo, la verdad.

PS. ¡Felicidades a todas las ñoramamás! En especial a la de esta ñora.

 

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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