El 2025 fue un año socialmente tenso, contradictorio y profundamente desigual. Mientras el gobierno federal insistía en una narrativa de “esperanza” y “transformación”, la vida diaria de millones de mexicanos contó otra historia: violencia persistente, crisis migratoria sin precedentes, debilitamiento institucional, dependencia de programas sociales y un clima de polarización alimentado desde el poder.
La 4T ha construido una relación social basada en lealtad política, no en corresponsabilidad ciudadana. Lo que debería ser solidaridad se transforma en clientelismo; lo que debería ser unión nacional se convierte en división; lo que debería ser diálogo se sustituye con propaganda.
La sociedad se edifica mediante dignidad humana, subsidiariedad, solidaridad y bien común. En 2025, México vivió más bien lo contrario: centralización, confrontación y verdades manipuladas. Este artículo analiza ese panorama con rigor, datos y testimonios.
Un país que sigue atrapado en la violencia
El gobierno federal celebró una reducción histórica de homicidios del 19.1%: 18,407 víctimas entre enero y septiembre de 2025, 4,348 menos que el año anterior.
Pero el discurso oculta varias verdades:
1. La violencia sigue siendo altísima: México continúa entre los países más violentos del mundo. Una reducción no significa pacificación.
2. La violencia cambió de geografía, no desapareció: En el sur, bajó. En el Bajío, bajó. Pero en Sinaloa aumentó 170% por la guerra interna entre “los Chapitos” y “los Mayos”. La violencia sigue mandando en amplias regiones del país. El control territorial no es de la autoridad, sino del crimen.
3. Los ciudadanos no perciben seguridad: La presidenta dijo: “Cada día hay 27 homicidios menos.” —Claudia Sheinbaum. Pero la gente responde otra cosa. Un padre de familia en Sinaloa lo expresó así: “¿De qué sirve que bajen las cifras si aquí no podemos salir después de las siete?” Este contraste entre cifras oficiales y realidad cotidiana define el clima social del país: una vida vivida entre miedo y resignación, mientras la autoridad presume logros parciales como si fueran soluciones definitivas.
Migración: una crisis humanitaria que México paga solo
La crisis migratoria se convirtió en el fenómeno social más devastador de 2025. Con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, se canceló CBP One y se endureció la política para recibir solicitantes de asilo.
Resultado: cientos de miles de migrantes quedaron varados en México, sin seguridad, sin recursos y sin claridad sobre su futuro.
1. México absorbió la crisis… sin un plan: Expertos han advertido que Miles de migrantes siguen en México con necesidades urgentes no cubiertas… las políticas de Trump complican aún más la situación. No hubo coordinación federal real. La carga cayó en:
- Ayuntamientos sin presupuesto
- Iglesias
- Albergues saturados
- Comunidades fronterizas abrumadas
Toda persona migrante posee dignidad inviolable. En cambio, en 2025 prevalecieron el desorden, el abandono y la indiferencia institucional.
2. El impacto social fue profundo
- Aumento de indigencia
- Incremento en tensiones comunitarias
- Saturación de servicios locales
- Mujeres y niños en vulnerabilidad extrema
Programas sociales: alivio inmediato, pobreza permanente
La administración continuó apostando por programas masivos como:
- Pensión para Adultos Mayores
- Jóvenes Construyendo el Futuro
- Becas Benito Juárez
Si bien estos apoyos ayudan a millones, la lógica que los sostiene ha transformado la relación del ciudadano con el Estado:
1. Se usa el bienestar como herramienta política: El discurso oficial presenta los programas como un regalo del gobierno, no como un derecho social financiado por los ciudadanos.
2. No hay movilidad social real_ No existe una apuesta por:
- Educación de calidad
- Empleo formal
- Emprendimiento productivo
- Innovación
- Seguridad social universal
Las transferencias no generan futuro, solo alivian el presente.
3. Dependencia estructural Cuando más del 60% de los hogares depende de al menos un programa público, la sociedad deja de ser corresponsable y se convierte en dependiente.
La solidaridad sin subsidiariedad se vuelve asistencialismo, y eso es lo que vive México.
Polarización: el recurso político que fractura a las familias
La división social no disminuyó con el cambio de presidente; simplemente cambió de tono. La nueva administración no usa el mismo estilo confrontativo que AMLO, pero mantiene la lógica de “ellos contra nosotros”.
Estos mecanismos de polarización incluyen:
- Narrativa constante de que la oposición quiere “frenar la transformación”.
- Repetición de mensajes que posicionan al gobierno como la única voz legítima.
- Descalificación sistemática de críticos y académicos.
Este ambiente genera tensión cotidiana: familias divididas, jóvenes expuestos a propaganda emocional, redes sociales convertidas en trincheras y un discurso político que premia la lealtad, no la verdad.
Post-verdad y propaganda: el gobierno como único narrador
El documento muestra cómo la comunicación gubernamental se construye a partir de frases contundentes, simples y emocionalmente potentes, aunque no correspondan con la complejidad del país.
Por ejemplo: “Las inversiones estarán seguras en México.” —Claudia Sheinbaum, “Ahora es el tiempo de las mujeres.” —Claudia Sheinbaum
Estas frases funcionan como anzuelos emocionales, pero omiten los matices de la realidad:
- Inseguridad permanente
- Crisis migratoria
- Inversión incierta
- Gobernanza debilitada
- Violencia focalizada creciente
- Pérdida de confianza ciudadana
La post-verdad consiste justamente en eso: dar más peso al discurso que a los hechos.
La Iglesia: un actor clave en medio del vacío estatal
La Conferencia del Episcopado Mexicano emitió un mensaje social fuerte en 2025. Mons. Ramón Castro declaró: “El habernos escuchado nos da esperanza… llegar a ella nos abre un horizonte.” —Presidente de la CEM Para la Iglesia, el diálogo es un reconocimiento práctico de su papel moral y social. Frente a un Estado rebasado, la Iglesia ha asumido:
- Atención a migrantes
- Mediación comunitaria
- Labor humanitaria
- Construcción de paz local
La presencia eclesial muestra que la sociedad mexicana resiste, incluso cuando el gobierno falla.
En Ciudad Obregón, una profesora de secundaria resume 2025 desde su experiencia:
“Me dicen que la violencia bajó, pero aquí las mamás no quieren dejar salir a sus hijos. Me dicen que los programas ayudan, pero en mi salón hay alumnos que comen una vez al día. Me dicen que somos un país en transformación, pero yo veo miedo y cansancio.” Testimonios como este revelan la distancia entre la narrativa oficial y la vida real de las familias mexicanas.
Conclusión
El panorama social de 2025 expone un país desgastado, fracturado y en resistencia. Aunque el gobierno presume avances, la realidad muestra:
- Violencia persistente
- Pobreza estructural
- Asistencialismo sin movilidad
- Migración desbordada
- Polarización política
- Post-verdad normalizada
- Ciudadanía cansada
Ninguna sociedad puede reconstruirse desde la manipulación, el miedo o la división. Solo el diálogo, la verdad, la responsabilidad y el servicio pueden tejer el México que merecemos. 2025 no fue el año de la transformación social, sino el año en que se revelaron con claridad los límites del modelo de la 4T. Un país que quiere avanzar, pero un gobierno que prefiere controlar.
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