De Siberia a Australia: caminos que desafían la vida

En todos los continentes existen vías que, más que conectar destinos, representan una prueba extrema para millones de conductores. Pendientes abruptas, climas impredecibles, infraestructura limitada, aislamiento geográfico e incluso riesgos de origen humano convierten a ciertos caminos en espacios donde un error mínimo puede ser fatal.

Esta nota surge como una continuación directa de la nota Cada curva, una amenaza: las autopistas más letales del país, donde se abordaron los tramos más peligrosos de México. (https://www.yoinfluyo.com/mexico/analisis-social/cada-curva-una-amenaza-las-autopistas-mas-letales-del-pais/)

A nivel mundial, las causas de siniestros viales responden a una combinación de factores: infraestructura deficiente, errores humanos, condiciones meteorológicas extremas y tráfico pesado. Estas carreteras, estudiadas por su alta siniestralidad o por las condiciones extremas que presentan, revelan los retos universales para la movilidad segura.

Cuando la carretera se convierte en una amenaza

Aunque cada país enfrenta sus propios retos viales, alrededor del mundo existen rutas que han adquirido fama internacional por sus condiciones extremas. Factores como el clima impredecible, la falta de infraestructura adecuada, el relieve montañoso, el deterioro estructural o incluso la presencia de grupos criminales pueden convertir un trayecto cotidiano en una experiencia de alto riesgo.

En el contexto global, varias carreteras concentran características especialmente peligrosas: curvas cerradas que reducen drásticamente el margen de maniobra; pendientes tan pronunciadas que obligan a vehículos de carga a descensos controlados; visibilidad limitada por neblina, nieve o formación de acantilados; y vías estrechas con un solo carril por sentido que multiplican el riesgo de colisiones frontales.

A ello se suma el estado del pavimento. Superficies irregulares, baches profundos, escombros o señalización insuficiente pueden provocar pérdidas de control repentinas, especialmente en condiciones de lluvia o hielo. En numerosos países, además, la falta de barreras de contención, arcenes y alumbrado convierte cualquier error del conductor en una caída fatal.

Las condiciones humanas también influyen: fatiga, exceso de velocidad, rebase imprudente o falta de mantenimiento del vehículo son causas activas en una proporción importante de los siniestros. En otras regiones, el peligro no sólo es vial: el robo de vehículos, asaltos a transporte de carga o ataques a viajeros han convertido ciertos tramos en zonas críticas durante la noche.

En este escenario global, algunas carreteras han sido documentadas por organismos, viajeros y autoridades como las más peligrosas del mundo, ya sea por su diseño, sus condiciones naturales o su historia vinculada a tragedias humanas.

Rohtang Pass, India: un camino entre nieve, deslizamientos y el significado literal de la tragedia

El Paso de Rohtang, ubicado a más de 4.000 metros de altitud en el Himalaya oriental, es una de las carreteras más temidas de Asia. Su nombre, que significa “pila de cadáveres”, proviene de los numerosos deslizamientos de tierra y avalanchas que históricamente han cobrado vidas en esta ruta.

El clima es extremadamente impredecible: tormentas de nieve, neblina densa, deslaves repentinos y temperaturas bajo cero pueden aparecer en cuestión de minutos. Aunque el paso suele permanecer abierto de mayo a noviembre, la nieve puede bloquearlo en cualquier época del año. En 2010, por ejemplo, más de 300 turistas quedaron varados tras un cierre repentino.

La peligrosidad del recorrido llevó a las autoridades indias a construir, a partir del año 2000, un túnel de nueve kilómetros para conectar esta región sin exponer a los viajeros a los deslizamientos. El túnel fue inaugurado en 2020, reduciendo significativamente el tiempo — y el riesgo — del trayecto. Aun así, el paso original continúa siendo utilizado por algunos viajeros y especialistas en montaña que buscan experimentar una de las carreteras más extremas del mundo.

Túnel de Guoliang, China: la vía tallada a mano sobre un abismo

En las montañas Taihang, en China oriental, se encuentra uno de los túneles más impresionantes — y peligrosos — del planeta. Antes de su construcción, la aldea de Guoliang sólo podía alcanzarse a pie, mediante un ascenso empinado que aislaba por completo a sus habitantes.

Ante la negativa del gobierno para construir una carretera, los propios pobladores decidieron abrir el paso. Entre 1972 y 1977 excavaron, con explosivos, picos y palas, un túnel de 1.2 kilómetros a lo largo del acantilado. La obra cobró la vida de algunos aldeanos.

El resultado, aunque funcional, presenta riesgos considerables: una anchura aproximada de cuatro metros, paredes irregulares, ventanas abiertas hacia un precipicio de cientos de metros y un pavimento que se vuelve especialmente resbaladizo cuando llueve.

El túnel se ha convertido en una atracción turística y un símbolo de determinación comunitaria, pero también en una ruta que exige extrema precaución. La combinación de altura, estrechez y ausencia de barreras robustas lo mantiene entre los caminos más peligrosos del mundo.

Carretera Kolyma, Rusia: la ruta más fría del planeta y una historia marcada por el dolor

En Siberia oriental, la carretera Kolyma —también conocida como M56 o “Trassa”— recorre más de 2.000 kilómetros de tundra congelada. Es la única vía principal en una de las regiones más inhóspitas del planeta, donde las temperaturas pueden descender hasta los -70 ºC.

Su historia es particularmente trágica. La carretera fue construida entre las décadas de 1930 y 1950 por cientos de miles de presos políticos enviados a los gulags bajo el régimen de Stalin. Miles murieron por ejecuciones, agotamiento o frío extremo, y muchos de los fallecidos fueron enterrados bajo la propia carretera. Por esta razón, también es conocida como “la carretera de los huesos”.

Pese a su importancia logística, la vía cayó en desuso durante décadas. Hoy atrae a viajeros extremos, motociclistas y exploradores del frío, especialmente tras el recorrido que realizaron Ewan McGregor y Charlie Boorman en 2004 para la serie Long Way Round.

Sin embargo, sus condiciones siguen siendo críticas: nevadas incluso en verano, aislamiento total en amplios tramos, ausencia de servicios y fauna peligrosa hacen de Kolyma una carretera en la que un error puede ser fatal. Es, además, una de las más solitarias del planeta.

Carretera Eyre, Australia: la ruta infinita donde la fauna marca el peligro

En apariencia, la carretera Eyre — un tramo de 1.100 km al sur de Australia — podría considerarse una de las rutas más sencillas del mundo: largas rectas, un paisaje plano y una vía bien delimitada. Sin embargo, sus mayores riesgos no provienen de la infraestructura, sino de la fauna.

Canguros, emúes e incluso camellos cruzan la carretera con frecuencia, especialmente al amanecer y al atardecer, cuando su actividad aumenta. Los impactos con animales representan una de las principales causas de accidentes en esta región, provocando daños severos a vehículos e incluso situaciones fatales.

Además, la monotonía del recorrido puede causar fatiga o pérdida de concentración en los conductores, un factor que incrementa la probabilidad de accidentes. A esto se suma la escasa presencia de servicios durante largos tramos, lo que complica la atención de emergencias.

La carretera Eyre es un ejemplo de cómo incluso una ruta aparentemente segura puede convertirse en un punto de riesgo extremo debido a factores naturales que están fuera del control humano.

La urgencia de una movilidad segura

Las carreteras más peligrosas del mundo comparten patrones que revelan un problema estructural global: la movilidad sigue dependiendo en gran medida de infraestructuras vulnerables ante el clima, el desgaste y el error humano. 

Desde los pasos montañosos de Asia hasta las carreteras congeladas de Siberia y los largos trayectos rurales de Australia, cada ruta expone una realidad distinta, pero con un mismo mensaje de fondo: el riesgo vial no es exclusivo de un país ni de una región; es un fenómeno complejo que combina ingeniería, condiciones ambientales y comportamiento humano.

En un mundo donde millones se desplazan diariamente por carreteras, la prevención no solo es una recomendación: es una necesidad urgente.

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