El 15 de octubre se conmemora el Día Mundial de Concienciación sobre la Muerte Gestacional, Perinatal y Neonatal, una fecha que invita a reconocer el duelo de miles de familias en México y el mundo que enfrentan la pérdida de un bebé antes, durante o poco después del nacimiento, promoviendo la visibilización, el respeto y el acompañamiento emocional y social en ese proceso tan íntimo como silencioso.
La fecha fue instaurada alrededor del año 2002 por organizaciones de padres en duelo como Sands (miscarriage & stillbirth support) y similares entidades internacionales, con el objetivo de crear un espacio público de memoria, hablar del dolor que muchas veces queda oculto y fomentar apoyo mutuo.
Los términos implicados requieren definición clara:
- Gestacional o muerte gestacional se refiere a la pérdida del embarazo antes de que el feto llegue a término, habitualmente antes de las 22 a 24 semanas (o según cada país).
- Perinatal cubre las muertes que ocurren desde la viabilidad fetal (aproximadamente 22 semanas completas de gestación o peso mínimo según estándares nacionales) hasta los primeros siete días luego del nacimiento.
- Neonatal hace referencia a los bebés vivos que fallecen durante los primeros 28 días de vida.
Este día busca romper el silencio histórico que rodea estas pérdidas: culturalmente, muchas familias sienten culpa, aislamiento o vergüenza de hablar de un bebé que no sobrevivió, y los entornos médicos o sociales pocas veces ofrecen espacios dignos de despedida. Se trata de otorgar voz a esos bebês que no llegaron o que vivieron muy poco, y acompañar a quienes aman con esperanza y compasión.
Empatía y comprensión social
Uno de los propósitos centrales del día es promover empatía colectiva: que la sociedad reconozca que el duelo perinatal no es “menos” ni “menos válido” que otras pérdidas, que es real y profundo. Romper la idea de que “no duele tanto” cuando un bebé muere antes de nacer.
Protocolos de atención humana
Se impulsa que hospitales, clínicas y sistemas de salud desarrollen protocolos formales para atender a las familias tras una pérdida gestacional, perinatal o neonatal, con enfoque humano, psicológico y respetuoso. Esto incluye permitir que los padres puedan despedirse, tener acompañamiento, recibir acogida emocional inmediata, y recibir seguimiento psicológico oportuno.
Derecho a despedirse y recordar
Un eje fundamental es garantizar a las familias el derecho de duelo, de despedida y de memoria: conservar recuerdos del bebé (fotos, huellas, objetos simbólicos) si la familia lo desea, y disponer de espacios rituales o simbólicos de conmemoración.
Educación en salud materna y prevención
Otro objetivo es reforzar la conciencia social sobre factores de riesgo en embarazo, atención médica prenatal de calidad, vigilancia obstétrica, nutrición, control de enfermedades, detección de infecciones y otras intervenciones preventivas que pueden reducir las muertes perinatales y neonatales.
Para ilustrar cómo estos objetivos se hacen carne en experiencias humanas, presentamos algunas voces y datos. María Clara, desde Ciudad de México, comparte su historia a través de redes sociales: perdió a su bebé en el segundo trimestre del embarazo. En su relato habla del vacío que sintió cuando recibió la noticia del latido que ya no respondía, de cómo buscó contención en grupos en línea y en otros padres que la entendían. Su testimonio ha sido difundido como un espacio de acompañamiento para quienes atraviesan también ese dolor tangible pero poco reconocido. (Fuente: redes sociales, “Duelo Perinatal: Un Viaje a la Recuperación con María Clara”)
Otro ejemplo es el de Ángeles Martínez y Raúl Sandoval, quienes perdieron a su hija después de varios meses post-nacimiento prematuro. En una entrevista relatan que muchas de las instituciones médicas no tenían protocolo para acompañarlos en ese duelo prolongado, lo que los dejó con vacío y malas experiencias al reclamar espacios de escucha y consuelo.
La psicóloga perinatal Ana López (nombre hipotético para ejemplificar tipo de voz autorizada) explica que el duelo por muerte gestacional o neonatal se considera un duelo “sin cuerpo” o “ambiguous loss”: la familia no puede abrazar al bebé, no hay foto nítida de la vida vivida, y esto dificulta poner final al duelo. Se necesita acompañamiento especializado, psicoterapia, rituales simbólicos y grupos de apoyo.
Desde el ámbito de enfermería, un estudio en Cuba destaca que el personal de enfermería que acompaña nacimientos y pérdidas puede manifestar síntomas de estrés postraumático o depresión secundaria al cuidado emocional fallido, lo que subraya la necesidad de capacitación institucional y apoyo al equipo médico.
Datos oficiales
- En México, entre los años 2000 y 2013, la tasa nacional de muerte fetal (stillbirth) disminuyó de 9.2 a 7.2 por cada 1,000 nacimientos, lo que implica una reducción promedio anual de 1.9 %.
- Aun así, persisten grandes disparidades entre estados y condiciones sociodemográficas: en zonas rurales, con menor escolaridad materna, o en zonas marginadas, la tasa es mucho más alta.
- En México, se reportan más de 14,500 muertes fetales al año, muchas sin causa especificada, lo que sugiere un subregistro y falta de diagnóstico detallado.
- La tasa de mortalidad neonatal en México es aproximadamente 7.8 muertes por cada 1,000 nacidos vivos (aunque varía según informes y fuentes)
- En el mundo, en 2021 hubo un estimado de 1.9 millones de bebés nacidos sin vida (muertes fetales a partir de 28 semanas), a una tasa global de 13.9 por cada 1,000 nacimientos totales.
- Dos de cada cinco muertes fetales (aproximadamente) ocurren durante el trabajo de parto (intraparto), lo que indica que muchas podrían prevenirse con mejores cuidados obstétricos.
Estos números revelan que, aunque ha habido avances, el reto sigue siendo grande, especialmente en sistemas de salud con desigualdades internas.
El 15 de octubre moviliza a muchas comunidades en todo el mundo con acciones simbólicas y públicas:
Wave of Light / Ola de Luz: Cada año, a las 7:00 p.m., familias y personas solidarias en todo el mundo encienden velas en ventanas, parques o patios, formando la “Ola de Luz” (“Wave of Light”) para rendir homenaje a los bebés fallecidos. Se comparten fotos con hashtags como #WaveOfLight, #NeverForgotten, #NuncaTeOlvidaremos.
Marchas, vigilias y caminatas: Algunas asociaciones locales convocan caminatas o vigilias con velas o globos, donde las familias caminan juntas en memoria de los bebés. También se organizan “obras de memoria” (hacer lazos, pulseras, colocar fotos simbólicas) en plazas públicas. (Por ejemplo, en Galicia se organizó una jornada bajo el lema “Somos una de cada cuatro”)
Protocolos y acciones institucionales: En México, diversas organizaciones promueven que hospitales adopten protocolos de atención al duelo perinatal — acompañamiento emocional oportuno, espacios de despedida, capacitación al personal — como un derecho inherente a la atención humana.
En el ámbito internacional, algunos hospitales han incorporado innovaciones como la “cuna de abrazos” (“cuddle cot”): un capazo especial que permite mantener al bebé fallecido con la familia por más tiempo, en un ambiente íntimo y respetuoso, para facilitar la despedida sin prisas. Esta iniciativa ya se ha implementado en algunos hospitales de España.
Acciones digitales: Durante la jornada se realizan campañas digitales con testimonios, publicaciones informativas, difusión de datos y acompañamiento virtual. Las redes sociales juegan un papel crucial para visibilizar el tema entre jóvenes y comunidades que quizá no lo conocen, mediante hashtags como #WaveOfLight, #NuncaTeOlvidaremos, #YoSiInfluyo.
El 15 de octubre es más que una fecha: es un espacio simbólico para rescatar del silencio el duelo que muchas familias cargan en soledad. Reconocer la muerte gestacional, perinatal y neonatal no minimiza el dolor; al contrario, lo legitima y permite que quienes sufren encuentren consuelo, memoria y acompañamiento humano.
Desde el humanismo, este día nos recuerda la dignidad intrínseca de toda vida — sin importar cuán breve haya sido — y el mandato cristiano de acompañar al que sufre, ser luz en el luto y proteger al más vulnerable, aunque sea en su existencia más efímera. Es también un llamado al cumplimiento de la legalidad: que los derechos humanos de las familias en duelo sean reconocidos, que las instituciones sanitarias respeten protocolos de atención humana, y que la sociedad mexicana honre el valor de la memoria.
Recordar no es permanecer en el dolor; recordar es honrar la vida, acompañar con compasión a quienes enfrentan la pérdida más silenciosa y construir una cultura de empatía y respeto hacia los más vulnerables.
Facebook: Yo Influyo
comentarios@yoinfluyo.com






