La Iglesia del Dios Vivo, Columna y Apoyo de la Verdad, conocida popularmente como La Luz del Mundo, es hoy mucho más que una congregación religiosa con presencia internacional. Se ha convertido en un enigma cargado de devotos, estructuras civiles, nexos políticos y, al mismo tiempo, escándalos que sacuden la credibilidad institucional.
Desde sus inicios en 1926 bajo el liderazgo de Eusebio “Aarón” Joaquín (posteriormente heredado por Samuel y ahora por Naasón Joaquín), esta organización ha buscado proyectarse como una “verdadera iglesia restaurada”, con cientos de templos, congregaciones en decenas de países y una fuerte identidad interna.
Pero detrás de los rituales, las oraciones y la fidelidad de sus miembros, se vislumbran sombras que van más allá del desacuerdo religioso: acusaciones graves de abusos sexuales, manipulación psicológica, estructuras armadas internas para “proteger” a sus líderes, y lo que podría ser un intento de penetración en la política y la justicia mexicanas.
Este reportaje revisa los capítulos más escabrosos documentados hasta hoy, da voz a víctimas y conocedores, y plantea los retos éticos, legales y sociales que México enfrenta frente a una institución con raíces religiosas pero con una sombra de poder civil.
Escándalos históricos y denuncias persistentes
Abusos bajo Aarón y Samuel Joaquín: la herencia del silencio
Aunque muchas de las denuncias más graves se han hecho en tiempos recientes, algunos indicios señalan que las violencias sexuales se remontan al fundador Aarón —incluso se ha documentado el caso de una menor llamada Guadalupe Avelar— y continuaron bajo la conducción de Samuel Joaquín durante décadas.
Bajo el mandato de Samuel (1964–2014), múltiples testimonios —algunos públicos, muchos bajo anonimato por temor a represalias— relatan relaciones sexuales forzadas con mujeres jóvenes, abusos de autoridad, concubinas menores y redes que garantizaban el silencio para proteger la imagen del “apóstol” (título con el que muchos fieles lo identificaban).
Casos emblemáticos:
- Karem León (1997): denunció públicamente violaciones, presión para actos sexuales y participación forzada en orgías.
- Moisés Padilla (1998): en su denuncia sostiene que siendo menor fue víctima de agresión sexual, y posteriormente sufrió un intento de asesinato con 68 puñaladas presuntamente ordenado por la cúpula.
A pesar de la gravedad de los señalamientos, nunca se abrió un juicio formal en México contra Samuel Joaquín. Murió en 2014 sin enfrentar cargos penales, y durante su vida, fue intocable para las autoridades nacionales.
Homenaje en Bellas Artes: colusión política y laicidad vulnerada
El 15 de mayo de 2019, apareció un episodio que provocó indignación pública: en el Palacio de Bellas Artes se organizó un evento disfrazado de “concierto cultural” que en realidad era un homenaje al líder Naasón Joaquín. Políticos como el senador Israel Zamora participaron activamente. Se denunció que el instituto de cultura de la CDMX incurrió en una violación del principio de laicidad.
Este episodio evidenció que la influencia de La Luz del Mundo no se limita a lo espiritual: logra penetrar instituciones civiles con respaldo político.
Arresto y condena de Naasón Joaquín en EE. UU.: primero cae el “apóstol”
El 4 de junio de 2019, Naasón Joaquín García fue detenido en Los Ángeles junto a coacusados por delitos que incluían violación de menores, tráfico sexual, pornografía infantil y conspiración.
En 2022, se declaró culpable de 3 cargos federales en California y fue condenado a 16 años y 8 meses de prisión.
Este veredicto representó un precedente sin igual en la historia religiosa mexicana: por primera vez, un líder evangélico de alto perfil reconoció responsabilidad penal por abusos sexuales. Pero muchas voces —especialmente las víctimas— cuestionaron la levedad de la sentencia comparada con la magnitud de los crímenes denunciados.
Nuevas acusaciones federales (2023–2025): organización criminal y red trasnacional
Desde 2023, fiscalías de EE. UU. han formulado cargos bajo la ley RICO contra Naasón y sus colaboradores (incluyendo familiares) por conspiración de crimen organizado, explotación sexual de menores, tráfico humano, lavado de dinero y obstrucción de la justicia.
En estas imputaciones, se señala que la institución operó como una maquinaria criminal disfrazada de comunidad religiosa, transitando entre México y Estados Unidos. Por ejemplo, su madre Eva García de Joaquín fue detenida en EE. UU. bajo teoría de complicidad.
Victimas como Sochil Martin, primera denunciante pública, han ofrecido relatos escalofriantes de manipulación, aislamiento psicológico, viajes forzados con menores, amenazas y temor permanente: “Crecí para ser propiedad de Joaquín García” — declaró Sochil ante medios, explicando cómo se normalizó el abuso dentro de la congregación.
El caso Jahzer: la guardia armada interna
Quizá el capítulo más reciente y escandaloso del entramado se vincula con la existencia del llamado grupo Jahzer, una milicia interna creada para “proteger” a los jerarcas de la iglesia.
Descubrimiento del campo de entrenamiento en Michoacán
En septiembre de 2025, autoridades mexicanas detuvieron a 38 hombres en un predio de Vista Hermosa, Michoacán —límite con Jalisco— en lo que describieron como un campamento de adiestramiento táctico. Los hombres dijeron ser fieles de La Luz del Mundo. En el operativo se encontraron armas blancas, réplicas de fusiles, equipo táctico y simuladores de explosivos.
El gobierno estatal informó que las detenciones se realizaron sin orden judicial, lo cual motivó que una jueza federal liberara a los capturados al considerar que las pruebas eran insuficientes.
El hallazgo causó alarma nacional: un grupo religioso con antecedentes de abuso y redes criminales armándose con tácticas militares pareciera rebasar cualquier esquema de control social convencional. Según el análisis del experto en seguridad David Saucedo, sería un “antecedente terrible” para México si se comprueba el brazo armado de una secta con líderes procesados.
Orígenes, estructura y modus operandi
- Las investigaciones periodísticas han encontrado que Jahzer es la evolución de una guardia previa llamada “Jericó”, creada por Samuel Joaquín.
- Los capturados confesaron que su misión era proteger templos, propiedades y a los líderes.
- Un detenido era ciudadano estadounidense proveniente de Minnesota, lo que evidencia la dimensión internacional de la estructura.
- Exmiembros han denunciado que esta guardia también fue usada para secuestrar, intimidar testigos, vigilar víctimas, vigilar disidentes internos y reforzar el control interno.
Aunque la liberación de los 38 miembros enfrió momentáneamente el escándalo, la dimensión simbólica y estructural del grupo permanece. No basta con liberar individuos: hay que desmantelar la lógica que les da sentido en el interior institucional.
Captura de instituciones: política, jueces y justicia
El escándalo no se queda en lo moral o lo criminal: también se extiende al ámbito institucional. En 2025, el Tribunal Electoral confirmó la candidatura de Job Daniel Wong, exministro religioso de La Luz del Mundo, para ocupar un cargo como magistrado de circuito. Organismos laicistas denunciaron que se vulneraba la naturaleza laica del Estado y que existía conflicto de intereses.
Además, otros aspirantes que participaron en el proceso judicial estaban vinculados estrechamente con la congregación. Víctimas y defensores alertan que estos nombramientos podrían evitar la aplicación plena de la justicia contra los líderes del culto.
En México, a pesar de las denuncias documentadas, no ha habido una sola sentencia firme contra líderes de La Luz del Mundo por temas sexuales (hasta antes del caso de Naasón en EE. UU.). La Fiscalía General de la República mantiene investigaciones abiertas, pero sin resultados tangibles que enfrenten a los jerarcas mexicanos.
Esto genera una lectura preocupante: existe una asimetría en la aplicación de la ley, donde un líder religioso puede caer bajo jurisdicción extranjera, pero permanecer impune en su país de origen.
Para aterrizar el problema y dar voz a quienes han vivido esa doble faz de la iglesia, recurrimos a historias testimoniales recogidas en medios judiciales y entrevistas. Sochil Martin, de 33 años, es reconocida como una de las primeras denunciantes públicas de abuso dentro de La Luz del Mundo. Su relato no es aislado: representa el hilo de muchas historias silenciadas en congregaciones. En 2020 denunció que desde que tenía 16 años fue víctima de abusos sexuales dentro de la congregación, y que crecientemente fue adoctrinada para entender esas agresiones como “mandatos divinos”. Dijo:
“Me acostumbré a verlo como algo normal, porque mis amigas también lo vivían. Yo creía que era parte del llamado del Apóstol.” Martin presentó una demanda civil en EE. UU. bajo la ley RICO contra líderes de la iglesia, solicitando reparación moral y económica. Su valor ha abierto fisuras en el muro de silencio que por décadas ha protegido a los altos mandos de la organización.
Su caso también revela un fenómeno de retraumatización gracias al sistema: amenazas, desprecio institucional, procesos largos y desgaste emocional son parte de la estrategia para que muchas víctimas no continúen.
Este conjunto de hechos demanda una reflexión profunda desde el humanismo cristiano, la ética pública y los valores sociales de México.
- Dignidad humana vs. poder clerical
La Doctrina Social de la Iglesia nos recuerda que toda persona posee dignidad inviolable. Cualquier institución religiosa que instrumentalice esa dignidad —abuso, trata, manipulación— ha traicionado su misión. En consecuencia, los fieles y la sociedad deben exigir transparencia, rendición de cuentas y justicia plena. - El bien común y los riesgos de poderes paralelos
Si un grupo religioso construye estructuras militares internas, colabora con la política o introduce sus miembros en la justicia del Estado, se crea un poder paralelo que debilita la equidad del sistema. Eso es incompatible con el principio del bien común. - Solidaridad con las víctimas y acompañamiento institucional
Los gobiernos, la sociedad civil y las propias comunidades religiosas deben consolidar protocolos para recibir denuncias, proteger a víctimas y romper el silencio con acompañamiento psicosocial legal. No basta encarcelar; hay que sanar. - Laicidad no es enemistad religiosa, es frontera institucional
El Estado mexicano debe garantizar que toda institución religiosa, sin excepción, actúe dentro del marco jurídico. La laicidad no es anti-fe, sino garantía de que la fe no se convierta en trinchera del poder. - Formación ética y transparencia institucional
Las iglesias deben establecer mecanismos internos de auditoría, rendición de cuentas y supervisión democrática, que incluyan participación laica y vigilancia ciudadana.
Los escándalos que rodean a La Luz del Mundo no son simples tropiezos institucionales: describen un entramado de poder, silencio y estrategia para evitar que las víctimas sean escuchadas. Lo que hemos visto —abusos sexuales históricos, estructuras militares internas, colusión política, impunidad— conforma un riesgo para la integridad social del país. Para que este caso no sea simplemente otro expediente olvidado, se requieren acciones coordinadas:
- Que las autoridades mexicanas finalicen las investigaciones, presenten cargos formales y conduzcan juicios públicos con monitoreo internacional.
- Que se fortalezcan las leyes de protección a menores, de combate a la trata y penalización de delitos religiosos con fachada institucional.
- Que la sociedad civil exija que las confesiones religiosas adopten modelos de gobierno transparente, rendición de cuentas y mecanismos externos de control.
- Que los fieles y exfieles se animen a denunciar, acompañados por instituciones de derechos humanos que garanticen que no habrá represalias.
- Que los medios, universidades y foros públicos monitores este tipo de casos con rigor, para que no se repitan silencios cómplices.
La fe no debe ser el escudo de la injusticia. Y cuando una institución traiciona el mandato que afirma representar —el amor al prójimo, la defensa de la verdad— corresponde a una sociedad madura y comprometida desenmascararla, exigir reparación y prevenir que ocurra de nuevo.
Facebook: Yo Influyo
comentarios@yoinfluyo.com