“Los valores se aprenden en el hogar”, dice un refrán muy conocido cuyo origen no es muy claro, pero que resulta muy cierto, y sus consecuencias las vivimos en la familia y en sociedad. A pesar de desconocerse su origen, tiene mucha razón, pues el concepto es ampliamente compartido y expresado por diferentes figuras en la historia.
Por ejemplo, San Juan Pablo II afirmó que: “la familia es base de la sociedad y el lugar en donde las personas aprenden por vez primera los valores”; por su lado, el papa Francisco señaló que: “la familia es la primera escuela”; en el mismo sentido fueron las palabras del ex presidente de Uruguay José Mujica, cuando dijo: “no le pidamos al docente que arregle los agujeros que hay en el hogar”.
Pues bien, partiendo de ahí, podemos afirmar que algo no está funcionando bien en nuestras familias, pues el primer valor que deberíamos de haber aprendido y poner en práctica es el respeto a la defensa de la vida humana, desde el momento de la concepción hasta la muerte natural.
Y la delincuencia sin freno, la migración necesaria o forzosa para pueblos enteros, la falta de medicamentos e insumos en el sistema de salud, y muchas realidades que hoy padece nuestra patria, son muestra de que no hemos aprendido a poner en práctica los valores que necesariamente deberíamos haber recibido en casa, mas cuando atentan a la vida de las personas.
Hay un ejemplo que hoy evidencia la decadencia de nuestra sociedad por la falta de valores, me refiero al mayor atentado que se había visto en la historia de México, es la normalización de la práctica del aborto, su promoción y despenalización.
¿Cuántas vidas humanas se asesinan en el vientre de las madres mexicanas cada año sin que se denuncie, se trate de impedir o al menos se lamente?
Debemos partir de que el aborto, también irresponsablemente llamado “interrupción del embarazo”, es la muerte provocada del feto, realizada por cualquier método y en cualquier momento del embarazo desde el instante mismo de la concepción, esta última definida científicamente como el punto de partida de un nuevo ser y el comienzo de un embarazo, o sea el momento de partida de la vida humana.
Lamentablemente, en México, ya hay 24 entidades federativas en las que el aborto no es penalizado, en otras palabras, no es ilegal terminar con la vida humana durante el embarazo, cada una de ellas con legislación particular que clarifica el momento en que el aborto es permitido.
Si, en un país en donde cada vez se defiende más la salud y la vida de los animales, de igual manera se tolera el asesinato de inocentes en el vientre materno.
Un dato para considerar es que en los estados en donde el aborto es permitido, el sistema de salud está obligado a realizarlo, de tal manera que mientras en muchos de los hospitales públicos en los que no hay elementos humanos ni instrumental para atender las enfermedades de los ciudadanos, si los hay para la realización de abortos con cargo al erario.
Fue triste ver como en la Ciudad de México, el gobierno presume que entre 2019 y 2024 ya se habían realizado mas de 76 mil abortos. ¡Vaya logro de un gobierno!
La información oficial sobre el número de abortos realizados en nuestro país no es pública, o al menos es complicado llegar a ella. En tanto que Ipas México, que es parte de una organización mundial que promueve el aborto como forma de practica segura de la sexualidad de las mujeres, sugiere que el número total de abortos es mucho mayor a la cifra que se puede tener del gobierno, y que al menos es de 44 abortos por cada 100 niños nacidos vivos. De ese tamaño puede ser este atentado a la vida de los mexicanos.
Afortunadamente también existen ciudadanos dispuestos a luchar por la vida del ser humano desde el momento de su concepción, y valientemente realizan acciones para mostrar públicamente que el respeto a la vida es un valor al que se debe de defender.
Es mi opinión, cada uno de nosotros, quienes tenemos un compromiso con la vida, estamos obligados a defender los valores que nos fueron inculcados en nuestra familia, esos que engrandecen a la sociedad y que llegan al logro del bien común, esos que no caducan como si fueran moda, esos valores que engrandecen a las personas de bien.
Felicito a los hombres y mujeres integrados en la organización 40 Días por la Vida, que tiene presencia en 64 países, y que durante 40 días estarán en oración y en acción comunitaria en apoyo a la vida, creando conciencia y ayudando a salvar vidas humanas, en respuesta a una realidad que parece querer rebasar a México.
*El autor es mexicalense, Licenciado en Derecho, Diputado Federal en la LVI Legislatura, con experiencia en la función pública en los tres órdenes de gobierno, y columnista de opinión desde 1998. Contacto: javiergutierrezv@hotmail.com
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