Riesgo para México caída de nacimientos

México atraviesa un cambio demográfico que comienza a generar preocupación entre expertos y autoridades. Por tercer año consecutivo, la tasa de natalidad presentó un descenso, con un registro de un millón 672 mil 227 nacimientos durante 2024, lo que representa una caída anual del 8.5 por ciento, una tendencia que sostenidamente se ha presentado desde 2022, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

La tasa de natalidad, calculada como el número de nacimientos por cada mil mujeres en edad fértil, se ubicó en 47.7 nacimientos por cada mil mujeres en edad fértil, una reducción de 4.5 puntos respecto a 2023. Este descenso representa un cambio notable respecto a la tasa de 52.2 registrada en 2022, lo que evidencia que México se encuentra en una etapa de transición demográfica con menos nacimientos y un incremento gradual de la edad de maternidad.

Las disparidades entre las entidades federativas son significativas. Chiapas se mantiene con la tasa más alta, con 86.7 nacimientos por cada mil mujeres en edad fértil, mientras que la Ciudad de México registra la más baja, con 32.8. Otras entidades con tasas bajas incluyen Yucatán e Hidalgo, mientras que estados como Durango y Nayarit reportan tasas cercanas a 58 nacimientos por cada mil mujeres.

Por otra parte, el Inegi señaló que la edad de las madres muestra tendencias relevantes. El 46.47 por ciento de los nacimientos correspondió a mujeres de entre 20 y 29 años, mientras que el 10.1 por ciento fueron madres adolescentes de entre 10 y 17 años, un incremento frente al 5.6 por ciento registrado en 2023. Estas cifras reflejan que, a pesar del descenso general, la maternidad adolescente continúa siendo un reto en ciertas regiones.

En cuanto a los lugares de nacimiento, el 87 por ciento de los partos se registraron en hospitales o clínicas, mientras que el cuatro por ciento ocurrieron en domicilios particulares. Este indicador refleja una cobertura amplia del sistema de salud, aunque persisten desafíos en la atención en áreas rurales y marginadas. Sobre la situación laboral de los progenitores, el 58.3 por ciento de las madres declaró no trabajar al momento del registro, mientras que el 31.1 por ciento sí laboraba y el 10.6 por ciento no especificó su condición laboral. En contraste, 79.5 por ciento de los padres estaba empleado en el momento del nacimiento de sus hijos.

Menos población, más riesgos

La caída de la natalidad tiene múltiples implicaciones sociales y económicas. Una población que deja de crecer al ritmo previo puede experimentar envejecimiento acelerado, presionando los sistemas de pensiones y servicios de salud. Además, una menor proporción de jóvenes implica un impacto directo en la fuerza laboral futura, el consumo y la productividad económica del país. Analistas demográficos destacan que el descenso en la natalidad no se debe únicamente a factores biológicos, sino a cambios en el comportamiento social y cultural, así como al mayor acceso y uso de anticonceptivos, retraso en la maternidad, incorporación creciente de la mujer al ámbito laboral y educativo, y decisiones personales sobre tamaño familiar.

Expertos señalan que la tendencia también está vinculada a factores económicos y de urbanización. La inestabilidad laboral, el costo de vida y la urbanización acelerada influyen en la decisión de postergar la maternidad o tener menos hijos. Por su parte, en áreas rurales donde la natalidad sigue siendo más alta, persisten desafíos como el acceso limitado a educación y servicios de salud, que impactan tanto en la calidad de vida de las madres como en la supervivencia infantil.

Contar con datos actualizados sobre nacimientos y características de las madres es crucial para el diseño de políticas públicas que promuevan el equilibrio demográfico y la atención oportuna a la población. El seguimiento de estas tendencias permite a autoridades y especialistas planear estrategias de salud, educación y desarrollo social que respondan a los retos demográficos emergentes.

Con esta caída sostenida, México se une a otros países de América Latina que enfrentan reducciones similares en la natalidad, aunque el fenómeno local posee particularidades derivadas de factores culturales, económicos y sociales. La información disponible ofrece un panorama detallado de cómo evoluciona la población mexicana, permitiendo anticipar necesidades futuras y proyectar políticas que acompañen el cambio demográfico.

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