El conflicto entre Israel y Gaza alcanzó un punto crítico este 15 de septiembre, con la intensificación de la ofensiva israelí sobre Gaza City. Tras casi dos años de guerra, la urbe más poblada del enclave se ha convertido en el epicentro de una batalla que combina ataques aéreos y operaciones terrestres, dejando a la población civil atrapada entre escombros, hambre y desplazamientos forzados.
A primera hora del lunes, el ejército israelí lanzó una operación para tomar el control de Gaza City, después de semanas de intensos bombardeos sobre rascacielos y barrios residenciales. La ofensiva incluyó incursiones de fuerzas terrestres con el objetivo de desmantelar la infraestructura militar de Hamas en el corazón urbano.
El avance sobre Gaza City se produce en un contexto de destrucción sistemática de infraestructura, en los últimos días, las fuerzas israelíes han derribado decenas de edificios altos entre ellos torres residenciales y sedes señaladas como vínculos logísticos de Hamas obligando a miles a huir en pánico y dejando barrios enteros reducidos a escombros. Testimonios locales y material audiovisual muestran columnas de humo y familias cargando lo poco que pudieron salvar antes de abandonar sus hogares.

Las cifras humanitarias son sombrías y coinciden en una tendencia de empeoramiento. Organizaciones internacionales registran decenas de miles de desplazados internos y estiman que gran parte de la población de Gaza ha sido obligada a abandonar su hogar al menos una vez desde octubre de 2023. Algunas evaluaciones indican que hasta el 90 por ciento de los 2.1 millones de habitantes han sufrido desplazamientos. El acceso a alimentos, agua potable y atención médica es extremadamente limitado; aumentan las muertes por malnutrición y los hospitales trabajan colapsados.
En cuanto a víctimas, las cifras varían según la fuente y la verificación independiente sigue siendo difícil en zonas de combate. Los recuentos acumulados hablan de decenas de miles de muertos desde el inicio del conflicto en octubre de 2023; en los últimos días se han sumado centenares más a raíz de los bombardeos, mientras que organismos internacionales llaman la atención sobre un incremento en la mortandad infantil ligada a la falta de alimento y atención sanitaria.
En el frente político y diplomático, la ofensiva coincide con movimientos regionales. Líderes árabes reunidos en Doha y otras capitales condenaron los ataques y advirtieron que amenazan la estabilidad regional, especialmente tras un ataque israelí contra individuos vinculados a Hamas en el extranjero, que generó reacciones diplomáticas y una cumbre de emergencia en Qatar. Al mismo tiempo, Estados Unidos reafirmó su apoyo político a Israel en conversaciones de alto nivel, aunque con llamados públicos a mitigar el impacto humanitario.
Otro foco persistente y sensible es la cuestión de los rehenes, desde la ofensiva inicial de octubre de 2023 centenas de israelíes fueron llevados a Gaza y, pese a liberaciones periódicas en acuerdos de intercambio, aún quedan personas en cautiverio. El tema sigue marcando tanto la estrategia militar como los intentos de negociación.

En el terreno, el ejército israelí afirmó haber consolidado control sobre parte de Gaza City y anunció planes para ampliar la operación, advirtiendo a civiles que evacúen hacia el sur. Sin embargo, la población enfrenta la falta de rutas seguras y la saturación de los corredores humanitarios. Organismos internacionales advierten que muchas de las “zonas seguras” propuestas carecen de garantías reales frente a los bombardeos y tampoco ofrecen acceso sostenido a alimentos o cuidados médicos.
La dimensión humanitaria es la más urgente ya que los corredores de ayuda insuficientes, hay hospitales sin suministros y un aumento de casos de inanición y enfermedades prevenibles. Informes recientes documentan la destrucción de escuelas y centros usados como refugio, además de muertes entre personal humanitario. La comunidad internacional mantiene los llamamientos para permitir un acceso humanitario pleno y sin condiciones, pero en la práctica la entrega a gran escala sigue enfrentando obstáculos.
¿Qué puede seguir en los próximos días? Analistas advierten que la toma efectiva de Gaza City, de concretarse y mantenerse, podría alargar la fase más destructiva del conflicto, aumentar la presión política y humanitaria y complicar eventuales vías de negociación. Por su parte, actores regionales e internacionales intentan, con escaso éxito hasta ahora, reabrir canales de intercambio para aliviar la crisis de los rehenes y negociar pausas que permitan la llegada de asistencia.
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