Si no fuera por las tragedias que comunican el radio y la televisión resultaría aburrido encender dichos aparatos.
Y es que, por desgracia, nos encontramos con lo mismo de siempre: Enfrentamientos a balazos entre policías y mientras del crimen organizado, maniáticos asesinando en algún lugar público a personas inocentes para culminar con el asesinato del niño Fernandito a quien le arrebataron la vida porque su madre no pudo pagar una deuda de mil pesos.
Todo eso y más; por supuesto, sin contar con las inundaciones que todos los días convierten las principales avenidas de la capital del país en auténticos ríos que han provocado infinidad de accidentes.
¿Y qué decir de los baches?, auténticas trincheras en algunos casos que provocan que automóviles sean literalmente tragados por la tierra.
Problema que se agrave porque las inundaciones tapan los baches impidiendo que los automovilistas tomen las necesarias precauciones.
Un auténtico país de pesadilla que, ante las televisoras extranjeras, ponen a México en una situación muy cercana a la que se padece en Ucrania o en la franja de Gaza.
Sin embargo, no todas son lágrimas puesto que tenemos una serie de noticias que provocan el esparcimiento del ciudadano de a pie.
Nos referimos a las sesiones que se llevan a cabo en el Congreso de la Unión y que en gran parte se transmiten por los habituales medios de comunicación.
En ellas vemos como diputados y senadores se enfrentan en discusiones bizantinas que más tienen de teatrales que de reales.
Los legisladores caen en actitudes grotescas que convierten al mayor recinto representativo del país en una auténtica carpa circense en la que vemos de todo: Fieras, domadores, payasos, equilibristas y un interminable número de sujetos que hacen las delicias de quienes los contemplan.
No hay duda: El Congreso se divierte en tanto que afuera se producen hechos sangrientos que aumentan conforme van pasando los días.
Todo mundo sabe que la misión del Poder Legislativo consiste en elaborar leyes que faciliten la armonía social e incluso fomenten el progreso del país en todos los órdenes.
Y eso incluye promulgar una serie de leyes que no solamente castiguen los delitos, sino que sienten las bases para que dichos delitos jamás se cometan.
Elaborar una serie de normas jurídicas que, por ser federales, puedan servir de fundamento para que en ellas se apoyen las leyes promulgadas por los congresos de los diversos estados.
Esa y no otra es la misión del Poder Legislativo integrado por los diputados y senadores.
Desgraciadamente, y por lo que estamos viendo, no ocurre así.
A la mayoría de los diputados y senadores solamente les interesa presumir de su status de miembros del Congreso y se despreocupan de lo demás.
Sujetos que cobran sueldos elevadísimos que no desquitan porque no cumplen con la responsabilidad para la que fueron elegidos.
Entretanto afuera del recinto del San Lázaro (o sea en todo el país) continúan las matanzas.
Y concluimos con una pregunta: ¿Hasta que punto son responsables de dichas tragedias una serie de payasos que no cumplen con su deber elaborando leyes que impidan tantas tragedias?
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