En un mundo en constante transformación, el turismo se ha vuelto termómetro del desarrollo económico, la proyección cultural y la estabilidad social de las naciones. En este escenario, México ha dado un salto notable al convertirse en el sexto país más visitado del planeta en 2024, de acuerdo con los últimos datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT). Esta posición no es producto del azar: es el resultado de décadas de inversión, riqueza natural y cultural, y la resiliencia de un sector que ha sobrevivido pandemias, crisis de seguridad y retos logísticos.
Las cifras que lo demuestran
Según el Barómetro del Turismo Mundial de la OMT (enero 2025), México recibió 42.2 millones de turistas internacionales en 2024, colocándose por encima de gigantes tradicionales como Alemania, Reino Unido o Turquía. Solo fue superado por Francia, España, Estados Unidos, Italia y China.
Este crecimiento ha sido sostenido. En 2019, antes de la pandemia, México ocupaba la séptima posición. Durante la pandemia llegó incluso al segundo lugar mundial en 2021 debido a políticas sanitarias más flexibles que mantuvieron las fronteras abiertas cuando otros países cerraban. Aunque ese efecto fue coyuntural, logró consolidarse en el top ten tras la reapertura global.
“México ha demostrado una impresionante capacidad para diversificar su oferta turística y adaptarse a los cambios del mercado internacional. Su combinación de cultura, naturaleza, gastronomía y hospitalidad lo hacen único”, afirma Natalia Bayona, directora ejecutiva de la OMT.
¿Por qué México atrae tanto al turista internacional?
1. Variedad geográfica y climática
Desde las playas del Caribe hasta los desiertos de Sonora, pasando por selvas, volcanes y montañas, México ofrece diversidad que pocos países igualan. Es posible esquiar en invierno, hacer ecoturismo en la Sierra Gorda o bucear en los cenotes de Yucatán, todo en un mismo país.
2. Patrimonio cultural
México cuenta con 35 sitios declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO, lo que lo ubica como el país con más reconocimientos en América. Las zonas arqueológicas como Teotihuacan, Palenque, Chichén Itzá o Monte Albán atraen tanto a estudiosos como a viajeros curiosos.
“Vine por primera vez a Oaxaca por el Día de Muertos y me enamoré. Regresé tres veces en dos años”, comparte Giulia Rinaldi, visitante italiana. “Hay una calidez humana que no encuentras en Europa”.
3. Gastronomía reconocida mundialmente
La cocina mexicana fue reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2010. De los tacos callejeros a la alta cocina de Pujol o Quintonil, el país se ha convertido en destino gastronómico por excelencia. En 2023, México fue el país con más restaurantes latinoamericanos en el ranking The World’s 50 Best.
4. Conectividad aérea
La red de aeropuertos internacionales se ha ampliado, con hubs importantes en CDMX, Cancún, Guadalajara y Monterrey. A ello se suma la apertura del AIFA y el impulso al Tren Maya, que si bien ha sido criticado por su impacto ambiental, es parte del plan de conectividad turística del gobierno federal.
5. Segmentación y turismo especializado
México ha fortalecido nichos como el turismo médico (en Tijuana, Monterrey, Guadalajara), el de romance (bodas en playas), el ecológico, el religioso (especialmente en Jalisco y CDMX), y el turismo de lujo en destinos como Los Cabos, San Miguel de Allende y Punta Mita.
Aportación económica del turismo
El turismo representa el 8.5% del PIB nacional y emplea a más de 4.4 millones de personas de manera directa, según el INEGI. En 2024, el ingreso de divisas por concepto de turismo internacional alcanzó los 28,000 millones de dólares, marcando un récord histórico, conforme datos de Banxico.
“El turismo es clave para muchas economías regionales. En estados como Quintana Roo o Baja California Sur, representa más del 50% del ingreso total. Es una industria estratégica”, señala Francisco Madrid, director del Centro de Investigación y Competitividad Turística (CICOTUR) de la Universidad Anáhuac.
¿Qué desafíos enfrenta México?
Aunque los logros son evidentes, el turismo mexicano enfrenta desafíos estructurales:
- Inseguridad en algunas regiones que inhibe la llegada de viajeros a destinos emergentes.
- Sobreexplotación turística en lugares como Tulum o Bacalar, donde la infraestructura no siempre corresponde con el volumen de visitantes.
- Impactos ambientales, especialmente con obras como el Tren Maya, cuya construcción ha sido duramente criticada por expertos ambientales y comunidades locales.
“Es necesario que el crecimiento sea sostenible. No basta con recibir más turistas; hay que cuidar los ecosistemas, respetar a las comunidades y planificar a largo plazo”, advierte Adriana Navarro, investigadora en turismo sustentable de la UNAM.
México se ha consolidado como una potencia turística global. Su ascenso al sexto lugar mundial no es casualidad: responde a una mezcla poderosa de historia milenaria, naturaleza desbordante, calidez humana y capacidad de adaptación. Sin embargo, este liderazgo también implica responsabilidad: proteger lo que hace único al país y garantizar que el turismo sea motor de desarrollo y no de destrucción.
La buena noticia es que el mundo ya está aquí. Ahora toca a México decidir cómo quiere recibirlo.
Mikayla Thompson, turista canadiense de 29 años, decidió recorrer México durante seis semanas: “Quería conocer algo más allá de los destinos turísticos típicos. En Chiapas, las cascadas y pueblos me dejaron sin aliento. En cada lugar, me sentí bienvenida. México es más que Cancún. Es cultura viva”.
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