El año 2025 marca el inicio de una nueva etapa política en México con la llegada de la primera mujer al Poder Ejecutivo federal. La presidenta Claudia Sheinbaum asume el cargo tras las elecciones de 2024 en un país con importantes desafíos en gobernabilidad, economía, justicia y relaciones internacionales. Analistas señalan que hereda pendientes críticos: desequilibrios fiscales, bajo crecimiento económico, violencia persistente y tensiones con Estados Unidos. Como resume la politóloga Denise Dresser, Sheinbaum recibe “la deuda desenfrenada, el déficit fiscal, el peor crecimiento sexenal en 30 años, la tasa de homicidios, el incremento de la extorsión [y] las amenazas de Trump”. Aun así, la nueva mandataria cuenta con un amplio respaldo electoral y un momento histórico para impulsar cambios profundos, siempre que enfrente con valentía esas asignaturas pendientes.
En materia de gobernabilidad, México enfrenta el reto de equilibrar un poder político muy concentrado. La mayoría calificada obtenida por el partido oficial en 2024 permitió aprobar reformas constitucionales de forma expedita, como la controvertida reforma judicial. Esta iniciativa –que someterá a voto popular 881 cargos judiciales, incluidos ministros de la Suprema Corte– desató protestas de la oposición y alertas de expertos que acusaron una pérdida de independencia del Poder Judicial. Además, organizar esa elección inusual en junio de 2025 será una “papa caliente” para el INE, que tiene pocos meses para instrumentarla.
La oposición política inició este sexenio debilitada, lo que facilita la concentración del poder pero a la vez aumenta la responsabilidad del gobierno. Con un Congreso dominado por Morena y la posibilidad de influir en el Poder Judicial, todas las miradas estarán puestas en cómo se ejerce ese poder. El desafío para Sheinbaum será demostrar que su mayoría se utilizará para fortalecer –y no debilitar– la democracia, atendiendo las demandas sociales sin socavar las libertades.
En el terreno económico, los indicadores muestran una desaceleración preocupante. Según datos del INEGI, la economía mexicana creció apenas 1.2% en 2024 (frente a ~3.4% en 2023) En el 2024 el PIB creció 1.2% anual; fue el menos dinámico en tres años, su peor desempeño desde 2020. Analistas señalan que la incertidumbre jurídica por los cambios institucionales ha frenado inversiones, mientras que las finanzas públicas están comprometidas por la deuda pública y otros pasivos heredados. Gran parte del presupuesto debe destinarse al servicio de la deuda y al rescate financiero de Pemex, dejando muy poco margen para nuevos proyectos de desarrollo.
No todo es sombrío. México sigue beneficiándose de su integración con Norteamérica: en 2024 el país se consolidó como el principal socio comercial de Estados Unidos. Esta dinamización industrial representa una oportunidad que el gobierno debe capitalizar, garantizando certidumbre jurídica y fomentando un desarrollo más equilibrado entre regiones.
La seguridad pública continúa como la mayor preocupación ciudadana. En 2024 se mantuvo un nivel de violencia sumamente alto, con más de 27,500 homicidios dolosos reportados de enero a noviembre (una cifra similar a la del año previo).
Ante esta crisis, el gobierno de Sheinbaum presentó en octubre de 2024 una nueva Estrategia Nacional de Seguridad orientada a la “pacificación” del país. El secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, reconoció que revertir la violencia “no es de la noche a la mañana”, pero se han implementado operativos para detener a generadores de violencia y programas sociales preventivos. Aun así, persisten desafíos en 2025: la infiltración del crimen en autoridades locales y la protección de la población civil ante las amenazas del narco. Está por verse si la reforma judicial contribuirá a reducir la impunidad o si, por el contrario, podría debilitar aún más el Estado de derecho.
En el plano de la política exterior, el mayor reto proviene de la relación con Estados Unidos. El presidente electo Donald Trump ha lanzado amenazas que inquietan a México, como imponer un arancel general de 25% a los productos mexicanos y realizar deportaciones masivas de migrantes indocumentados. Estas medidas, de concretarse, agravarían la situación económica y social: un arancel así violaría el T-MEC y pondría en riesgo miles de empleos, mientras que deportaciones a gran escala saturarían las ciudades fronterizas mexicanas y podrían colapsar los albergues y servicios migratorios. Un análisis señala que haría falta aumentar significativamente los recursos del Instituto Nacional de Migración para enfrentar ese escenario. Sheinbaum ya ha dicho que buscará acuerdos para que los deportados no mexicanos sean enviados a sus países de origen, pero existe incertidumbre sobre cómo se manejará la tensión migratoria.
La cooperación en seguridad con Washington entraña equilibrios delicados. La crisis del fentanilo ha llevado a algunos en EE.UU. a sugerir intervenciones directas contra los cárteles, algo que México rechaza tajantemente. El analista Eduardo Guerrero advierte que se requerirá una estrategia firme para lidiar “con un presidente tan agresivo como Trump” mediante diálogo y colaboración en problemas comunes. Al mismo tiempo, la integración económica brinda incentivos para la cooperación; el desafío para México es defender sus intereses con firmeza sin romper puentes con su principal socio.
El panorama político de México en 2025 combina enormes retos con posibilidades reales de transformación. Cada uno de los frentes –gobernabilidad, economía, seguridad y relaciones exteriores– presenta dificultades estructurales, pero también oportunidades de cambio histórico. En los momentos más difíciles suelen gestarse las grandes transformaciones, y México tiene el talento y la creatividad para convertir las tormentas en oportunidades, como señala el analista Jorge Martínez. Si el gobierno de Claudia Sheinbaum logra canalizar su amplio respaldo popular para atender con eficacia estos desafíos –y lo hace fortaleciendo el Estado de derecho–, el país podrá no solo superar los obstáculos actuales, sino también avanzar hacia la transformación profunda que tantos mexicanos anhelan.
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