Termina la primera ronda de las precampañas que no son campañas, y mientras en el Frente Amplio por México hay sorpresas, en el proceso de Morena se mantuvo todo sin mayores sobresaltos, sólo con algunos chispazos de Marcelo Ebrard, pero en general las campañas de las corcholatas, se tornaron con el mismo ánimo que ha mostrado su puntera Claudia Sheinbaum, ósea muy frías.
En cambio, en el área de la oposición Xóchitl Gálvez irrumpió en el escenario impulsada por los ataques del presidente López Obrador, y despertó el entusiasmo de un cierto sector de las clases medias, anti Morena; que tienen acceso a internet y son una gama interesante de profesionistas que suelen ser líderes de opinión en sus círculos sociales y que han festejado el estilo ocurrente y contestatario de la senadora por el PAN.
Si en el Frente Amplio Por México (FAM), no se les hace bolas el proceso y logran superar el nudo de seleccionar a su representante por dos ejercicios que son una encuesta y por votación de más de dos millones de ciudadanos que se inscribieron en su plataforma, es casi un hecho que Xóchitl Gálvez ganará esta primera batalla. Sólo que mucho cuidado, porque el PRI ha despertado mostrando todo su apoyo a Beatriz Paredes y puede estirar la liga para sacar más puestos de elección popular.
Xóchitl también tendrá que superar varios desafíos de su propia personalidad, que, como muchas cosas en la vida, su fuerza, suele ser su debilidad. Un asunto, por ejemplo, es su deseo de querer ser popular al estilo López Obrador; ya durante sus comparecencias en el FAM, si leemos lo que dice y no quien lo dice, mantiene la retórica populista al estilo López Obrador en la política social. Gálvez para nada es un Javier Milei de Argentina, ella no va al cambio de 180 grados, sino a mantener ciertas políticas sociales y hacer guiño con grupos sociales de la izquierda de la que simpatiza.
Por otra parte, como aquí lo hemos publicado, su irrupción ha sido muy fuerte entre ciertos grupos de las clases medias, pero no se ve que eso le alcance para llegar más allá; no por ahora. Más aún, en el monitoreo que realiza semana a semana, Salvador Borrego de SABA Consultores, Xóchitl ha venido perdiendo fuerza, y conviene que su equipo analice en qué se está equivocando. Ya se han notado declaraciones desafortunadas o que, en su afán de ir a todas, pierda control de sus acciones.
Incluso en la encuesta de Reforma de Mayo pasado, aún sin Xóchitl como aspirante presidencial, el PRI, el PAN y el PRD sumaban 39 por ciento; y en la encuesta de agosto de este mismo diario ya con el “fenómeno” Xóchitl, suman 43 por ciento. Es decir, la alianza registró cuatro puntos más, pero está en el margen de error del estudio realizado por ese medio.
Mientras tanto Morena y sus partidos sumaban 55 puntos en el sondeo de mayo pasado, también de Reforma, y en la encuesta de agosto Morena suma 53 puntos. Lo que refleja que con o sin Xóchitl los números son muy similares. Pero usted no puede comentar nada de esto frente a un simpatizante de la aspirante del FAM, porque será usted descalificado con la misma pasión que lo hace un amlover, si osa dar su punto de vista sobre las políticas del presidente López Obrador.
En la cancha de la 4T, después del informe del presidente, surgirá la candidata Morenista Claudia Sheinbaum, sólo habrá que esperar que pedirá Marcelo Ebrard y la ruta que tomará Adán Augusto quien bien puede convertirse en el coordinador de campaña de Claudia, para estar cerca, en caso de que la aspirante se resbale.
Este proceso temprano ya nos ha puesto en el reflector las fortalezas y debilidades de las dos aspirantes, que al parecer, serán las que competirán por la presidencia de México en 2024: Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum. Si la batalla sólo fuera entre las dos personalidades, la contienda se cerraría, pero con la marca Morena en el escenario, por ahora la carrera para la candidata de la oposición se torna difícil. Aunque el proceso de sucesión se haya adelantado, la verdad es que los ejercicios de opinión son sólo la foto de este día, no hay nada escrito, eso es lo fabuloso de la política, que el juego no se acaba hasta que se acaba,
“Somos muy fuertes cuando admitimos nuestra debilidad”.
Honoré de Balzac
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