La fenomenología de Edmund Husserl y su brillante discípula: Edith Stein

La Fenomenología Trascendental es un intento de renovar la Filosofía como una ciencia estricta de conocimiento progresivo y con un método propio que permita el alcance de la verdad objetiva en la descripción del fenómeno.

Su fundador fue Edmund Husserl (1859-1938), autor del libro “Investigaciones Lógicas”. Ha tenido notable influencia en el pensamiento contemporáneo. Tuvo muchos discípulos, entre ellos, sobresale Edith Stein por su brillante inteligencia y capacidad de abordar muy hondo en sus investigaciones. Ella deseaba conocer a fondo la verdad para llegar a sus raíces y profundizar en ella.

Ella tuvo largas conversaciones con Edmund Husserl para aclarar sus dudas y le recomendó la lectura de varios libros. Pero, después de indagar mucho, no lograba penetrar realmente en la verdad y no quedaba satisfecha

Son esos espíritus inquietos que no descansan hasta dar con la respuesta de lo que buscaban. Me recuerda a Thomas Alva Edison (1847-1931). Con su gran optimismo y admirable paciencia como investigador que descubrió el foco o bombilla eléctrica y decía “No fracasé en mis múltiples intentos, sólo descubrí 999 maneras de cómo no hacer una bombilla o foco”.

Lo afirmaba porque probaba cientos de materiales hasta dar con un filamento de algodón carbonizado que luego lo mejoró. El 21 de octubre de 1879 nació el foco. Antes había patentado más de 400 inventos. Todo el proceso de generar luz ocurría dentro de una lámpara de vidrio al vacío y gracias a la corriente eléctrica suministrada.

El foco de Alba Edison lo fue perfeccionando hasta que se percató que ya se podía comercializar. Fue un 27 de enero de 1880 cuando lo patentó y a continuación se comenzaron a iluminar algunas  calles de Nueva York. Y muy pronto la mayoría de las ciudades de la Unión Americana deseaban iluminar sus propias ciudades. Thomas Alva Edison fue de esos genios que, afortunadamente, sí fue comprendido y se le facilitaron medios económicos suficientes para continuar investigando y realizando nuevos descubrimientos e inventos.

Regresando a Edith Stein, resulta que un matrimonio de amigos filósofos, en el año 1921, la invitaron a su casa de campo. Hacia la mitad de la mañana, le dijeron que tenían que ir a comprar alimentos al mercado. que si querría acompañarlos. Edith les dijo que no podía porque estaba escribiendo un trabajo de investigación y prefería quedarse en casa.

El matrimonio contaba con una biblioteca dotada de un buen número de libros interesantes. Le atrajo especialmente un libro, titulado: “La Autobiografía de Santa Teresa de Jesús” Llama la atención que siendo una judía practicante le interesara ese libro en particular. Después de leerlo más de una hora concluyó: “Aquí está la verdad que tanto buscaba “. Y sonreía muy contenta.

Ella nació en Breslavia, Polonia, un 12 de octubre de 1891. En 1911 comienza a estudiar Historia; se interesa por los Derechos Civiles de la mujer, así como su Derecho al voto.

Posteriormente, ingresó en la Universidad de Gotinga donde estudió Filosofía. Fue cuando conoció a Edmund Husserl, un destacado Catedrático, Ahí recibe la influencia de la corriente Fenomenológica y de inmediato le atrae esa nueva doctrina. Comienza su amistad con su maestro y se convierte en su mejor alumna y, después de terminar la Carrera, en una fiel discípula a la que el Filósofo estimaba.

Pero después de encontrar la verdad, acudió a la Parroquia más cercana y el sacerdote le comentó que ella necesitaba conocer los rudimentos de nuestra fe. Así que comenzó a recibir clases de catecismo.

Un día dejó el catecismo en mueble de su habitación y su madre le llamó muy fuerte la atención, diciéndole que era una “traición a la fe y a la comunidad judía”, que eso no estaba nada bien. Y que lo meditara despacio. Edith trató de explicarle lo contenta que se encontraba por haber encontrado la plenitud de la verdad en Jesús, pero su madre se cerró al diálogo porque no comprendía nada de los principios filosóficos. Pero Edith, manteniendo el respeto y cariño hacia su madre, siguió adelante y muy pronto fue bautizada, confirmada, y recibió la Sagrada Comunión.

A continuación se dedicó a estudiar a Santo Tomás de Aquino y al filósofo Beato Duns Scoto lo que supuso aclarar muchas de sus dudas y a raíz de esas lecturas publicó su libro, titulado:: “Ser Finito y Ser Eterno” que evidentemente tenía influencia de Edmund Husserl y Santo Tomás de Aquino.

Sin embargo, no le bastó con hacerse católica sino su inquietud interior seguía en aumento y después de muchas ponderaciones y consultas, en el año 1933, decide ingresar al Convento de las Carmelitas Descalzas.

El desconcierto de Edmund Husserl fue mayúsculo y también el de sus colegas filósofos de la corriente Fenomenológica, que decían: “Hemos perdido a una ilustre filósofa con un gran futuro por delante”.

Pero Edith siguió publicando profundos libros: ”La Estructura de la Persona Humana”, “¿Qué es la Filosofía?”, “La Búsqueda de la Verdad”, “El Papel de la Mujer”, “Los Caminos del Silencio Interior” y abundantes libros Antropológicos y Pedagógicos.

En 1939 estalla la Segunda Guerra Mundial y su Superiora, al saber que era judía, decide enviarla a un convento de Holanda. Pero las tropas nazis pronto la descubren y es enviada a uno de los campos de exterminio más conocido. Con ese motivo, ella publicó su libro: “El Tren Hacia Auschwitz” Fue condenada a la cámara de gas y ofreció su vida por la conversión del pueblo hebreo, por el Papa y las necesidades de la Iglesia Católica. Ello sucedió. un 9 de agosto de 1942, fecha en que fallece.

Fue declarada mártir y el 11 de octubre de 1998 el Papa Juan Pablo II la Canonizó y nombró Copatrona de Europa,  junto con San Benito y otros santos más. Todo un ejemplo de mujer intelectual y espiritual que fue congruente hasta su muerte.

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