Posponiendo, posponiendo

 El surgimiento de la pandemia le vino “como anillo al dedo” al gobierno federal, pues muchas situaciones que debía resolver de inmediato se han pospuesto, como si quedaran en el olvido.


Pandemia distracción


No cabe duda en la pandemia del COVID-19 le ha convenido al gobierno para posponer algunos temas que ya se estaban saliendo de la agenda del poder ejecutivo. Tal vez por eso se dijo la frase que pasará a la historia de que la pandemia “nos vino como anillo al dedo a la cuarta transformación”. Y es cierto: la pandemia les ha convenido en este aspecto. Un ejemplo: en las primeras semanas de marzo tuvimos la muy exitosa campaña del “día sin mujeres”, denostada en medios y en declaraciones públicas por los adherentes al Sr. Presidente. Sin un apoyo mayoritario de la sociedad, las mujeres lograron una de las manifestaciones más exitosas en la historia de México. Un tema que no se ha vuelto a tocar desde los primeros casos del coronavirus. Pospuesto, pero no resuelto.

De hecho, al decir de las autoridades, durante la campaña de “quédate en tu casa” han aumentado las denuncias por violencia intrafamiliar, que en un porcentaje elevadísimo es violencia contra las mujeres. Se ha especulado, sin muchas bases, que la cercanía causada por la reclusión los hogares, es la causa de este aumento. Podría ser. También podría haber otras explicaciones: por ejemplo, que después de la campaña donde las mujeres se dieron cuenta de su capacidad de organización y su poder de convocatoria, muchas más mujeres se sintieron empoderadas para hacer denuncias de los actos de violencia. Y de ahí el aumento que refleja la estadística. Porque es un hecho que la mayoría de los actos de violencia contra las mujeres no son reportados y mucho menos castigados.

El trato a las víctimas es otro tema pendiente. Las víctimas de la violencia machista no son las únicas. Nuestro sistema judicial y la Comisión de Derechos Humanos parecen dar más apoyo a los acusados, a los victimarios, que a las víctimas. El trato a las víctimas sigue siendo deplorable. La revictimización no se ha podido detener y ahí está, en buena medida, el motivo por el que muchos delitos no son denunciados y los que lo son, se procesan con tal descuido que no se llega a las condenas, por falta de pruebas legalmente sustentadas. La fabricación de delitos sigue ocurriendo y, tristemente, no falta una parte de la ciudadanía y de los medios, que la propician.

Por supuesto, como dije antes, hay otros tipos de víctimas, cuya atención sigue pendiente. Dos ejemplos: las víctimas de los pederastas, las dos víctimas de cada aborto, por mencionar uno muy extendido y el otro particularmente nefando, por el daño que puede generarse en la victima por décadas. Tal pareciera que a una parte importante de la sociedad no le urge atender y apoyar a las víctimas: si así fuera, ya se hubieran cambiado los procedimientos que revictimizan a los dañados.

Sin olvidar el terrible descuido de nuestro sistema de salud. Corrupción, desabasto, mal equipamiento no empezaron en esta administración. Los viejos recordamos el 1964, cuando los médicos en los hospitales desarrollaron un movimiento nacional protestando por sus deplorables condiciones económicas y humanas. Mismas que ahí siguen, sin soluciones de fondo.

No son los únicos pendientes. Son los que no están en la agenda presidencial ni en la de una buena parte de la sociedad. De otros pendientes se habla mucho, aunque los resultados siguen siendo escasos. Como el caso de la corrupción. La disminución de la violencia. La creación de empleo que, para poder llegar a 2 millones al final del 2020 ya deberían haberse creado 220 mil nuevos empleos en abril. Y lo que ve uno es cada vez más gente sin empleo. El número de pobres no parece disminuir. Vamos, hasta la famosa lotería del avión, de la que ya se supone que se recaudaron miles de millones a cargo de los empresarios que “voluntariamente” aportaron, se dijo, y que no se ha anunciado en donde se están invirtiendo. Otro asunto más que se pospone.

Que bueno que estemos preocupados por la pandemia. Muchos no están todavía suficientemente preocupados y otros tienen preocupaciones más apremiantes, como los que tienen que escoger entre quedarse en su casa o llevar comida a su familia. Pero no se nos deben olvidar todos esos pendientes. No podemos, no debemos permitir que se nos olviden. No debemos permitirnos olvidar. Porque esos temas no se resolverán solos.

 

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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