México; naturaleza no perdona

Dios perdona siempre…

Dios perdona siempre, el Hombre a veces, ¡la naturaleza… no perdona nunca! Duro, pero cierto. Las tragedias ocurridas recientemente, primero en Perú y poco después en Colombia lo confirman. En las dos partes, crecidas nunca vistas en la Historia de lodo líquido que bajaba de las montañas arrasándolo todo a su paso, camiones, toros, perros, puentes, casas, madera y personas. Es estrujante ver en el video al respecto a una mujer cubierta de lodo de pies a cabeza, aprovechar una oportunidad fortuita, para salir como Dios le dio a entender de esa corriente asesina, entre maderas embalsadas.



Pocos años atrás, hubo también en los Alpes suizos un deslizamiento de montaña, aunque no de lodo, sí mortífero, que se llevó casas completas, calles y pertenencias. Como está pasando en los Andes, los Alpes, está pasando en la Sierra Madre, en el Himalaya y cuantas partes más de las que ni siquiera nos enteramos.

En la Sierra Norte de Puebla, perteneciente a la Sierra Madre Oriental, hace algunos años hubo también deslizamientos funestos, que una visita al respecto la entonces secretaria del Medio Ambiente Julia Carabias, para consolar a los pobladores afectados, les advirtió que los huracanes cada vez eran más frecuentes y más violentos y que debían irse acostumbrando a eso. La misma funcionaria, ante una denuncia de una explotación ilegal de madera en la Selva Lacandona en el Estado de Chiapas, declaró olímpicamente que no se podía hacer nada para detenerla, ya que la zona era territorio del “Sub-comandante Marcos”. Los camiones torton o tráileres repletos de madera con troncos de diámetros de 1.50 y 2.00 metros seguían impunemente recorriendo las carreteras al centro del país. Con el Sub-comandante podría haberse tratado el punto y parado ese crimen, y si no, al salir de las brechas a la carretera los vehículos podían haberse incautado. La mafia de taladores no habría seguido después de perder los valiosos vehículos y la madera producto de su delito.

¡Pero no! no se hizo nada. La impunidad provoca que el delito se multiplique. Y es lo que nos ha pasado en todos los diferentes campos. El narcotráfico, los asaltos, los secuestros el dominio de estados completos por los carteles, confabulados incluso con organismos como la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que fue la culpable de la desaparición de estudiantes de una Normal Rural, que cayeron como carne de cañón de la CNTE, en la disputa por el territorio, de los Carteles de “Los Rojos” y los “Guerreros Unidos”. Y todavía se empeñan en que vivos se los llevaron, vivos que los devuelvan.

Dios perdona siempre, sólo pide que haya un verdadero arrepentimiento y un propósito firme de no volver a reincidir. Hay muchos hombres que tienen la nobleza de perdonar, aunque no sea requerido su perdón, teniendo en cuenta que en el Padre Nuestro le pedimos a Dios que nos perdone nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Hay quienes prefieren el desquite, la revancha, la venganza.

¡La naturaleza, ésa sí no perdona nunca! Y eso lo estamos resintiendo muy dolorosamente. Lo que se citó al principio no es más que una pequeña reseña de lo que está pasando en el mundo. Así como las lluvias torrenciales nunca vistas que con las consecuentes crecidas de aguas broncas que causan erosión de tierras buenas, provocando deslaves e inundaciones, sembrando a su paso desolación y muerte, evitando la realimentación de acuíferos y empobreciendo la disponibilidad de agua que cada vez nos falta más, en otras zonas se percibe una creciente falta de agua por la sequías que se han vuelto endémicas en mucho países, apareciendo la pobreza, el hambre y la muerte, no sólo del ganado y otras especies de animales, sino de pequeñuelos, bebés, ancianos, especialmente, pero también de adultos, niños y jóvenes.

Los jinetes del Apocalipsis se están enseñoreando de nuestra Tierra. Y no se hace nada efectivo para detener ese desastre. Porque eso de pretender que se hace para no quedar mal, pero no se hace lo suficiente, es una grosería, por no decir otra cosa. El hacer un poco, o hasta un mucho, si no es lo suficiente, no resolverá el problema. Además de que debe hacerse lo suficiente, debe hacerse a tiempo, antes de que sea demasiado tarde.

Por fin la presión mundial había logrado que Estados Unidos aceptara actuar a favor del Medio Ambiente, que anteriormente pretextando que perjudicaría a la economía del país se había negado a firmar los acuerdos necesarios para que los países del mundo actuaran para revertir las causas productoras del deterioro. Rusia y China, los otros dos causantes máximos de la contaminación atmosférica, del sobrecalentamiento y los resultantes cambios climáticos se negaban a firmar los acuerdos hasta que no lo hiciera también Estados Unidos.

Pues resulta que ahora Trump, que se había manifestado a favor de la vida, la familia y la libertad religiosa, salvándonos de la nefasta Clinton que estaba en contra de estos principios apoyando abiertamente la “ideología de género”, echa marcha atrás afirmando que lo del sobrecalentamiento y los cambios climáticos es puro cuento, no es cierto, y por lo mismo, ha dado nuevo impulso al uso del carbón y el petróleo, bloqueando totalmente las acciones mundiales conjuntas y la solución del problema. Otra vez los compromisos, los intereses personales y de mafias evitan hacer lo que es necesario.

Se olvidan de que ¡la naturaleza no perdona nunca!

“Donde hay Bosques hay Agua y Aire puro; donde hay Agua y Aire puro hay Vida”.

@yoinfluyo

redaccion@yoinfluyo.com

* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com


 

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