Para un viaje rápido de trabajo que realicé por Querétaro, San Luis Potosí, Monterrey, Nuevo Laredo y culminó en Laredo, Texas, partí de la Ciudad de México el miércoles 15 de febrero, a la que regresé el lunes 20.
Aproveché para pulsar opiniones sobre la situación del país: Se precisa que no debemos ver en los problemas que nos causa Trump –de cuyas facultades mentales muchos dudan– pretexto para achacarle los que ya padecíamos: economía deprimida, dinero que no alcanza, miseria, desigualdad, inseguridad, corrupción, impunidad.
Se reconoce que el nuevo presidente de EU, en su demencial empeño de dañar a México, no piensa que las drogas llegarán a su país pese a su famoso muro, porque allá los capos son protegidos por el poder, que nunca los aprehende y surten de enervantes a millones de gringos adictos.
Pero nuestro país no debe dejarse, sino oponerse férreamente y negociar con energía y presteza con él, a quien mueve un odio cerval contra México, por una serie de rencores que le taladran su voluntad y cerebro.
En Laredo, Texas, supe que Trump ya inició su campaña para reelegirse en 2020. En un mitin en Florida, empezó a recolectar fondos para ella y desde luego atacó a México. Me recordó que López Obrador arrancó su campaña presidencial en diciembre del 2000, cuando protestó como jefe de gobierno del DF. ¿Simple coincidencia?
Escuché la declaración del senador y ex candidato presidencial republicano (el partido de Trump) John McCain: “Los dictadores empiezan reprimiendo a la prensa”, en el tercer día consecutivo, después muchas otras veces, en que Donald arremetió contra los medios de EU que le señalan sus errores.
Allí me sorprendió la versión que corre allende el Bravo: Que Vladimir Putin se apoderó fácilmente de su gran enemigo EU, poniendo un loco en la Casa Blanca, mediante una serie de artimañas que consumó con el xenófobo favorecido.
Pregunté también en mi recorrido por los prospectos del PRI para la sucesión presidencial, y encontré opiniones muy pesimistas. Se salvan el Dr. José Narro, de Salud, y el Lic. José Eduardo Calzada, de Sagarpa, poco mencionados.
Narro tiene la ventaja de no ser abiertamente priista y de que lo ven como antisistémico, porque la gente está decepcionada de Peña Nieto y del PRI en general.
Y critica a Peña hasta porque paró los gasolinazos, pues –dicen– no eran indispensables, sino sólo medios recaudatorios para un gobierno quebrado.
Ahora los quita porque desataron la ira social, su popularidad anda por los suelos y estamos en vísperas de la elección del Estado de México, con todo el interés personal y político que le significa y con vistas a 2018.
El pueblo se pregunta por qué esa falta de feeling político que no mensuró el tremendo disgusto que los gasolinazos provocarían, y explica la serie de providencias desacertadas a lo largo del sexenio y que el presidente se haya dejado comer el mandado por logreros ante la opinión pública.
En Laredo, Texas, los paisanos indocumentados dicen claramente que ellos no quieren volver al México que les negó oportunidades de empleo y superación a ellos y sus familias, y que la red de consulados mexicanos, más que apoyo jurídico ante la caza desatada por Trump, deben ofrecerles auxilio psicológico, porque tienen miedo de ser atrapados al salir a la calle, y más los niños de que deporten a sus papás y queden abandonarlos.
Y que el xenófobo merece que se le demande por la demente acusación de que todos los deportados son criminales, lo que no puede ni le ha preocupado demostrar. Se quejan de que ningún consulado ha presentado una protesta formal ante el gobierno de EU por actitud tan irracional del energúmeno racista, ni el gobierno mexicano, como si temieran enojarlo más.
También la ONU deberá tomar cartas en el asunto y parar a este atrabiliario, que se montó en el poder en EU con trampas y hoy lo ejerce arbitrariamente contra todo derecho humano y civilidad en el mundo global del siglo XXI.
Preguntan los paisanos si odia a los mexicanos porque fracasó el fraude inmobiliario que consumó en Baja California y por el que fue demandado penalmente, pues con su actitud hacia nuestro país emula al Führer de la Alemania nazi. Es más, corre la versión de que no ha olvidado que un mexicano le tumbó una novia Cancún.
De vuelta a nuestra política sucesoria, en el Lic. Calzada la gente ve al único que ha presentado su declaración 3de3 y atacaría a fondo la corrupción en la que Peña y compañía se ahogan.
Al Dr. Narro no se le conoce ningún antecedente de que se haya ido sobre los fondos públicos, y se cree que también sacaría a México del precipicio de corrupción e impunidad en que acabó de hundirlo el gobierno actual.
Por otro lado, tuve oportunidad de corroborar la fuerza creciente de las redes sociales como vehículo informativo y para hacer y demoler famas. Basta ver que cada día cómo aumentan los celulares por todos lados y hay más adolescentes, jóvenes y adultos con ellos.
Imaginemos lo que pasará cuando crezcan los niños de hoy, que nacieron casi con el celular en la mano.
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