Sólo 30% de aguas residuales son tratadas en México

En México, no hay políticas públicas con criterios homogéneos que aseguren que el agua que consumimos es inocua y falta generar confianza, señaló Iván Quevedo, investigador especialista en sustentabilidad de la Ibero.



El escaso tratamiento de aguas residuales de los procesos industriales y del drenaje que se lleva a cabo en México, que es de tan sólo el 30 por ciento, contribuye a que los cuerpos de agua superficiales como ríos, canales y mares se estén contaminando, alertó Iván Quevedo Partida, académico del departamento de Ingeniería Química, Industrial y de Alimentos de la Universidad Iberoamericana.

Frente a esta situación, indicó que es necesario que el gobierno construya más plantas de tratamiento de agua al tiempo de vigilar que las leyes en esta materia se cumplan.

En México, no hay políticas públicas con criterios homogéneos que aseguren que el agua que consumimos es inocua y falta generar confianza, precisó el investigador especialista en sustentabilidad.

Quevedo Partida ha enfocado sus proyectos en evitar la contaminación de mantos freáticos, en detectar materiales nanométricos y patógenos –virus y bacterias– en el agua que están causando problemas de salud, y en estudiar de qué manera los residuos orgánicos podrían generar energía y, eventualmente, coadyuvar para limpiar la contaminación del agua.

Además, en colaboración con Lorena Pedraza y el estudiantado de posgrado de la Universidad Iberoamericana, investiga la posibilidad de crear biopolímeros para encapsular contaminantes del agua y fabricación de fertilizantes a partir del sargazo.

Al comentar sobre la calidad del agua para el consumo humano o el agua que sale del grifo, el académico precisó que esta es relativamente buena; sin embargo, las personas prefieren gastar en agua embotellada, y el uso excesivo de botellas de plástico genera más problemas toda vez que no sabemos qué hacer con ellas, consideró.

Observó que si bien en el país se pudiera llegar al punto de dejar de ser dependientes del agua embotellada se reduciría el impacto al medio ambiente, y una alternativa para obtener agua para el consumo humano sería utilizar un filtro de agua porque no estás desechando plásticos, aunque la desventaja es que puede representar un mecanismo de contagio si no hace un proceso de lavado adecuado o no se da mantenimiento al filtro porque se puede estar poniendo en contacto con una biopelícula de algunos organismos patógenos.

Alertó que los filtros purificadores de agua remueven ciertos contaminantes, pero no los hidrocarburos ni nanomateriales. “Si el agua que vas a consumir huele a gasolina, no te la tomes, aunque metas eso en el filtro no lo vas a eliminar”, recomendó.

Las áreas de interés sobre investigación que Quevedo Partida están enfocadas al transporte, tratamiento y destino de contaminantes emergentes en agua como fármacos, productos de cuidado personal, residuos industriales, y en la detección y caracterización de materiales nanoestructurados como óxidos metálicos, puntos cuánticos, nanocelulosa, en matrices complejas, por ejemplo, bloqueadores solares y suplementos alimenticios.

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