Siete de cada 10 mexicanos perciben mayor inseguridad en las ciudades en que residen, informó el INEGI, con base en los resultados de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) correspondiente a marzo de 2017.
Los datos arrojan que el 72.9% de la población urbana de 18 años y más consideró que vivir en su ciudad es inseguro, que es el segundo nivel más alto desde septiembre de 2013.
De acuerdo con la percepción de los encuestados, las ciudades más inseguras son: Ecatepec de Morelos, con 93.6%; Villahermosa, con 93.4%; Chilpancingo, con 93.3%; la región Norte de la Ciudad de México, 92.9%; Fresnillo, con 91.3%, y Coatzacoalcos, con 91.2%.
En tanto, las ciudades cuya percepción de inseguridad es menor, son: Puerto Vallarta, Mérida, Durango, Saltillo, Piedras Negras y Aguascalientes.
En lo que respecta a los espacios físicos, 80.2% de la población manifestó sentirse insegura en los cajeros automáticos localizados en la vía pública, 73.4% en el transporte público, 66% en el banco y 65.1% en las calles que habitualmente usa.
De acuerdo con la encuesta del INEGI, 36.8% de la población consideró que en los próximos 12 meses la situación de la delincuencia en su ciudad seguirá igual de mal, lo que representa un aumento de 2.2% respecto al mismo trimestre de 2016.
En tanto, 33.8% de la población mencionó que la situación empeorará en los próximos 12 meses, lo que representa un aumento en el indicador de 0.5% respecto a marzo de 2016.
Durante el primer trimestre de 2017, la proporción de la población que mencionó haber visto o escuchado conductas delictivas o antisociales en los alrededores de su vivienda, son: consumo de alcohol en las calles (64.7%), robos o asaltos (63%), vandalismo (51.8%), venta o consumo de drogas (40%), bandas violentas o pandillerismo (34%) y disparos frecuentes con armas (32.5%).
La encuesta del INEGI arrojó que 62.7% de la población manifestó que durante el primer trimestre de 2017 modificó sus hábitos respecto a “llevar cosas de valor como joyas, dinero o tarjetas de crédito” por temor a sufrir algún delito; mientras que 54.5% reconoció haber cambiado hábitos respecto a “permitir que sus hijos menores salgan de su vivienda”; 51.9% cambió rutinas en cuanto a “caminar por los alrededores de su vivienda, pasadas las ocho de la noche” y 33.6% cambió rutinas relacionadas con “visitar parientes o amigos”.
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