La salud mental es un pilar esencial para que las empresas en México puedan mantener a su personal productivo, satisfecho y, sobre todo, saludable. Esta prioridad también se ha trasladado a los trabajadores, quienes ahora buscan oportunidades laborales que les permitan cuidar su bienestar emocional y colocan su salud mental como un aspecto fundamental en sus vidas profesionales.
Pero, ¿cuáles son las experiencias de los trabajadores y perspectivas de los trabajadores en México sobre la salud mental en sus lugares de trabajo?
De acuerdo a los hallazgos de un sondeo elaborado por OCC a este respecto, se conoció que el 34 por ciento de los empleados considerados para este estudio aseguró que la cultura organizacional y el liderazgo de sus empresas les ofrecen un espacio seguro para hablar de temas de salud mental.
Destacaron que sus empresas promueven la expresión abierta, permiten que los colaboradores compartan sus situaciones personales y buscan soluciones conjuntas en momentos difíciles.
En contraste, el 30 por ciento mencionó que sus lugares de trabajo no fomentan la apertura hacia la salud mental, debido a que en estos centros laborales hablar del tema puede ser visto como un obstáculo para el trabajo o una debilidad por los líderes u otros colaboradores, lo que obliga a estos profesionales a enfrentar sus retos emocionales de manera individual.
Un 19 por ciento afirmó que solo ocasionalmente han podido comunicar temas relacionados con su salud mental en el trabajo, ya sea por falta de confianza o porque no existen relaciones cercanas que lo faciliten.
Finalmente, el 17 por ciento dijo no saber si existe libertad para hablar sobre salud mental en su empresa, ya que nunca han tenido la necesidad de abordar el tema o no han percibido un espacio que lo promueva.
Guardar el dolor
La limitada comunicación sobre salud mental dentro de las empresas tiene consecuencias significativas, tanto para los trabajadores como para las organizaciones, destaca el análisis de OCC.
Para el 38 por ciento de los encuestados, la principal consecuencia es la disminución de la productividad. Los problemas emocionales no atendidos afectan la concentración y el desempeño, mientras que síntomas como ansiedad y depresión generan una baja motivación en los equipos.
Por otra parte, el 31 por ciento destacó que la falta de apertura sobre este aspecto genera un ambiente laboral tenso. Los niveles de estrés incrementan, afectando las relaciones interpersonales y reduciendo la satisfacción laboral de los colaboradores.
En tanto que el 17 por ciento identificó una relación directa entre la falta de diálogo sobre salud mental y una alta rotación de personal. Sin un espacio para ser escuchados y apoyados, muchos trabajadores optan por buscar oportunidades en otras empresas donde el bienestar emocional sea prioritario.
Por último, el 14 por ciento mencionó que la falta de espacios para hablar de este tema lleva a un aumento del aislamiento social. Los colaboradores reprimen sus emociones, lo que afecta no solo su desempeño profesional, sino también su bienestar personal.
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