Con la desaparición de la prueba Comipems podrían prevalecer prácticas discriminatorias o la selección basada en criterios arbitrarios, perjudicando a estudiantes de sectores vulnerables, como en el caso de asignar opciones educativas y planteles basados únicamente en el código postal de los aspirantes, “lo que reproduciría desigualdades de base afectando negativamente las trayectorias de miles de jóvenes”, advirtió Luis Antonio Mata Zúñiga, académico de la Universidad Iberoamericana.
Al referirse a la decisión de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) de seguir aplicando una prueba de admisión, hizo notar que los planteles de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP) y del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH), pertenecientes a la Máxima Casa de Estudios, representan la primera opción para más del 50 por ciento de los aspirantes a estudiar el bachillerato en el sistema público, pero sólo dos de cada 10 solicitantes logran ser admitidos en las mismas.

Consideró que la falta de un mecanismo centralizado podría derivar en la falta de coordinación entre las instituciones y mayor incertidumbre para los aspirantes, sobre todo si los bachilleratos de la UNAM quedan fuera de esta reorganización.
Asimismo, Mata Zúñiga destacó que con un sistema que regule el ingreso, existe el riesgo de saturar algunas instituciones, “lo que podría comprometer la calidad de la educación”, subrayó.
El profesor universitario señaló que la desaparición de la prueba Comipems debería ser entendida como parte de un proyecto integral de política pública educativa que se complete con otras medidas como la ampliación y creación de más escuelas, especialmente en zonas de alta demanda, sin descuidar las zonas pequeñas y de difícil acceso, garantizando el derecho a la educación sin comprometer la calidad educativa.
Apuntó que la política pública debería rediseñar los criterios de admisión con un modelo que combine la proximidad geográfica, pero también la capacidad instalada de las instituciones, las diferencias en la composición social de los actores escolares y las preferencias de los estudiantes, permitiendo una distribución más inclusiva y justa de los espacios educativos.
“El fortalecimiento de la educación básica es esencial para abordar las desigualdades desde las primeras etapas del sistema educativo, asegurando que los estudiantes cuenten con mejores oportunidades para ingresar a la educación media superior”, reveló el académico de la Ibero.

Además, comentó que “es imprescindible implementar mecanismos de evaluación continua que permitan monitorear el sistema educativo, identificar áreas de mejora en los procesos de asignación para garantizar la calidad de la educación ofrecida en todos los niveles. Estas acciones conjuntas son necesarias para construir un sistema más equitativo y efectivo que responda a las demandas actuales”.
Finalmente, el Mata Zúñiga hizo un llamado a repensar la política pública a partir de la desaparición de la prueba Comipems, y a incentivar el debate informado y participativo con el involucramiento de todos los actores relevantes en el proceso de ingreso a la educación media superior, como estudiantes, docentes, familias, autoridades educativas y especialistas en el tema.
¿Crees que al no ser obligatoria la prueba para acceder al bachillerato los jóvenes tienen mayores oportunidades de estudiar?
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