En un ambiente familiar, deportivo y de respeto por los animales, se celebró la carrera endurance de la Federación Ecuestre Internacional (FEI) que reunió a jinetes de todas las edades, a veterinarios y personal de la FEI de varias partes del mundo para competir en un escenario único, rodeados de belleza natural y arquitectónica michoacana.
La carrera se celebró desde el viernes 15 de noviembre al sábado 16 de noviembre en la Hacienda Cantalagua, sitio histórico lleno de tradición y arquitectura inigualable, donde los competidores se enfrentaron en varias categorías y tuvieron rutas por diversas zonas naturales, que dejaron entrever la belleza y diversidad mexicana.
En entrevista con Yo Influyo, Paula Ramírez, miembro del jurado de campo en la carrera endurance FEI, explicó que el endurance “no es una carrera contra otros caballos, es una carrera contra todo lo demás, como clima, territorio, distancia y todas las situaciones naturales, para que el jinete pueda completar su kilometraje”.
“Este deporte es una cuestión familiar 100 por ciento, vemos familias completas arriba del caballo, abajo, ayudando y es una disciplina en la que no solo se hace un show, sino que el jinete se involucra totalmente con su caballo y están hasta ocho o nueve horas montando, escuchándolo y teniendo una conexión”, explicó la jueza quien participó en el evento juntos a su papá, quien es presidente de la comisión veterinaria.
En sus marcas, listos… ¡fuera!
Los nervios y la emoción por la carrera iniciaron desde el viernes, cuando los jinetes, sus caballos y equipo arribaron a la Hacienda Cantalagua para iniciar los chequeos veterinarios y las revisiones de las rutas de la carrera, pero fue hasta el sábado cuando la adrenalina estaba a tope, y jinetes y caballos se unieron listos para competir.
La carrera tuvo distintas categorías, diferenciadas por la cantidad de kilómetros que se recorrerían. La primera fue la internacional de 120 kilómetros, en donde participaron Rodrigo Abascal con su caballo Harab; Ana María González con Forever Windy; Rui Lanternas de Portugal junto a Ragnar, y Martín Luna, montando a Preferida Kaiser.
Mientras que en la categoría internacional de 120 kilómetros juvenil, estuvo Uma Kraskin, representante de Estados Unidos montando a Santiago. En la categoría de 100 kilómetros, compitió Adriana Gámez junto a Cupid y María Laura Vergara, montando a Emir. En la categoría de 80 kilómetros, compitió Julieta Bravo con Conejo; Carlos Abascal junto a Malaga y José Abascal montando a Duero.
En los 60 kilómetros Ivana Vázquez y Ego participaron. Los 40 kilómetros fueron recorridos por Francisco González con Mosquito y Camila Muñozcano montando a Smore, y finalmente, en la de 20 kilómetros estuvo Isabel Chávez con Alamir. En la carrera hubo dos premios, uno para el jinete que finalizara primero el recorrido y otro Best Condition que reconocía al caballo con la mejor recuperación deportiva.
Gracias al trabajo de jueces, veterinarios, organizadores y del personal de la Hacienda Cantalagua, la carrera se desarrolló con normalidad, con un clima favorable y sin ningún percance o evento desafortunado, y tanto jinetes como caballos dieron su mejor rendimiento, entregando una participación llena de compañerismo, compromiso y disciplina.
El ganador de la categoría 120 kilómetros, fue Rodrigo Abascal, montando a Harab, mientras que el premio Best Condition fue para Ana María González con Forever Windy; en la categoría de 100 kilómetros el primer lugar y el premio Best Condition fue para María Laura Vergara, montando a Emir.
En los 80 kilómetros, Carlos Abascal y Malaga obtuvieron el primer lugar; en los 60 kilómetros Ivana Vázquez y Ego fueron los ganadores, y en los 40 kilómetros, Francisco González con Mosquito recibieron el primer lugar.
La salud del caballo, el aspecto más importante de la carrera
En entrevista con Yo Influyo, Manolo Ramírez, presidente de la Comisión de Veterinarios, explicó que la carrera endurance en todo momento pone en el centro al caballo y su bienestar, y agregó que veterinarios de varios países como Estados Unidos, Costa Rica y de México se encargan de ser “la voz del caballo durante la competencia”.
Ramírez detalló que la carrera inicia temprano y dependiendo de la distancia que cada jinete y caballo recorran hay asistencias, descansos de 40 minutos y, por supuesto, chequeos veterinarios, con los que se aseguran que los caballos estén en condiciones óptimas para poder seguir corriendo y si los animales presentan algún problema se les descalifica, con el fin de cuidar su salud.
Además, cada categoría tiene rutas perfectamente diseñadas, monitoreadas y establecidas para que cada participante tenga periodos de cerca de dos horas en recorrido, con paisajes mágicos, y climas y condiciones que, en ocasiones son muy demandantes, pero que permiten que los jinetes y caballos regresen al campo base a hacer revisiones veterinarios y descansar.
Por otro lado, Emiliano Arguedas y Diego Arrieta, veterinarios de Costa Rica que participaron en la carrera, explicaron a Yo Influyo que los veterinarios evalúan la frecuencia cardiaca del caballo, que no puede estar arriba de 64 pulsaciones por minuto; membranas mucosas; llenado capilar; pliegue cutáneo; trote; tono muscular; movimientos intestinales, y la piel y la espalda.
Durante la carrera endurance FEI, se tuvo que descalificar a tres caballos debido a que presentaban algún detalle de salud, algunos de los jinetes y animales descalificados fueron: José Abascal montando a Duero y Rui Lanternas de Portugal junto a Ragnar. Pese a que los jinetes no pudieron seguir, cada uno agradeció al personal veterinario y priorizó el bienestar de su compañero.
Finalmente, y luego de 10 horas de rendimiento deportivo extenuante y de cientos de kilómetros recorridos, tanto jinetes, caballos, veterinarios, jueces y organizadores, concluyeron la competencia, reconociendo el valor del deporte y admirando la unión animal con los humanos, pues durante horas, no compitieron jinetes y caballos, sino que se volvieron uno solo.
Y tú, ¿conocías acerca de las carreras endurance?
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