Gasolinazo

Se levantó temprano la señora, fue por un recipiente de plástico de 20 litros y caminó varias cuadras para encontrarse con otras vecinas y vecinos haciendo fila en la gasolinera más cercana, tratando de comprar un poco de combustible frente al desabasto que se vivió a principios de semana. Entre la gente, la plática era de incertidumbre sobre el tiempo que duraría la escasez, en las conversaciones se incluía la experiencia de quienes habían ido a la tienda y no habían encontrado nada de verduras que comprar.



La semana anterior, el Secretario de Hacienda anunciaba que al iniciar el año, la gasolina, el gas y la electricidad aumentarían significativamente de precio. El anuncio se realizó el día de “los inocentes”, entre las fiestas de Navidad y Año Nuevo, mientras que el presidente de México se mostraba muy relajado jugando golf en una de las hermosas playas de nuestro país junto con otras autoridades, sin duda el contraste tenía sabor de broma de mal gusto, o viñeta del “realismo mágico”.

Al iniciar el año, las protestas ciudadanas de distintas maneras no se hicieron esperar en diversos lugares del país, en el estado norteño de Chihuahua, se bloquearon las casetas y carreteras de peaje, evitando el flujo de transporte de carga que afectó la distribución de productos a distintas industrias y comercios, afectando el trabajo y el abasto de muchos ciudadanos, también se bloquearon centros de distribución de combustible provocando su escasez.

En Chihuahua, después de algunos días de diálogo con diversos grupos, el gobernador y la alcaldesa los desalojaron de algunas instalaciones usando la fuerza pública en forma pacífica, y se restableció la circulación y el abasto. En otros estados las protestas fueron muy variadas, desde las pacíficas hasta otras que en algunas partes llegaron a saqueos de comercios de forma violenta, y lamentablemente en dos ciudades e incidentes diferentes, incluso a provocar la muerte de policías en robos y protestas.

Varias organizaciones, grupos políticos y gobiernos estatales y municipales fijaron su postura sobre la crisis provocada por la decisión del gobierno federal. Los obispos de México a través de la Conferencia del Episcopado Mexicano también emitieron su opinión en un comunicado de prensa que vale la pena leer completo, hacen un llamado al gobierno federal a desistirse de la medida, y al mismo tiempo invitan a los ciudadanos a manifestarse de manera pacífica.

“Ante la disposición del aumento de precio de los combustibles, exhortamos a las autoridades civiles a reconsiderar seriamente –dado el contexto nacional y las variables internacionales-, esta medida que afecta a todo nuestro país, especialmente a los más pobres. Se requiere ser sensible a las necesidades cotidianas de la gente, y ser conscientes de las consecuencias de esta medida gubernamental. Hacemos un llamado a la autoridad, especialmente al Poder Ejecutivo y Legislativo, a mirar desde abajo y no solamente desde arriba. No es correcto imponer leyes sin tomar en cuenta la realidad y el sentir que vive la gente, sobre todo los más desamparados”.

Después de su incomprensible silencio y displicencia durante los primeros días de las protestas, el presidente de México intentó explicar las razones económicas de la medida tres días seguidos por televisión; sin embargo, inmediatamente la gente le respondió que entre la opción de recortar los gastos superfluos del gobierno, o combatir la corrupción; y la alternativa de aumentar el precio de la gasolina -que provocó las protestas y seguramente traerá aumentos en los precios de otros productos para toda la gente-, optó por esta última decisión.

El gobierno se comprometió a recortar su gasto los dos últimos años por una cantidad que equivale a lo que esperan recaudar a través de este aumento de precio, y no lo cumplió; además, el precio de la gasolina en Estados Unidos desde donde se importa para su venta, es mucho más barato que en México, dejando sin argumentos al gobierno federal.

El carácter inusitado y generalizado de las protestas ciudadanas hacen necesario que los cristianos atendamos la exhortación del Papa Francisco en su mensaje de paz de Año Nuevo, para que la no violencia activa se convierta en la forma y el estilo de la participación que proteja la economía y paz de nuestras familias, de tal manera que se logre hacer que el gobierno reconsidere su medida, y al mismo tiempo se evite cualquier forma de violencia.

@yoinfluyo

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com


 

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