Ferrocarriles Mexicanos, una red desperdiciada

El primer tren que corrió en México fue de la capital del país al puerto de Veracruz, durante el gobierno de Porfirio Díaz, en 1873.


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A pesar de su amplitud (26 727 kilómetros), que la coloca entre las más amplias del mundo, la red ferroviaria mexicana está muy lejos de contarse entre las más eficientes, o entre las más productivas, y en cuanto a velocidad, sí ocupa uno de los primeros sitios, pero en cuanto a lentitud.

Si bien su papel en el trasldado de carga es muy relevante, en el rubro de transporte de pasajeros, la realidad es que casi no existe esa actividad.

Durante la Revolución Industrial se experimentaron diferentes avances tecnológicos y uno de los más importantes fue el ferrocarril, el cual permitió articular y mejorar la economía a nivel mundial, gracias a que revolucionó el modo de trasladar personas y productos para el comercio.

En México, durante el Porfiriato, la red ferroviaria creció considerablemente y se convirtió en uno de los medios de transporte más utilizados, de hecho la primera línea de ferrocarril se construyó fue en 1873, y comunicaba a la Ciudad de México con el puerto de Veracruz, lo cual ayudó al turismo nacional y a mejorar el comercio.

Cuando estalló la Revolución Mexicana, en 1910, existían 19 748 kilómetros de red ferroviaria, que fue fundamental para el traslado de personas y armamento para los revolucionarios durante el conflicto.

El 23 de junio de 1937, el presidente Lázaro Cárdenas, emitió un decreto presidencial para nacionalizar los ferrocarriles y establecer una compañía pública, Ferrocarriles Nacionales de México (FNM), la cual se convirtió en la propietaria de todo el sistema ferroviario del país. Este domingo se conmemora el 82 aniversario de ese decreto.

Durante todo este periodo, el transporte ferroviario fue subsidiado por el gobierno y no fue modernizado, lo que provocó estructuras productivas deficientes, estrategias operativas obsoletas y un exceso en la contratación de trabajadores. Debido a esa situación, durante el gobierno de Ernesto Zedillo, en 1995, se decidió privatizar los ferrocarriles de México y se concesionaron a varias empresas particulares.

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Cuando comenzó el proceso de privatización, el gobierno evitó que FNM pasara de un monopolio gubernamental a un monopolio privado (como ocurrió con Telmex), por ello las concesiones se dividieron a diversas compañías. También se estableció un sistema regulatorio de competencia, basado en la propiedad del Estado, el cual consiste en un sistema de derechos de paso para que ferrocarriles de diversas compañías puedan transitar por la infraestructura de otro concesionado.

Las empresas que se quedaron con las concesiones fueron: Kansas City Southern de México, Ferrocarril Mexicano, Ferrosur, Línea Coahuila-Durango, Ferrocarril y Terminal del Valle de México, Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec y Administradora de la Vía Corta Tijuana-Tecate.

La longitud de las vías ferroviarias en México actualmente asciende a 26 727 kilómetros, poseé 4 pasos fronterizos con Estados Unidos; el Mexicali en Baja California, Nogales en Sonora, Ciudad Juárez en Chihuahu y Piedras Negras en Cholula. También conecta 5 puertos del Pacífico y 2 del golfo de México.

La capacidad de transporte, los bajos costos en la operación, la baja emisión de contaminantes y el bajo índice de riesgo en accidentes de este transporte, ayudó a que en su mayoría, el tren sea utilizado para transportar producto, porque puede mover cargas de mercancía muy pesada. Actualmente los productos que se trasladan mediante el sistema ferroviario son: 12.4% de maíz, 8% de cemento, 7.6% de contenedores, 6.2% de láminas y planchas de fierro y acero, además de 4.4% de material de fierro.

Desde que se privatizó el sistema ferroviario, sólo cuenta con 4 rutas de pasajeros: el Ferrocarril Chihuahua al Pacífico, “Chepe”, y Tequila Express, que va de Guadalajara a una destilería de tequila, a cargo de Kansas City Southern de México, mientras que Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec tiene el servició de pasajeros del Ferrocarril Tijuana-Tecate y Ferrovalle maneja el suburbano Buenavista-Cuautitlán.

El Tren Suburbano para pasajeros capitalino recorre 27 kilómetros de Buenavista (Ciudad de México) a Cuautitlán (Estado de México) y viceversa. La misma empresa, Ferrovalle, tiene el proyecto del tren interurbano México-Toluca, promovido por el expresidente Enrique Peña Nieto, sin embargo, se encuentra suspendido a pesar de que la actual administración federal prometió reactivarlo.

Otro proyecto que tiene el gobierno federal es el tren turístico de la península de Yucatán o Tren Maya, el cual consta de mil 460 kilómetros y cuya inversión estimada es de entre 6 mil millones y 7 mil millones de pesos. Hay que recalcar que este proyecto aún no cuenta con los estudios ambientales requeridos para su construcción, que está a cargo de la Secretaría de Turismo (Sectur).

 

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