Presionan para que calle

Segob pide a Obispo no hablar más sobre asesinatos de sacerdotes

El Obispo de Chilpancingo-Chilapa, Mons. Salvador Rangel Mendoza, mencionó que la Fiscalía General del Estado de Guerrero, lo denunció ante la Secretaría de Gobernación (Segob), con relación a la extrañeza que manifestó por la información vertida por esa Fiscalía, sobre los asesinatos de los sacerdotes Iván Añorve y Germaín Muñiz, acaecidos la semana pasada.



“Yo ya he rechazado oficialmente lo que se ha dicho en la Fiscalía, yo no estoy de acuerdo. Con mucha prudencia yo se los digo, ellos ya me denunciaron ante Gobernación…”, señaló poco antes de culminar la Santa Misa de la peregrinación anual de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, a la Basílica de Guadalupe, llevada a cabo este 9 de febrero.

Señaló que ante los representantes de la Segob dijo que “como obispo no podía permitir esa humillación, esta desgracia de nuestros sacerdotes, que como obispo, yo tenía lo obligación de defender a nuestros sacerdotes, a nuestros seminaristas, a nuestras religiosas y religiosos y a todos ustedes”, y agregó que considera que “como Iglesia debemos levantar esa voz y no permitir estos atropellos”.

Además, señaló que los representantes de la Segob, le conminaron a ya no hacer declaraciones respecto del caso de los sacerdotes asesinados, pertenecientes a la Arquidiócesis de Acapulco y a la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, “de Gobernación me dijeron que no hiciera más declaraciones, y de parte del gobierno (Fiscalía) también les dijeron que no volvieran a hacer ese tipo de declaraciones a ver quién aguanta más ellos o yo”, resaltó.

Señaló que esta situación por el homicidio de los ministros sagrados, es algo que le duele, pero no sólo a él sino que cree “que fue una ofensa a Dios, a la Virgen, a todos los católicos de Chilpancingo-Chilapa y de Acapulco” y afirmó que “de ninguna manera voy a permitir que los victimicen, que su muerte fue debido a su imprudencia y es responsabilidad del Estado velar por la seguridad de todos nosotros hacer seguros los caminos”.

Durante su homilía recordó que México ocupa el primer lugar en sacerdotes asesinados, ya que durante los últimos cinco años se han asesinado a 21 sacerdotes.

Señaló que además del homicidio de estos sacerdotes, ocurrió hace tres años el del padre John, (quien además era extranjero) y también en Altamirano, mientras fue Administrador Apostólico, asesinaron a otros 3, por lo que pidió a la Virgen el consuelo, y la fortaleza, además agradeció las diferentes muestras de solidaridad, entre estas un saludo del Papa Francisco. Destacó que el año pasado hubo en México más de 29 mil homicidios, y Guerrero sumó dos mis trescientos dieciocho.

Por otro lado, clausuró el Año de la Paz con Misericordia que se inauguró el año pasado en que se procuró acercase más “a las víctimas de la violencia”, también han orado por los victimarios. Se decretó el nuevo Plan Diocesano de Pastoral y se dio inicio a un año en favor los jóvenes.

 

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