Es mucho más cómodo para un gobierno que se discuta más sobre el avión, y todavía mejor, si todo es alrededor de boletos para una rifa que nunca existirá.
Ya sé que el antiguo juego infantil se refería a un navío (porque no había aviones). Pero la adaptación es pertinente. La compra del avión presidencial fue una decisión del Congreso de la Unión y fue votada por unanimidad, la adquisición fue a mucho menor precio de lo que correspondía en el mercado, pero podemos seguir hablando del avión, de su remodelación a cargo del gobierno anterior, del estacionamiento, del tipo de contrato y hasta de la famosa rifa del avión presidencial que ha dado lugar a memes, comentarios, vergüenzas internacionales y hasta momentos de genuina diversión, pero sobre todo ha logrado distraernos respecto de lo que deberíamos tener como prioridad.
Es cierto que hay cosas en las que nos podríamos detener a reflexionar: ¿qué valor le puede dar un presidente a un pueblo que cree que puede poner como tema principal la propuesta de una rifa del avión presidencial?; ¿habrá alguien que vea que el planteamiento es una burla a sus gobernados?; ¿por qué los partidos de oposición se fueron con la finta?; ¿por qué no nos indigna el que funcionarios del partido gobernante chacoteen con la rifa y los boletos?; ¿por qué no vemos que es una falta de respeto por parte del presidente? La rifa es imposible, demos por terminada la discusión. Sin embargo, como muchas cosas, ha funcionado para el gobierno, pero no para México.
Y volviendo al juego infantil, este avión está cargado, por lo menos, de tres cosas:
1. El inicio de la construcción del aeropuerto internacional General Felipe Ángeles o aeropuerto de Santa Lucía. Aquí sí hay algo bueno: encontramos mamuts. Lo que hace que éste pueda ser un buen pretexto para salvarlos y, de pasada, dejamos a un lado esa mala decisión.
2. La creación del Instituto de Salud para el Bienestar, conocido como Insabi, en sustitución improvisada y opaca del Seguro Popular, lo que ha generado como consecuencia la cancelación de tratamientos médicos y del suministro de medicamentos. Todo ello en menoscabo de los servicios del sistema de salud.
3. Finalmente, el anuncio de la reforma al sistema judicial que ha sido un verdadero desgarriate. Lo que hemos visto son filtraciones, arrepentimientos, aclaraciones y confusiones. Pero es el colmo presentar una reforma de fondo nada más y nada menos que, ¡al Sistema Judicial!, sin haber realizado estudios serios al respecto. Lo poco que hemos podido leer de las iniciativas que supuestamente iban a presentar al Congreso está lleno de contradicciones, regresiones, anacronismos, premisas basadas en postulados que, de tan frágiles, no se sostienen. En fin.
Y podemos agregar otros temas como el del Banco del Bienestar que no tienen ningún sentido económico y sí un sentido clientelar; o el caso Bartlett; o la construcción de Dos Bocas; o muchas cosas más que tienden a la aglutinación del poder y que claramente amenazan la democracia que tanto trabajo le costó a los mexicanos, pero por supuesto que es mucho más cómodo para un gobierno que se discuta más sobre el avión, y todavía mejor, si todo es alrededor de boletos para una rifa que nunca existirá.
Te puede interesar: La perversidad en el Insabi
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com