Hay sucesos que tienen un gran impacto en el futuro de las sociedades y sin embargo, no se convierten en noticia destacada, no alcanzan las primeras planas de los medios. También desde el poder se generan posicionamientos políticos que se difunden para el consumo de algunos públicos, pueden ser para los adversarios o, para los simpatizantes; y nuevamente, esos mensajes que sí alcanzan los titulares de los noticieros, no necesariamente se convierten en hechos concretos. La dinámica de decir y hacer, hacer y decir, es parte del juego y la negociación política, donde el mensaje es la estrategia.
Por ejemplo, un suceso que pasó desapercibido y no alcanzó las ocho columnas o los titulares de los noticieros, a pesar de su relevancia, porque precisamente se diseñó para que no causará el mayor ruido, fue que la semana pasada Claudia Sheinbaum solicitó formalmente al Senado mexicano la autorización para permitir el ingreso a México de elementos militares del Comando de Operaciones Especiales del Ejército de Estados Unidos, con armamento y municiones, para llevar a cabo actividades de “capacitación y adiestramiento” del personal de la Secretaría de Marina (Semar).
Dos días después, el presidente estadounidense, Donald Trump, declaró que había avanzado para alcanzar la conciliación con México respecto a sus preocupaciones en asuntos relacionados con la migración y el tráfico de drogas en Estados Unidos. “Con México estamos lidiando creo que muy bien y solo queremos ser tratados de forma justa con otras naciones”, comentó Trump al participar vía remota- en el Foro Económico Mundial, celebrado en Davos, Suiza.
Los detalles sobre los acuerdos que están alcanzando el gobierno de México con Estados Unidos, no se han informado. Pero ahí están los hechos, a pesar del escándalo mediático y los posicionamientos políticos para ciertos públicos. Como se puede observar, una cosa son los hechos y otra los dichos.
En este momento, más que poner atención en lo que los gobiernos dicen, hay que poner atención en lo que hacen. La estrategia de la negociación política y económica significa que se deben colocar los mensajes adecuados para las audiencias; mientras en corto, se acuerdan los términos de una nueva relación. Por su puesto que Trump estará sacudiendo con sus dichos para impactar favorablemente a los que votaron por él, y porque además los grandes cambios tienen que implantarse al arranque del gobierno, con el bono de la popularidad.
En 1987, el empresario Donald Trump escribió un libro titulado “El arte de negociar”, (The art of the deal) donde escribió: “Me gusta provocar a mis adversarios para ver cómo reaccionan, si son débiles los aplasto y si son fuertes, negocio”. Por supuesto los personajes del mundo diplomático pueden leer el libro, pero conocer esa información no significa que se conviertan en grandes negociadores. Una cosa es leer un libro sobre aprender a nadar y otra es aventarse al agua. Trump ha recorrido el mundo empresarial y político entre grandes fracasos y sonadas victorias, es decir ha llevado a la práctica muchos de sus postulados. Por eso ahora está formulando su estrategia, pero ya en el campo de la geopolítica donde no hay muchos jugadores.
En esta época de la historia, los otros dos grandes jugadores son Vladimir Putin de Rusia y Xi Jinping, de China. Los tres jugadores globales, están trabajando para obtener un “radio de seguridad”, Rusia con Ucrania, China con Taiwán y Estados Unidos con Groenlandia. Ahí esta parte del juego global con visiones diferentes sobre el mundo, pero al final puede haber negociaciones, como ya ocurrió después de la segunda guerra mundial, donde Roosevelt, Stalin y Churchill se repartieron el mundo con los acuerdos de Yalta.
La selva política es fascinante, hay políticos que olfatean el miedo y actúan en consecuencia, y hay políticos a los que los delata el miedo. Ganar la arena política mundial requiere habilidad con el manejo del mensaje, es lo que se dice, pero también como se dice y cuando se dice.
Algunas frases del libro sobre negociación de Donald Trump, que conviene tener en cuenta para evitar análisis superficiales:
- Aprende del pasado y planifica para el futuro.
- Negocia con los peces gordos, cualquiera que no es el dueño o un CEO no está dispuesto a trabajar duro por un buen trato.
- Pon el foco y se obsesivo: las personas de éxito empresarial lo son porque persiguen un tema hasta que se consigue.
- Mantén muchas opciones abiertas, ya que muchas negociaciones inevitablemente no van a salir.
- Las apariencias importan, cuida las apariencias.
- Si la otra parte percibe claramente que deseas algo profundamente, estás muerto.
- Usa a los medios como punto de presión.
- A veces hay que nivelar una amenaza con otra amenaza: hay ocasiones que merece la pena volverse un poco loco.
- El «show» es importante, pero luego también hay que dar lo que se promete.
- Muestra fuerza con personas agresivas.
- En algunos momentos tienes que confiar en tus instintos para hacer una decisión.
- Mostrar dureza, confrontación y controversia fuerza a otras personas a prestarte suficiente atención.
- Escucha y conoce los intereses de la otra parte y dale muestras de que tienes lo que quieren.
- Se extremadamente leal con las personas cercanas.
- No retrases los acuerdos, hazlos.
- Deja las emociones en la puerta.
Simple y significante, ¿no creen?
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