Todo mundo sabe los criterios de intimidación para quienes evidencian sus desacuerdos y desavenencias con la administración federal o con los señalamientos matutinos del presidente.
Vivimos un régimen inédito que pasará a la historia con calificativos que van desde la sorpresa a la indignación; del asombro a la estupidez elegantemente llamada estulticia.
Los temas nacionales desde la desaparición de los fideicomisos, los pleitos en Morena y el crecimiento de la figura presidencial abonan a la incertidumbre nacional.
Las alianzas de algunos cercanos al poder les han enriquecido mientras se siguen esperando apoyos y no tandas para que la pérdida de empleos y empresas cese.