Por primera vez nos encontramos ante una Navidad en donde lo prudente es no poner en riesgo a nuestros familiares y amigos, por lo tanto debemos abstenernos de tradiciones navideñas.
Y en nuestras prioridades pesan más las diversiones, el consumo, nuestra vida social, en vez de nuestro bienestar, el de nuestra familia y de quienes nos rodean.
Tras ocho meses de confinamiento, es claro que el gobierno poco ha hecho por apoyar a las pequeñas empresas. La palabra clave, ante esta situación, es “agilidad”.
Los mexicanos somos solidarios. Pero, fuera de las situaciones extremas (sismos, inundaciones, pandemias) nuestra solidaridad se dedica a parientes, amigos y compadres.