En torno al coronavirus

 La pandemia ha provocado un fenómeno vergonzoso que solamente se está dando en México, la agresión a profesionales de la salud en lugar de un reconocimiento y agradecimiento a su labor.


Sana distancia


Es muy probable que muchos de nuestros amigos lectores que nos obsequian parte de su valioso tiempo al leer nuestros artículos –con justa razón– piensen que le dedicamos demasiado tiempo a la pandemia del coronavirus.

Es muy probable que piensen –también con justa razón– que sería preferible que hablásemos de otros temas.
Y es que quien solamente habla de un tema corre el peligro de encasillarse o sea que le vendría pasando lo mismo que al actor que únicamente interpreta papeles de villano, como fue el caso del inolvidable Carlos López Moctezuma, quien al público le resultaba muy difícil imaginárselo dando vida a un amoroso padre de familia.

Argumentos válidos, sin duda alguna. Argumentos que tomamos en cuenta.

Sin embargo, es aquí donde se encuentra el quid de la cuestión: Qué más quisiéramos archivar para siempre el tema del coronavirus y tratar otros que –aparte de actuales– son también interesantes.

¡Qué más quisiéramos! Sin embargo, las cifras mortales van en aumento creando un clima de zozobra a nivel mundial.

La pandemia no cede. Los muertos y contagios aumentan en vez de disminuir…

Ante tan fatal perspectiva, lógico es que insistamos en un tema que preocupa al mundo entero.

Ahora bien, ya que escribimos en torno al coronavirus (también llamado COVID-19) justo es reconocer que el mismo tiene muchas facetas.

Una de ellas es la torpe decisión que tomaron las autoridades de la Ciudad de México, cuya jefa de gobierno es la morenista Claudia Sheinbaum.

Y si calificamos de torpe dicha decisión es porque se decidió restringir la movilidad de capitalinos y habitantes de la zona fronteriza endureciendo el programa Hoy no circula.

Endurecimiento que consiste en la aplicación de dicho programa a los vehículos con hologramas 0 y 00 tanto en la CDMX como en su zona conurbada y ciudad de Toluca.

Endurecer el programa Hoy no circula, así como cerrar varias estaciones del Sistema de Transporte Colectivo no evita el riesgo de un posible contagio, sino que lo favorece.

En el momento en que no puedan circular los automovilistas que –después de cumplir con difíciles requisitos– posean hologramas 0 y 00, irremisiblemente se verán obligados a utilizar el transporte público.

Y no nos cabe la menor duda de que eso contribuirá a saturar los vagones del Metro lo cual elimina la recomendación de sana distancia en la que tanto se ha insistido.

Por supuesto que el cierre de estaciones contribuye a que se den mayores aglomeraciones, con lo cual –quiérase o no– se incrementará el peligro de contraer el virus.

Si fuésemos mal pensados, nos daría la impresión de que tanto la jefa de gobierno de la CDMX como su colega el gobernador del Estado de México lo que en realidad pretenden es promover un mayor número de contagios.

No nos cabe la menor duda de que los gobiernos de izquierda, aparte de ser demagogos y fomentar la lucha de clases, son torpes puesto que no aciertan a encontrar la solución más conveniente.

Y lo mismo decimos de la muy respetable Conferencia del Episcopado Mexicano la cual ordenó el cierre de todos los templos del país; fue así como –de la noche a la mañana– a los católicos se nos privó de misas, sacramentos y bendiciones.

Algo que no ocurría desde aquellos negros tiempos del presidente Calles, en vísperas de la guerra Cristera…

¿Quieren en verdad los señores obispos atajar el peligro de contagio sin recurrir a tan drásticas medidas?

Muy sencillo: Deberán seguir el camino opuesto o sea que, si en un templo hay cuatro misas al día, disponer que sean el doble. Si eso hiciesen, se evitarían aglomeraciones y, con ello, sería mucho más fácil conservar la sana distancia.

Y por si todo lo anterior no bastase, tenemos ahora que la pandemia ha provocado un fenómeno vergonzoso que solamente se está dando en México.

Nos referimos a los insultos e incluso agresiones físicas que padecen profesionistas que trabajan dentro del Sector Salud, como es el caso de médicos y enfermeros.

Aparte de que dichos profesionales de la Medicina exponen diariamente sus vidas al atender a enfermos infecciosos, ahora nos encontramos con que no solamente no se les reconocen sus méritos, sino que los insultan y golpean.

Y todo porque piensan que son focos infecciosos ambulantes…

Qué tristeza nos da esta actitud. Máxime cuando nos enteramos de cómo, en otros países, son aplaudidos como se si tratase de auténticos héroes.

En fin, que –como al principio dijimos– no solamente cansa, sino que también fastidia hablar de lo mismo, en este caso del coronavirus.

Sin embargo, al ver las torpes medidas adoptadas por los gobiernos morenistas, así como por la actitud agresiva de ciudadanos inmaduros, hay mucha tela de donde cortar.

Ojalá que pronto despertemos de esta pesadilla y que nuestras vidas vuelvan a recuperar la normalidad perdida.
Ojalá. Es el deseo de millones de personas en el mundo entero.

 

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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