México en guerra

Las tragedias de nuestro país se dan con una velocidad tan vertiginosa que el crimen de ayer es opacado por el crimen de hoy, crimen que habrá de ser opacado por el que se cometa el día de mañana.



Suele ocurrir –por cierto, con bastante frecuencia- que las tragedias que se padecen en el extranjero hacen que prestemos poca atención a las que padecemos en casa.

Tal sería el terremoto que asoló Haití en enero de 2010 que fue de tal magnitud que hizo que, en esos mismos días, no atendiésemos como se merecían a los damnificados por las inundaciones que devastaron Valle de Chalco.
Y lo mismo está ocurriendo en este 2022 que se ha iniciado con una furia apocalíptica.

Todos estamos pendientes de la guerra de Ucrania que -provocada por la megalomanía y ambición de Vladimir Putin- ha causado miles de muertos, una gran cantidad de pérdidas materiales, incontables mutilados de por vida y millones de refugiados que buscan refugio en los países vecinos.

Terrible el drama que se está padeciendo en Ucrania.

Sin embargo, suele ocurrir –como ocurrió con Valle de Chalco cuando el terremoto de Haití- que no le prestemos la atención debida a la guerra que está asolando nuestro país.

Sí, porque exista quien lo niegue, la dramática realidad es que aquí en México estamos padeciendo una guerra con todas las agravantes de la ley.

Al igual que ocurre en Ucrania, también aquí hay muertos, destrozos materiales, mutilados de por vida y –por supuesto- gente que abandona su terruño natal para buscar refugio en lugares más seguros.

¿Exageramos? Por supuesto que no. Basta con que echemos un vistazo y que analicemos fríamente el problema.

Hace algunas semanas, en el pueblo michoacano de San José de Gracia fueron fusiladas –sí, fusiladas- diecisiete personas. Y desde entonces han ocurrido tragedias de iguales o peores dimensiones que han hecho que los fusilados por los narcos en San José de Gracia sean ya parte de un amargo recuerdo del cual muy pocos habrán de acordarse dentro de pocos meses.

¿Y cómo se explica que muchos pueblos de Zacatecas se encuentren totalmente deshabitados por terror a las bandas de narcotraficantes? Sus moradores los han abandonado dejando sus humildes viviendas, pertenencias e incluso animales en poder de los criminales.

¿Acaso lo que está ocurriendo en Zacatecas no es muy parecido a lo que está ocurriendo en Ucrania en donde muchos pueblos son también abandonados?

¿Y qué decir del asesinato de periodistas que se ha convertido ya en algo parecido a un crimen serial? ¿Acaso pueden justificarse los asesinatos de gente importante que son cometidos día tras día? ¿Qué tan pronto habremos de olvidarnos del asesinato del presidente municipal de Aguililla?

Y es que las tragedias se dan con una velocidad tan vertiginosa que el crimen de ayer es opacado por el crimen de hoy, crimen que –por desgracia- habrá de ser opacado por el que se cometa el día de mañana.

No hay duda. Nos precipitamos hacia el barranco sin remedio. Y lo peor es que no le vemos una solución humana al problema.

La situación bien podría resumirse de la siguiente manera: Nos deprime saber que hoy estamos peor que ayer, pero nos consuela saber que estamos mejor que mañana.

Ante todo lo anterior…¿Habrá alguien en sus cinco sentidos que dude que los mexicanos estamos en guerra como lo están también los ucranianos?

¿Qué ocurrirá en el momento en que los narcos –así como se apoderaron ya de vastos territorios en Zacatecas y Michoacán- se apoderen también de más de la mitad productiva del país?

Ante el temor de ser asesinados o secuestrados…¿Habrá campesinos que tengan la valentía de cultivar sus tierras? ¿Cómo supliremos la falta de alimentos?

Ante el temor de una muerte violenta por no pagar derecho de piso…¿Habrá comerciantes que se atrevan a vender sus productos u ofrecer sus servicios?

Aparte de los crímenes que están ensangrentando al país, todo hace ver que se avecina una crisis económica sin precedentes.

Y es que si no hay producción se produce la carestía y, al escasear los productos vitales, éstos suben de precio… Toda una espiral de miseria y de violencia.

No hay duda. México, al igual que Ucrania, también está en guerra.

 

Te puede interesar: Jorge Zarza, en el lugar de los hechos

* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

@yoinfluyo 

redaccion@yoinfluyo.com 

Compartir

Lo más visto

También te puede interesar

No hemos podido validar su suscripción.
Se ha realizado su suscripción.

Newsletter

Suscríbase a nuestra newsletter para recibir nuestras novedades.