La lógica de una ética retorcida

No hay contradicción en estas torceduras de pensamiento y hay una cadena de hechos coherentes; provocan inferencias lógicas, pero no son ciertas.


Torceduras de pensamiento


Pensamientos negativos automáticos

De acuerdo con la fuente consultada (https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2014-09-04) las interpretaciones del cerebro que, generalmente son positivas, de pronto pueden confundir a la persona. Se llaman Automatic Negative Thoughts o ANT por sus siglas.

Se trata de ideas perniciosas que constituyen una peligrosa fuente de emociones perturbadoras y usualmente, contrarias a toda lógica sana y a toda ética orientada hacia el ejercicio y la búsqueda del bien. “Asaltan” al cerebro sin juicio previo de la situación, pero el riesgo radica en que se consideran verdades absolutas, como bien señala la fuente, dando por cierto algo que no es.

El lado oscuro de las mentes retorcidas

En la entrega periodística sostiene que Conan Doyle enseñó que “una cadena de inferencias puede ser lógica, pero no ser cierta”; que por lo mismo –sostiene– “el método lógico es el razonamiento en el que las ideas o la sucesión de los hechos se manifiestan y desarrollan de forma coherente y sin que haya contradicción entre ellas”.

Y al divagar en estas entelequias, varias de mis bellísimas lectoras hicieron llegar a la mesa de trabajo de este escribano, una entrega genial del maestro Macario Schettino, donde analiza varios sucesos que se cimientan en una lógica interesante porque contradice toda lógica. La tergiversa, la tuerce lo suficiente, hasta generar una metodología de pensar y actuar.

En efecto. No hay contradicción en estas torceduras de pensamiento y hay una cadena de hechos coherentes; provocan inferencias lógicas, pero no son ciertas.

El maestro Schettino lo desglosa de forma estupenda y sus textos convergen oportunamente para revisar lo que sucede en el gobierno federal actual y la administración pública en específico responsabilidad del Ejecutivo. A principios del año 2000 le dan la responsabilidad –Schettino trabajó para Rosario Robles– de entregar apoyos para 100 colonias a fin de respaldar la candidatura “de un tal Andrés Manuel López Obrador”.

Macario se opuso como lo destaca en su columna, alegando que “eso era corrupción”, porque eran recursos públicos aplicado para favorecer a un candidato. Las escenas son generosas al retrotraer la respuesta de Robles: “Me insistió en que eso no era corrupción, porque no se robaban el dinero para ellos, sino que lo utilizaban para la causa política. Corrupción era robar, me decía; utilizar recursos públicos para la campaña no era nada parecido, era hacer política”.

El modelo retorcido y la ética de todo depende del cristal

Y la raigambre generada por esta lógica de la posverdad, donde cada quien puede sentir o pensar de acuerdo con su personal parecer, ha generado toda una metodología ejercida, puesta en escena y aterrizada por el movimiento del presidente, convertida en acciones de gobierno, porque no logran ubicarse en el renglón de políticas públicas.

De esta manera, la ideologización de la administración pública es la base de sustentación del gobierno federal, que a su vez, encuentra sus raíces en la ética que se describe arriba. Y aunque algunas voces siguen opinando a raíz del reciente video del hermano bastante cómodo del presidente, señalan que se trata del descubrimiento del “Movimiento de Recaudación Nacional”, en términos reales, la metodología que comentamos traspasa cualquier anecdotario.

Dimensión desconocida

El presidente, sus fans, sus subalternos, su gabinete… viven en otra dimensión, donde no importa emplear recursos públicos para favorecer a alguno de sus cercanos. No importa la procedencia del dinero –venga de donde venga…y “de dónde venga” es de cualquier parte, lícita o no; legal o no– todo se justifica y purifica bajo la lógica retorcida y la ética amordazada.

Schettino hace un genial recorrido desde los pleitos del presidente con Madrazo en 1994 y de ahí, en adelante.

Dentro de esa lógica, el presidente siempre será honesto, porque todo lo recaudado es para “la causa”, aunque durante muchos años se haya sostenido de ahí. El dinero se toma, recauda o se recibe porque es para la acción política, igual como lo pensaban los Tupamaros en los años 70. Macario Schettino asegura que “ya le hizo justicia la revolución”.

Por eso, las ligas del señor Bejarano, las compras de carbón, la obra pública sin licitación; las necedades de la refinería, el chu-chu Maya, el aeropuerto invisible; los millones de pesos de la gente de Ricardo Monreal, la señora Eva Cadena y el reparto de dádivas; los destrozos y saqueos de las feminazis violentas, no pueden ser consideradas delito, sino sólo una expresión de protesta, de acuerdo con Claudia Sheinbaum.

Pobre México.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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