Paradojas

Otra paradoja es lo que sucede con la llamada casa gris. Un inmueble que marcará su sexenio por la falta de explicaciones sobre conflictos de interés como sucedió en el sexenio de Peña con la casa blanca.



Las paradojas y las contradicciones son comunes en la política. Es muy difícil que un político a lo largo de su carrera no caiga en alguna contradicción, un desmentido que le dé la realidad. Los escenarios cambian: lo que antier era bueno, ahora resulta que no lo es; lo que hoy funciona es lo que ayer era un fracaso. Ahora hay que subrayar lo que antes se condenaba, en fin que, por eso mismo, se dice que en política no hay nada nuevo, todo es circular. También la gente cambia de parecer, de pensar o simplemente por conveniencia, y eso pasa en la política como en otras muchas actividades: personas que hacían tales cosas o pensaban de tal manera ahora hacen y piensan exactamente lo contrario. Nuestra siempre folclórica clase política es buen ejemplo de eso y nuestra vida cotidiana es pródiga en estos ejemplos. A continuación, un par de paradojas recientes.

Todos sabemos, por la cantaleta que ha sostenido el hoy presidente por casi dos décadas, que el amo y señor de la maldad en este país es Salinas de Gortari. Desde hace años, López Obrador no ha cejado en su esfuerzo por difundir la perversidad y malignidad que, según él, posee quien fuera presidente de México hace 30 años. Ha sido el culpable de las mayores desgracias que han acaecido al noble pueblo de México: la venta del país, la instalación y puesta en marcha de la pesadilla neoliberal, los viajes al extranjero, la gente que habla inglés y, por supuesto, la ambición, las ganas de superarse, el aspiracionismo, el egoísmo y el gusto por el dinero. Hubo un tiempo en que López Obrador se refería al señor Salinas como “el innombrable”. A ese nivel.

Entonces el archienemigo de Salinas de Gortari gana las elecciones por un margen que no se había visto en la historia de nuestra democracia. El señor López Obrador ostenta el cargo que tuvo “el innombrable” hace tres décadas. En un movimiento sorpresivo, pero consistente con su discurso de años, las autoridades encarcelan al abogado de Salinas de Gortari y de una gran cantidad de políticos poderosos. El golpe es aplaudido por todos. La exigencia de justicia en ese sentido empieza a ver luz. Sin embargo, algo pasa en el camino y, ¿quién creen que ahora maneja los hilos de la fiscalía de la 4T? ¡Salinas y su abogado! Estos días vemos cómo, a través de uno de los medios que más odia el presidente –“el pasquín inmundo de Reforma”–, la fiscalía da crédito al abogado de los malvados y todo parece una lucha entre ¡el equipo de AMLO! (debo decir que soy familiar de uno de los señalados, lo cual no es impedimento para que yo pueda opinar). Entonces resulta que el señor Collado, que tiene millonarias cuentas congeladas en este país y decenas de millones de euros congelados en Andorra, se queja amargamente de que unos abogados le quieren cobrar servicios que ahora le parecen extorsión, pero que el año pasado le parecían angelicales. Es el mundo al revés: el defensor del señor Salinas conduciendo el caso emblemático de la FGR.

Otra paradoja es lo que sucede con la llamada casa gris. Un inmueble que marcará su sexenio por la falta de explicaciones sobre conflictos de interés como sucedió en el sexenio de Peña con la casa blanca. No son iguales, pero, paradojas de la vida, cada quien con una casa y un escándalo. Tanto satanizar a las familias, tanto señalar a los que tienen dinero, para acabar en lo mismo. Paradojas de gobiernos austeros o derrochadores, resbalan en el mismo piso.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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