La lista incompleta

La falta de espacio nuevamente es injusta con muchos personajes vivos o muertos que son puntal de esta transformación nacional.



Las generalizaciones siempre son injustas. Siempre queda alguien fuera. Por gusto, por olvido, por lo que sea no hay manera de que en una generalización no queden algunos sentidos, dolidos por la exclusión.

Hace un par de días nuestro presidente, con la claridad que lo caracteriza y con la buena fe que viste cada uno de sus dichos y hechos, comentó que eran pocos los intelectuales que lo apoyaban, que realmente estaban comprometidos con la transformación gigantesca y venturosa que está experimentando el país bajo su férrea y visionaria conducción. Serían acaso unos 10 contra más de 2 mil que se agrupan en el “partido conservador” que no existe pero que, como todos sabemos, está presente.

Por supuesto, quienes no conocen al prócer se alarman de que no salió fulano o zutana. El líder se renueva a sí mismo constantemente, es agua cristalina que brota y se refresca un día sí y al otro también. Por supuesto que hace unos meses apareció –cuando solamente había dos o tres intelectuales que apoyaban– Jorge Zepeda Patterson. Lamentablemente, y como todos hemos visto, el señor Zepeda Patterson se ha perdido en su soberbia y cree que puede pensar por cuenta propia. Eso no se hace. Arranques neoliberales de egoísmo y vanidad no son permitidos en la religión de todos, por eso fue expulsado de la lista.

Sin embargo, a pesar de su enorme capacidad, autocontrol y bonhomía, el presidente es un ser humano y puede tener algunos olvidos. Es el caso de la lista que elaboró, de manera espontánea e improvisada en su homilía cotidiana, sobre quiénes son los intelectuales que lo apoyan. El presidente, en su generosidad, incluye actores y gente muerta, pero que viven en el alma mexicana. Qué mejor homenaje a la intelectualidad que mezclarlos con quienes salen en telenovelas y no tienen ninguna idea, todos son intelectuales, basta ya de exclusiones. Hay personas que han dado su apoyo decidido y que no fueron nombradas por una involuntaria omisión. Vaya pues una reivindicación a mentes tan lúcidas que han entregado su saber y quehacer a este viaje del país a 1972. Van algunos nombres.

John Ackerman. El famoso doctor y esposo de la guerrera del amor y potentada inmobiliaria, la inefable Irma Eréndira. Estamos ante hombre de ideas que se ha convertido incluso en mexicano para dar el apoyo sin límite al lopezobradorismo. No hay ridículo que no esté dispuesto a protagonizar y si puede ser en la televisión, mejor aún. Hombre de pensamiento, pero también de acción, gigoló en sus escasos tiempos libres y al mismo tiempo devoto de su señora esposa, “el gringo loco” es la expresión más acabada de la internacionalización de la 4T.

Benito Bodoque. Aunque para muchos se trata de un personaje animado, atrás de este simpático personaje se agolpa una fuerte carga ideológica en la voz del ya finado Jorge Arvizú, el Tata –en clara alusión al benefactor y nacionalista Lázaro Cárdenas, conocido con el mismo sobrenombre–. Es Benito Bodoque en su faceta intelectual quien contacta al afamado músico y violinista Lazlo Lozla, así como con el potentado inversionista que compite con Slim: el renombrado Marajá de Pocajú, quien se espera invierta millones en la CFE.

El papá de Mussolini. Ser padre de gente de bien, de humanistas de talla mundial es quizá una de las grandes satisfacciones que puede tener un hombre. A Mussolini se le critican algunas cosas, al parecer era un poco violento, pero respondía al sabio consejo: la letra con sangre entra. El papá de Mussolini le inculcó las letras, por las cuales su hijo fue periodista, y no sólo eso, como se sabe ya en el mundo gracias a las revelaciones del señor Presidente en la ONU, el papá le puso Benito por Benito Juárez, el inigualable Benemérito que tanta falta hace en estos momentos en que se subleva el conservadurismo en pleno. El papá de Mussolini desde hace más de una centuria estaba presente con sus ideas en la cuatroté.

La falta de espacio nuevamente es injusta con muchos personajes vivos o muertos que son puntal de esta transformación nacional. Gracias a ellos y a los moneros este gobierno no es una mala caricatura.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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