No se quiere ir, pero debe irse

¿Por qué Damián debe irse a casa, como “panista de a pie”?


CEN y PAN


Damián, claro, se trata de Damián Zepeda. Es el presidente del CEN panista, Ricardo no volverá, así que está en la oficina de la presidencia en vez de regresar a la de la Secretaría General del partido. Estatutariamente, tiene todo el derecho, pero hay otras consideraciones que debe hacer.
 
Ante el estrepitoso fracaso electoral del 1 de julio, y el enorme disgusto y frustración de militantes y simpatizantes, el presidente del PAN se regocija públicamente, se felicita y habla de misión cumplida. Lógico es esperar esa actitud, por personal interés, entendible pero no justificable.
 
La realidad, terca como siempre, contradice a Damián Zepeda. Con el Frente al PAN no le fue bien, como él proclama. No, el Frente no ayudó al partido, lo perjudicó. El PAN, solo, se hubiera desempeñado mejor, en cambio su coalición le entregó en charola de plata cargos a perredistas y emecistas, senadurías y en especial diputaciones que muchos buenos panistas merecían. Con ello las votaciones en las legislaturas pintan mal para la doctrina humanista.
 
Sí, claro, tiene derecho a quedarse, pero ¿por qué Damián debe irse a casa, como “panista de a pie”? por dignidad, por decoro, como se retiran quienes fracasan tan gravemente. Y lo mismo corresponde a todos los coautores del desastre que están en puestos de dirección del partido.
 
No sé si el amigo Damián cree que la gente comparte su entusiasmo de una labor bien cumplida, aunque en mucho, fallida, con los peores resultados electorales en la vida de Acción Nacional. Lo veo más como una justificación de quedarse para organizar la elección interna que corresponde estatutariamente, y gozar del puesto hasta el último momento posible. Ya habló de noviembre.
 
Hay un alegato que es inválido. Dice Damián que necesita quedarse para defender los triunfos del PAN en conflicto. Pero, para defender al partido ¿tiene que ser precisamente él? Por supuesto que no.
 
Ahora se habla de respetar los tiempos estatutarios, lo piden algunos que han publicado cartas al respecto. Pero los Estatutos no mencionan tiempos, solamente un plazo: seis meses. Así no hay que esperar, se puede convocar a elecciones de inmediato. Los problemas jurídicos postelectorales se pueden manejar en paralelo, no hay problema, para eso están los abogados.
 
Y hay algo importante que aclarar. Se equivoca al decir que quienes piden su renuncia son los que no aportaron a la(s) campaña(s), o los de una conspiración para apoderarse del partido. No, la solicitud de su renuncia, con el CEN en pleno, tiene muchas voces, la gran mayoría legítimas, y no de esos conspirados que quieren apoderarse del partido. No. Y con sus declaraciones no convencerá a nadie ante la evidente realidad, y así debe entenderlo, pues las voces que piden el cambio inmediato del CEN son demasiadas, y tienen argumentos válidos.
 
Damián es inteligente, y no es posible pensar que crea que tiene razón, y que la militancia también lo crea, de que las cosas no salieron tan mal, o que todo hubiera sido peor sin el Frente. Creo que su defensa tiene fines mediáticos. Debe poner el corazón antes que el orgullo, tragárselo y renunciar. Eso hablará bien de él y del resto del CEN.
 
Y debe quedarle bien claro a Damián (y al resto del CEN), que las solicitudes de renuncia no son ataques personales, no. Son producto del interés en la salud institucional, en la imagen de Acción Nacional, en que hay dignidad entre quienes fallaron en su estrategia. Es por prestigio, tanto interno en el partido como ante el gran público.

 

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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