La nueva normalidad, indomable

A mitad de la semana pico con el mayor número de contagiados y defunciones se dieron a conocer las etapas de la “nueva normalidad” sobre la reapertura de actividades educativas, económicas y sociales en todo el país.


Crece crisis


México concluyó una semana llena de paradojas en hechos y discursos del gobierno federal, que sólo hacen evidente lo rebasado que está por las crisis económica, de salud pública y de inseguridad que nos azotan y se han agravado en estos momentos.

Empiezo con el decreto publicado el 10 de mayo, en el Diario Oficial de la Federación, mediante el cual se dispone de manera extraordinaria y hasta marzo de 2024, de la Fuerza Armada permanente para realizar tareas de seguridad pública. Al margen de la mentira que le escuchamos como candidato, al prometer que el Ejército se iría “sacando” de las calles porque no estaba preparado para el desempeño de las funciones de seguridad pública, es notorio el reconocimiento del rotundo fracaso de su estrategia de “abrazos, no balazos”.

Los índices de violencia nada más no disminuyen… tenemos que abril del 2020 fue un mes muy violento, que registraron 2 mil 492 asesinatos. Ni siquiera se puede considerar una contención de la violencia, puesto que las restricciones sanitarias por el COVID-19 mantienen a un conjunto significativo de habitantes en confinamiento hogareño.

A pesar de ello, la incapacidad de las autoridades pone en riesgo a la población. En lugar de fortalecer las policías estatales y municipales, se pretende –mediante un decreto– militarizar al país, con todo y la defensa presidencial del mando civil: “por eso, aunque me critiquen de que quiero militarizar el país, voy a seguir insistiendo en que nos deben ayudar las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública”.

Y no, no es que lo critiquen, como señala de forma airada desde el púlpito matutino al afirmar que “estoy convencido de que es necesario”. Hay que señalar su insensibilidad para no atender las voces disidentes que se han manifestado reiteradamente y en diversos momentos en contra del mando militar, que solicitaron el mando civil y que él se comprometió a atender.

Se le ha hecho ver que las Fuerzas Armadas convocan, capacitan, entrenan e instruyen a los miembros de la Guardia Nacional, por tanto, no hay ni habrá ningún mando civil. Mencionó el presidente: “lo digo, lo voy a defender porque sé que nos conviene a los mexicanos y le conviene a la Nación, o sea, es un cambio que se requiere consolidar y no parchar…”. ¿Cuál es entonces la diferencia? Tanto se quejó de la estrategia de las dos administraciones anteriores, para hacer exactamente lo mismo, es decir, ¿consolidar?

El incomprendido de Palacio Nacional se queja habitualmente de la infodemia, que es la difusión abundante de información falsa y que es propagada rápidamente. No repara en el daño que hace todos los días desde su conferencia matutina. Otro ejemplo es el señalamiento de declarar que el 90 por ciento de las llamadas de auxilio de las mujeres que sufren violencia física en sus hogares son falsas. Insistir en invisibilizar la existencia de este problema, denota su insensible maña política.

A mitad de la semana pico con el mayor número de contagiados (más de 45 mil) y alrededor de cinco mil defunciones –con un promedio de 295 muertes por día– derivado de la pandemia del coronavirus, con una tasa de mortalidad superior al 10 por ciento y con preocupantes indicios del colapso hospitalario y de servicios funerarios, se dieron a conocer las etapas de la “nueva normalidad” sobre la reapertura de actividades educativas, económicas y sociales en todo el país.

Lo hizo en su encuentro matutino, sin guardar la “sana distancia” entre la mayoría de los funcionarios federales y estatales asistentes y sin cumplir con las medidas sanitarias que se recomiendan (sin uso de cubrebocas como norma, solo tres funcionarios cumplieron). Es parte del discurso contradictorio de su administración. Con pericia electoral, se dieron a conocer los “269 municipios de la esperanza” que se activarán a partir del 18 de mayo, como si el resto de los municipios estuvieran marcados por la desesperanza o el desahucio sanitario y económico. En fin, a estas alturas es irrelevante.

También se habló sobre una de las principales preocupaciones de los padres: el proceso de formación de niñas, niños y adolescentes. Así que, en este mayo de celebración a los maestros, el titular de la Secretaría de Educación Pública anunció: “no vamos a regresar a clases hasta que sea seguro para nuestras niñas y niños y la comunidad escolar… solo abriremos con semáforo verde”.

Lo cierto es que la realidad en datos ha dado fuertes golpes en Palacio Nacional: aumento indomable de la inseguridad pública, la violencia, además del recrudecimiento de las crisis de salud pública y económica en estos momentos.

 

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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