¿Por qué se abstuvieron los que se abstuvieron en Aguascalientes?

Faltó un voto para que la iniciativa de reforma constitucional presentada en el Congreso Estatal de Aguascalientes, que pedía que la vida fuera protegida desde el momento de la concepción. Hubo 17 votos a favor, 5 en contra y 5 abstenciones.


Legisladores de Aguascalientes de abstienen de votar


El día 27 de diciembre del presente año, la ciudad de Aguascalientes fue el escenario de un evento de particular importancia: en el Congreso de ese estado se presentó para su discusión y votación una iniciativa que solicitaba que en la constitución estatal se incluyera el reconocimiento de que la vida humana inicia desde el momento de la concepción. Ya antes, varios otros estados de la República Mexicana habían modificado sus constituciones locales para hacer lo mismo. Como se trataba de una modificación a la constitución, para que la iniciativa fuera aprobada se requería el voto favorable de las dos terceras partes de la diputación, o sea, de dieciocho diputados. Sólo se obtuvieron diecisiete votos favorables, de modo que la iniciativa no fue aprobada. Hubo cinco votos en contra y cinco abstenciones.

La votación fue emitida de modo que no es posible conocer quién votó a favor, quién en contra y quién se abstuvo, pero lo importante aquí es reflexionar sobre las causas que motivaron a cinco legisladores a abstenerse.

Quienes votaron a favor lo hicieron porque están convencidos que la vida humana inicia al momento de la concepción biológica en el vientre de la mujer. Esos diecisiete diputados seguramente habían de antemano investigado profusamente todo lo que la ciencia moderna ha publicado en referencia al proceso seguido por el óvulo y el espermatozoide antes, durante y después de unirse en esa manera peculiar que tienen esos organismos humanos. Habían leído también, es evidente, los resultados de la investigación médica respecto a los procesos que se realizan dentro del cuerpo de la mujer una vez que esa unión se realiza y hasta el momento en que el nuevo ser humano sale al exterior en el parto. Estoy seguro que también habían prestado atención a las reflexiones filosóficas que se han hecho desde antiguo en torno a la esencia de los seres y a las finalidades de los mismos. Las consecuencias de esas reflexiones también fueron tomadas en cuenta al referirse los diputados a los derechos del ser que existe en el vientre de la madre durante los procesos biológicos correspondientes. Luego de todas esas consideraciones y reflexiones llegaron a la única conclusión posible: se trata de verdadera vida humana, personal, y por consecuencia merecedora de todos los derechos inherentes a la persona humana.

Los cinco legisladores que se opusieron lo hicieron porque ni la ciencia, ni ninguna reflexión seria pudo hacerlos distanciarse de su posición, claramente clientelar: son únicamente los derechos de la mujer los que cuentan. El ser que está en el seno femenino es intrascendente y no merece consideración alguna. Su eliminación, su muerte deliberada, no es un asesinato; es mera higiene femenina. Lo más seguro es que las reflexiones filosóficas sobre la esencia humana del ser que se desarrolla en el útero o no les interesaron, o rebasaron su capacidad de entendimiento.

Pero, ¿qué fue lo que motivó a los cinco diputados que se abstuvieron? ¿Por qué se abstuvieron los que se abstuvieron? Es posible visualizar algunas explicaciones. Queda por evaluar, claro, si un legislador tiene derecho a sustentar válidamente su abstención en alguna de esas razones; si puede intentar justificar de esa manera su abstención delante del pueblo que lo eligió.

Una de tales razones puede ser que el diputado no esté aún seguro de que el ser que se desarrolla en el seno de una madre encinta es un verdadero ser humano. Los argumentos médicos, biológicos, científicos, que dicen que ese ser posee un ADN verdaderamente humano e individual, único, distinto del de sus progenitores, no le acaban de convencer. ¿Habrá encontrado argumentos científicos más convincentes, capaces de demostrar que no hay vida humana en el ser concebido de modo humano, por la unión de dos seres humanos? Probablemente ese diputado ha escuchado opiniones bien intencionadas que afirman que ese ser no es “aún” humano sino solamente un “crecimiento celular” porque todavía no puede ejercer funciones cerebrales, pero no se ha puesto a pensar que si no es un ser humano entonces sólo puede ser o un animal, o un vegetal o un mineral. O un ángel. No se ha percatado que no es posible ningún desarrollo celular humano que no pertenezca a un ser humano. Nadie le ha ayudado a darse cuenta que un ser nunca puede no ser el ser que es. Hay un principio de reflexión filosófica –que evidentemente el diputado abstencionista no conoce, a pesar de que ese principio procede del simple sentido común– que dice que nada puede ser y no ser lo que es al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto. No es posible imaginar un momento en que un ser sea solamente medio ser lo que es. No es posible ser medio perro, o medio árbol, o medio hombre. Tampoco es posible que un ser que se desarrolla conforme al protocolo biológico exclusivo del ser humano sea un ser no humano. En resumen, la abstención pudo haber sido originada en una tarea mal hecha –falta de investigación y reflexión– por parte de un legislador que fue electo para tomar decisiones que sólo se pueden tomar luego de hacer bien la tarea.

Otra posible explicación es que el diputado que se abstuvo, quien personalmente está convencido de que lo que se desarrolla en el vientre materno es un verdadero ser humano, teme sin embargo votar a favor por miedo a contrapuntearse con alguna entidad poderosa. Un “lobby”, como los llama la prensa americana. Un grupo de personas, poderosas en términos financieros y/o políticos, que, motivadas por algún interés particular, desean que la vida humana continúe estando desprovista del resguardo de la ley. O puede tratarse de temor a quedar evidenciado ante el propio partido político. Si el partido decidió ir en contra, votar a favor puede significar un suicidio político para el diputado que se atreva a hacerlo. Es mejor –ha de haber pensado el legislador abstencionista– fingir que la Virgen me habla. Siempre ha sido más tranquilo políticamente navegar con bandera de estar abierto a todas las opciones, a pesar de que las víctimas de tal actitud sean la verdad y la misma vida humana.

No hay vuelta de hoja, tratándose de asuntos como el de la vida humana, optar por la abstención legislativa no parece ser una acción congruente con la misión del legislador.

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