¿El aborto es un derecho humano? Parte 3

Se ha demostrado que el derecho a nacer salvaguarda el derecho a la salud de la madre y que dar a su hijo en adopción es una forma de ejercer su maternidad libre.


El aborto en México


Con relación al mismo producto de la concepción, humanamente llamado hijo. Éste es un organismo humano completo, quien como humano también tiene 4 derechos que son lesionados por la acción abortiva:

1. Derecho a la vida. Derecho fundamental de todo ser humano desde su origen como persona. Todos los seres humanos son productos de concepción humana originados en la concepción.

2. Derecho a la integridad física. Todo individuo de la especie humana tiene derecho a la integridad física. El embrión y el feto son miembros de la especie humana. Por lo tanto. El embrión y el feto tienen derecho a la integridad física. Toda técnica abortiva, sea por solución salina, sea por dilatación y curetaje, sea por aspiración o por fármacos, implica necesariamente la destrucción del embrión o el feto. Luego, es deducible señalar que la técnica abortiva atenta en contra de la integridad física del producto de la concepción.

3. Derecho a nacer. Es interesante que la persona humana en su etapa intrauterina solamente posea este derecho. Tal derecho es una exigencia ética por el cual al feto se le debe garantizar que su nacimiento se realizará en condiciones de salud no sólo para él, sino para también su madre. El proabortista con su propuesta de aborto legal y seguro busca garantizar el derecho a la salud de la madre, pero violenta el derecho a nacer de su hijo. En cambio, el derecho a nacer no solamente se refiere al hijo, sino que dicho derecho coimplica el derecho a la salud de su madre.

4. Derecho a convivir con una madre y un padre. El producto de la concepción quien humanamente es hijo o hija. Tiene derecho a su padre y a su madre en razón de su armónico desarrollo. Al ser matado por la técnica abortiva este derecho fenece. Es importante resaltar que en una postura no-abortista se propone que si la madre no desea a su hijo una vez que se le ha garantizado a éste último su derecho a nacer, puede libremente darlo en adopción para salvaguardar el derecho del niño a una madre y a un padre que dadas las circunstancias serán adoptivos. El derecho a la maternidad libre que el proabortista invoca es ejercido incluso en caso de que la madre no desee convivir con su hijo ya nacido, escogiendo la opción de darlo en adopción. Igualmente, en caso de que la madre después del parto no desee quedarse con su hijo y en caso de que el padre biológico sí lo desee acoger, se salvaguarda el derecho del hijo a ser alimentado y educado por su padre biológico y al mismo tiempo el derecho del padre a convivir con su hijo.

El proabortista habla del derecho al aborto como un derecho humano. Ante esto se ha analizado el sentido humano que se presenta en la mujer gestante. Se ha demostrado que tal sentido humano implica no sólo los derechos a la reproducción, a la salud de la mujer embarazada y a una maternidad libre que el pro-abortista invoca, sino también el derecho del padre a convivir con su hijo ya nacido, los derechos del hijo a la vida, a la integridad física, al nacer y a convivir con unos padres, aunque sean adoptivos. También se ha demostrado que el derecho a nacer salvaguarda el derecho a la salud de la madre y que dar a su hijo en adopción es una forma de ejercer su maternidad libre.

Sin embrago, el proabortista para defender su postura tiene que mutilar a lo humano. Primero, niega que el producto de la concepción sea humano, con esto ya no reconoce sus cuatro derechos humanos como hijo que es. Segundo, niega el sentido humano de la mujer gestante porque no la reconoce como madre, sino como mujer gestante, ya que para el pro-abortista la mujer gestante es madre después del parto. Y tercero, no reconoce el derecho humano del padre para convivir con su hijo ya nacido.

En conclusión, una argumentación proabortista que busca derivar el derecho al aborto como humano de tres derechos humanos como son el de la reproducción, el de la salud de la mujer gestante y el derecho a una maternidad, tiene que negar a lo humano del producto de la concepción y del sentido humano paternal relacionado con la convivencia de su hijo ya nacido para justificar “humanamente” el derecho abortivo desde una libertad que en su ejercicio atropella otros derechos humanos. Si el proabortista insiste que el aborto es un derecho “humano” entonces se violenta el principio que reza: “El respeto al derecho ajeno es la paz”. Luego, ¿Qué tan humano es un pretendido derecho a abortar?

 

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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