El monoteísmo religioso

El monoteísmo religioso radica en Dios se revela por medio de la palabra de una persona.


Monoteísmo religioso


El monoteísmo ha tenido en la historia humana dos versiones, la religiosa y la filosófica. La primera se ha desarrollado a la luz de tres religiones: el judaísmo, el cristianismo y el islamismo. La segunda se desarrolló a la luz de la filosofía griega. Y ambas, confluyeron en los pensadores medievales.

El monoteísmo religioso se ha articulado en torno a un Dios que se Revela por medio de su Palabra a una persona en particular que se vuelve testigo de dicha Revelación para los demás seres humanos. En el caso del judaísmo los testigos han sido Abraham, Moisés y los profetas; en el caso del cristianismo es Jesús de Nazaret; y en el caso del islamismo es Mahoma.

Cuando dicha Revelación se constata por un testimonio escrito, entonces dicho escrito adquiere el carácter de libro sagrado o divino, de ahí que un elemento neurálgico hacia dentro de los monoteísmos religiosos ya mencionados, corresponde a su planteamiento de presentarse como Palabra de Dios Revelada.

Aproximarse a la noción de Dios basada en un monoteísmo religioso, implica necesariamente tomar en cuenta la dinámica que se incluye en la Palabra de Dios que se Revela, pues la noción de Dios se encontrará condicionada por el tipo de Revelación a la que corresponde, es decir, en el judaísmo, en el cristianismo y en el islamismo se maneja una noción de Dios ubicada en el horizonte de la Palabra de Dios que se Revela al Hombre.

Cuando se plantea una Palabra de Dios Revelada se da por supuesto un monoteísmo con un Dios personal, trascendente y providente quien toma la Palabra para dirigirse al Hombre a modo de interpelación.

El monoteísmo religioso supone un Dios personal porque la Palabra Revelada tiene como fundamento un ente divino inteligente con voluntad, el cual tiene un mensaje que desea comunicar a los hombres. En el esquema religioso de la Palabra divina Revelada se da por supuesto que lo divino tiene como propiedades una Inteligencia, pues comunica un mensaje inteligible, y una voluntad libre porque desea comunicar su mensaje y además escoge al testigo de aquella Palabra Revelada, todo lo anterior remite a una delineación personal de Dios.

Por otra parte, es interesante resaltar la diferencia entre la iluminación divina propia de un monoteísmo religioso y la iluminación de tipo oriental; en la primera, la iluminación de la Palabra Revelada se da en una intersubjetividad cuyos polos son el ente personal divino y la persona quien es el testigo de esa iluminación. En la iluminación de tipo oriental se encuentra a un solo sujeto personal que recibe una luz que le indica el camino a seguir más allá, al margen de un Dios o dioses de tipo personal. En consecuencia, la espiritualidad de un monoteísmo religioso esté basada en un creo en alguien, en cambio, la espiritualidad oriental está basado en un creo en algo.

El monoteísmo religioso supone un Dios trascendente, porque un Dios personal necesariamente toma distancia ontológica respecto al cosmos y respecto a lo humano, es decir, un Dios que comunica su Palabra divina es un Dios irreductible al ello cosificado del cosmos y, al mismo tiempo, irreductible a lo humano. Tal trascendencia da lugar a la intersubjetividad entre un alguien divino y un alguien humano.

El monoteísmo religioso supone un Dios providente quien se ocupa por lo humano, en efecto, un Dios que se Revela por medio de su Palabra al ser humano manifiesta un Dios interesado en la historia, e incluso, con su Palabra Divina dicho Dios busca intervenir en el devenir histórico humano.

Históricamente el monoteísmo religioso se ha articulado en torno a la Palabra divina Revelada, y con base en Ella ha manifestado un Dios Personal que, aunque no se reduce a lo cosmológico ni a lo humano, está presente e interesado en lo humano, pues tal Palabra Revelada interpela al hombre, es decir, exige del hombre una respuesta de alianza para con Dios, lo anterior, implica reconocer en el hombre una capacidad de respuesta a Dios, la cual puede ser afirmativa, creo en Dios, o bien negativa, no creo en Dios.

Ahora bien, el monoteísmo religioso al articularse en torno a la Palabra Revelada que se comunica a lo humano, sigue una dinámica de testimonio humano individual hacia lo humano en general. La Revelación no es un mensaje que se transmita directamente a todos los hombres, sino que al tener un carácter histórico, se tiene a una persona en concreto quien es el sujeto que recibe directamente dicha Revelación constituyéndose así en testigo humano de la Palabra divina hacia los demás hombres, lo cual puede dar lugar a una comunidad humana que gira en torno a la Palabra Revelada, y así, se tiene un lugar físico de reunión de dicha comunidad, en el judaísmo es la sinagoga, en el cristianismo es el templo o iglesia y en el islamismo es la mezquita.

De este modo, de acuerdo a los testigos de la Palabra Divina y de acuerdo a la naturaleza del mensaje divino, se ha dado lugar a las tres religiones monoteístas ya mencionadas.

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