Otra vez 19 de septiembre

Es triste tener que decir que a raíz de la desaparición del Fonden, ha dejado un vacío institucional y de acceso a recursos inmediatos.



Por tercera vez en la historia reciente de México, un sismo de magnitud considerable tiene lugar el 19 de septiembre. Una vez que se constató que no se trataba de un evento del alcance del ocurrido hace 5 años y por supuesto muy lejos de lo ocurrido hace casi 40 años, tanto los chistes como numeralias sobre las posibilidades de que se repita este tipo de vento en una sola fecha invadieron las redes (A saber, ADN40 comunicó: “La posibilidad de que un sismo se repita el mismo día es de solo una en 133 mil 225”).

A la par que esas curiosidades con las que los mexicanos liberamos el miedo y lidiamos con el estrés, se han ido conociendo los alcances reales del evento del lunes, que en sus primeras horas reportaban dos muertos y mayores afectaciones en Colima y en Michoacán. Además de los sismos, en las últimas semanas se han presentado fuertes lluvias en varios estados, incluso en algunos como Coahuila que no suele presentar problemas por ella. Todo esto hace relevante, como sucede casi cada año alrededor de estas fechas, el hablar de protección civil y, sobre todo, de la reconstrucción de lo afectado.

En el primer renglón, se tiene que destacar que la propuesta de presupuesto para 2023, el rubro de Coordinación Nacional de Protección Civil trae sólo un incremento del 5.52% respecto al monto del año anterior, una cifra por debajo de la inflación y que no va en consonancia con el aumento del 11.5% que se plantea en el total del proyecto de presupuesto presentado el 8 de septiembre.

Por otra parte, lo más relevante que se ha visto hacer a la coordinadora nacional de Protección Civil desde su nombramiento, Laura Velázquez Alzúa, ha sido obligadamente permanecer por días en la mina de El Pinabete, en Sabinas, Coahuila, luego del accidente que costó la vida a 10 mineros coordinando las infructuosas labores de rescate de los mineros con vida.

A raíz de ese evento, el gobierno actual ha gastado cantidades no determinadas hasta el momento para sacar los cuerpos y según el último plan de trabajo si se tiene suerte se logrará hacia marzo de 2023. Nadie pone en duda que se trata de una situación en verdad penosa, y sin duda, una sola vida es una pérdida irreparable y es entendible el deseo de los familiares de recuperar los cuerpos de sus seres queridos para darles sepultura; pero con tal de marcar una diferencia con los sucedido Pasta de Conchos, evento que se politizó al extremo; hoy no se detendrán en gastar dinero que seguramente proviene de este rubro del presupuesto actual y que se seguirá usando del siguiente año. Es una situación compleja, que debería revisarse a la luz del mayor bien posible en un país con recursos económicos limitados.

Esto lleva a la siguiente discusión que se suele sacar flote en estas fechas, como se señalaba más arriba: los recursos para la reconstrucción. Antes se tenían a la mano y se podía disponer de ellos, gracias al famoso Fondo de Desastres Naturales (Fonden), que sin duda, era perfectible y que nunca estuvo del todo blindado contra la corrupción; pero con todo y sus fallas era una herramienta que funcionaba.

Es triste tener que decir una y otra vez que a raíz de la desaparición de ese Fidecomiso, junto con los muchos otros por mayoría de votos Morena y aliados hicieron, han dejado un vacío institucional y de acceso a recursos inmediatos; pues no se crearon mecanismos claros para actuar, fuera de las promesas mañaneras de “se atenderá a todos”. En los eventos de años anteriores, se supo que sí hubo levantamiento de padrones de damnificados y se les dieron algunas cantidades variables en efectivo. Pero se sigue sin resolver una parte medular que el Fonden atendía: la infraestructura.

Por ello, la preocupación por cómo se atenderá la estela de daños que se sigue acumulando en este año en tanta regiones. Por citar uno de los tantos datos que al paso de las horas han surgido a raíz del sismo del lunes: hay por lo menos 6 centros de salud y 14 hospitales públicos de Michoacán con daños estructurales (General de Zacapu, General de Apatzingán, General de Uruapan, General de Puruándiro, General del Maravatío, Integral de Cherán, comunitario de Maruata, el de Ciudad Hidalgo, el de Sahuayo, el de Coahuayana, IMSS de Coalcomán, Issste de Apatzingán y de Uruapan). ¿Se les dará dinero efectivo a cada una de las grietas para que se reparen a sí mismas? ¿O se les dará a los pacientes de esos hospitales para que vayan a comprar ladrillos antes de atenderse?

Cabe destacar que en esas coincidencias menos trágicas que la repetición de sismos en una fecha, está que el mismo lunes en El Universal se publicó que el dinero de los 109 fideicomisos desaparecidos (64 mil 524 millones de pesos), entre ellos, el Fonden y el Fondo para la Prevención de Desastres Naturales (Fopreden), a pesar de la promesa presidencial de no usarlo para el Tren Maya, sí destinaron 26 mil 342 millones y para la compra de vacunas, una de las prioridades señaladas en su momento sólo se usaron 6 mil 35 millones de pesos. ¿Otra más de #LasMentirasDeMorena?

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