Los servicios públicos colapsan en Venezuela

Celia Herrera, integrante de la Sociedad Venezolana de Ingeniería de Transporte y Vialidad (Sotravial) , afirma que la crisis del transporte es preocupante y no hay voluntad política para buscar soluciones a este problema.



Apagones constantes, escasez de gasolina y de gas doméstico, así como la falta de agua potable y de unidades de transporte público agudizan la crisis económica y humanitaria que padecen hoy en día los venezolanos.

 

El deterioro progresivo de los servicios públicos en el país mantiene agobiados a los venezolanos porque no le ven solución a mediano o largo plazo, sino todo lo contrario cada día se agudiza más y obliga a aplicar mayores ajustes que afectan la vida cotidiana de los vecinos, según consideran expertos.

 

Celia Herrera, integrante de la Sociedad Venezolana de Ingeniería de Transporte y Vialidad (Sotravial) , afirma que la crisis del transporte es preocupante y no hay voluntad política para buscar soluciones a este problema, reportó el diario El Universal.

 

Dijo que las iniciativas que se han intentado para resolverlo desde el punto de vista de las unidades, han fracasado afectando más a los usuarios, como el caso de las llamadas “perreras” que han proliferado como transporte público.

 

La experta recordó los casos de los sistemas de transporte que implementó el gobierno a través de la incorporación de los autobuses Yutong y los del Sitssa, que están prácticamente fuera de servicio.

Según explicó, de acuerdo con una investigación realizada ante la falta de transporte superficial y las alzas de tarifas la gran mayoría de los usuarios han migrado al Sistema Metro en Caracas, la capital del país.

 

Aunado a esto, el desabasto de gasolina ha g,enerado largas filas de carros en las estaciones de servicio y muchos de ellos se quedan sin poder abastecer a pesar de una espera de hasta seis horas.

 

La economía de Venezuela depende en 95 por ciento de la venta de crudo y es la única industria capaz de generar ingresos en divisas, los cuales han mermado debido a la baja en la producción.

Esto ha generado una disminución del abastecimiento de combustibles como diésel, gasoil y gasolina; además del gas doméstico.

 

Los estados cercanos a la frontera con Colombia y Brasil son los que más sufren de la escasez de gasolina y al mismo tiempo son castigados con racionamiento tras la excusa del gobierno de evitar el contrabando.

 

En Venezuela 85 por ciento del gas que consume el país es a través de “bombonas” o “cilindros”, cuya distribución es monopolio del gobierno. El otro 15 por ciento se distribuye vía gas directo por tuberías.

En varias zonas de 11 estados del país han ocurrido protestas entre enero y mayo para exigir la venta del gas doméstico en bombonas. Muchos venezolanos usan ahora madera o carbón para cocinar al no contar con el servicio por un periodo de hasta cuatro meses.

 

Con respecto al servicio eléctrico, cinco grandes apagones han ocurrido en el país durante 2018, pero todos los días se registran fallas momentáneas.

 

De acuerdo a cifras del Comité de Afectados por los Apagones ocurrieron siete mil 788 interrupciones del servicio entre enero y abril.

 

Los apagones y las fallas eléctricas son resueltas justamente con planes de racionamiento de hasta 15 horas diarias. La población de seis de los 23 estados ha tenido que lidiar con el “plan de administración de carga” como suele llamar el gobierno al racionamiento.

 

Directivos de la Federación de Trabajadores Eléctricos (Fetraelec) aseguran que la peor parte se la llevan los residentes del interior del país donde se ha hecho cotidiano en ocasiones la caída del servicio por hasta 12 horas.

 

Los estados más perjudicados son Zulia y Táchira, en donde los recortes se han prolongado por varios días. Esta situación ha dañado alimentos y electrodomésticos, mientras las ventas de los comercios han caído 30 por ciento, según datos del gremio que los agrupa.

 

En lo que respecta al servicio de agua, desde 2013 se agravó el suministro del vital líquido al deteriorarse la infraestructura de los 18 mayores embalses de agua potable y al no sustituirse los miles de kilómetros de tuberías. Tampoco se han construido embalses desde que el chavismo llegó al poder.

 

La falta de agua también impacta de manera dramática a los hospitales en donde varios tratamientos como los de quimioterapias y diálisis se han suspendido por no contar con el vital líquido, como es el reciente caso del centro asistencial especializado en la atención de niños J.M. de Los Ríos en Caracas.

 

Norberto Bausson, expresidente de operaciones de Hidrocapital, afirmó que la falta del líquido se ha agudizado en los últimos seis meses.

 

Toda la capital mantiene un déficit de 40 por ciento por el deterioro de los SistemasTuy, de plantas de tratamiento y de la red de distribución.

 

En su opinión, “la escasez es producto también de una mala gestión, acompañada de diferentes irregularidades: opacidad de información, falta de ética profesional y centralización del poder”.

 

Los hábitos de los ciudadanos han cambiado como consecuencia de esta realidad. Cuando llega el agua a sus casas se levantan de madrugada para llenar los recipientes de los que disponen a fin de almacenar el líquido.

 

 

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